Integrantes de la Asociación de Médicos Laboralistas dieron a conocer la labor coordinada que realizan, abogando por la prevención. Según la actividad hay enfermedades diferentes, pero también patologías comunes que tienen una fuerte raíz social. Hubo avances en la labor con los profesionales de Seguridad e Higiene y varias empresas valoran este aporte que mejora la productividad, además de evitar accidentes. Las políticas en el ámbito privado y el municipio están lejos del sector público provincial, donde faltan profesionales e infraestructura para mejorar los niveles de ausentismo, controles y prevención.
13-04-2015 Río Grande.- Especialistas en medicina laboral que integran la asociación visitaron los estudios de Radio Universidad para hablar sobre la tarea que realizan en los distintos ámbitos en que se desempeñan.
En el programa Dos Preguntan, comenzaron presentando esta Asociación creada en 1998, que cuenta con una nueva comisión directiva, presidida por la Dra. María Eugenia Cóccaro.
“La intención es mostrar lo que hacen los médicos del trabajo y su rol dentro de la salud de los trabajadores”, dijo como especialista en medicina del trabajo.
Presentó al nuevo vicepresidente, Dr. Jorge Novoa; el tesorero, Dr. Javier Barrios; y a la Dra. Susana Bougault, además auditora y médica legal, miembro fundadora junto con Novoa.
“La asociación nació por iniciativa de once médicos del trabajo, que se sentían aislados de la medicina del trabajo y sin respaldo en materia laboral. Algunos ya no están trabajando en la isla, otros sí, y gracias a ellos podemos contar con la asociación”, sostuvo.
La función es “prevenir enfermedades del trabajo y promover la salud del trabajador”, y se apunta a que “las empresas tengan en conocimiento los riesgos a los que tienen expuestos a sus empleados”, para involucrarse en el cuidado de su salud.
“Nosotros somos médicos laborales pero también somos trabajadores”, aclaró, dado que están en relación de dependencia o contratados tanto en el ámbito público como privado.
La Dra. Cóccaro es egresada de la Universidad de La Plata y trabaja en sector de electrónica; el Dr. Barrios es especialista en medicina del trabajo pero se desempeñó antes como cirujano, luego como especialista en urología; y actualmente reparte su tiempo entre la medicina asistencial y la laboral, dentro del Municipio de Río Grande.
También remarcó la importancia de prevención porque “una persona trabaja para llevar dinero y bienestar a su familia, y la idea no es que se lleve una enfermedad a su casa. Tratamos de prevenir y de cuidarlos porque también al mismo empleador no le sirve un trabajador enfermo o que esté accidentado”, dijo.
Aseguró que “muchas veces tanto el empleado como el empleador, los coordinadores o jefes, desconocen los mecanismos de prevención”, dado que el trabajo se aprende en base a la transmisión desde la experiencia, sin tomar en cuenta medidas básicas de seguridad.
Se puede ver en antiguos empleados la resistencia a usar ropa adecuada o cascos, por ejemplo, y estas conductas se intentan corregir junto con el servicio de seguridad e higiene, que “ve los elementos de protección, cómo evitar movimientos forzados o movimientos que pueden generar un accidente”, dijo.
Aclaró que “la ley de riesgos del trabajo es nueva y hay que inculcar esto, asesorar a la gente”.
La pionera
La Dra. Bougault, recibida en la UBA, es médica del trabajo, especialista en medicina legal y auditora médica, y planteó la necesidad de “conformar comités multidisciplinarios, con participación activa no sólo del médico laboral sino de técnicos en higiene y seguridad laboral, con reuniones asiduas entre representantes de trabajadores y empresas, no sólo cuando emerge una problemática sino tomarlo como una pauta de trabajo”.
“Trabajar no es simplemente producir. Todos estamos insertos en un ámbito de trabajo y nos interrelacionamos, y muchas veces el trabajador puede ver su entorno como un factor amenazante. En un ámbito laboral compartimos ocho, diez horas, a veces más que con nuestro propio grupo familiar y se generan situaciones de estrés”, expuso.
Dio cuenta de consultas frecuentes en el consultorio “por cefaleas, bajo rendimiento, cansancio y uno como médico no encuentra una causa real. Cuando indagamos un poco, pueden surgir estas relaciones interpersonales”.
Hizo mención al “sindrome del burn out, o sindrome del quemado, que se da sobre todo en trabajadores en relación con muchas personas durante períodos prolongados. Se da en el personal de sanidad, en teleoperadores, en gente de atención al público. Se genera un desgaste con situaciones de agotamiento emocional, despersonalización, y se trata a la gente como objeto, no como personas por el desgaste del propio trabajo”, sintetizó de este cuadro que afecta al trabajador y a los que interactúan con él.
“En la medida de las posibilidades sugerimos rotar personal, en forma preventiva para no llegar a esto, pero depende de la posibilidad de cada organización”, señaló.
Capacitación y criterios comunes
Otro miembro fundador, el Dr. Novoa, quien reside desde el ’86 en Río Grande, expuso los avances desde que once profesionales de la especialidad “que estábamos dispersos, decidimos conformar la asociación, para tratar de traer profesionales, capacitarnos, tomar criterios comunes”, siempre desde su rol de trabajadores porque “somos parte del personal de las empresas”, dijo.
La tarea “fue al principio en soledad, tratando de aunar criterios, porque cada empresa tiene sus políticas y su forma de ser”.
En su caso, se desempeña en la actividad petrolera, una de las más riesgosas. “En general son muy estrictos con respecto a las normas de higiene y seguridad y hay una interacción muy grande entre higiene y seguridad y salud laboral”, reconoció de las empresas que operan en la provincia.
De todos modos “siempre hay cosas que se van presentando. En el rubro petrolero, cuando ocurre un accidente, generalmente es grave o mortal. El gran miedo es el rubro de los quemados, porque generalmente o es muy incapacitante o es mortal, por lo tanto es muy grande la interacción con los servicios de seguridad”, reiteró.
Por el riesgo latente, “se hacen varias inspecciones semanales, capacitaciones en primeros auxilios, tenemos la obligación de estar actualizados en cursos de emergentología, se dictan cursos de RCP –resucitación cardiopulmonar- a la totalidad de la población que trabaja en los yacimientos. Deben pasar por lo menos una vez al año por un curso”, aseguró.
Apuntó que además de los riesgos propios de la actividad, “hay enfermedades inculpables”, como denominan a las que no están relacionadas con la actividad específica, como los estados gripales en invierno o los problemas gastrointestinales en época de las fiestas por los excesos en la ingesta de alimentos.
Por una cultura de seguridad
La Dra. Cóccaro se refirió a la situación en las electrónicas, siendo médica de dos de las radicadas en la ciudad, y afirmó que “no hay muchos accidentes de trabajo ni de la gravedad del sector petrolero. Hay enfermedades laborales y por suerte las empresas están creando una cultura en seguridad e higiene y medicina laboral”, celebró.
“Lo que más tenemos en la electrónica son tendinitis, por los movimientos repetitivos para ensamblar. Hay una mejora en la ergonomía y tenemos mucho para hacer para asesorar al empleador e integrarnos más con el servicio de seguridad e higiene”, planteó.
Aclaró que en el sector privado son “prestadores externos, contratados por las empresas”, a diferencia de los profesionales de Seguridad e Higiene, que “son parte de la empresa”, con una tarea por delante que implica luchar por sus derechos sindicales también.
Obligación legal
La Dra. Bougault reconoció que mucha gente no sabía de la existencia de la asociación, que “cuenta con personería jurídica”, como también se desconoce la vigencia de las leyes “24.557 de riesgos del trabajo y la plena vigencia de ley 19.587 con sus decretos reglamentarios, donde se pauta qué profesionales deben estar a cargo de los servicios de medicina del trabajo en las empresas”, indicó.
La Dra. Cóccaro precisó que “por ley cada empresa a partir de los 150 empleados debe tener profesionales de medicina laboral y de seguridad e higiene”, aunque “hay empresas con menos personal que por propia voluntad cuentan con estos profesionales. La ley además exige tener auxiliares de enfermería y no en todas los estamos teniendo”, dijo como cuestión a corregir en el corto plazo.
Por su parte, el Dr. Novoa expuso “una deformación en muchas empresas, que tienen al médico laboral para usarlo como policía del trabajo”, aclarando que “la visita domiciliaria en su caso se realiza más con el fin de ayudar a la persona que no se puede movilizar”, que para controlar si está o no enfermo.
El estado provincial, otro mundo
Mientras en el municipio y empresas privadas debaten capacitación y mejoras, en la provincia la situación está a años luz. El Municipio de Río Grande, por datos del profesional responsable, registra “el 1% de ausentismo diario”, contra más del 40% en el sector docente de la provincia.
Se le preguntó a los médicos qué ocurre en este caso. “Habría que ver la causa por la que falta la gente y si es una enfermedad propia del trabajo, para ver las causales”, dijo la Dra. Cóccaro, que dio cuenta de conversaciones mantenidas con sus colegas de Fiscalización sanitaria.
“Nos identifican a los médicos del trabajo como los agentes que pueden llegar a bajar un ausentismo, y muchas veces tiene causa médica y otras una causa social. Hoy, con algunos empleados del estado como los docentes, lo que está pasando es que desde Fiscalización se limitan a recibir el certificado y hacer alguna auditoría, pero no tienen un espacio físico para hacerlo”, dijo, en base a la información que le dieron.
“Lo ideal sería la visita domiciliaria para que el médico pueda ayudar al trabajador, verificar si necesitan una licencia tan larga o de menos días. Hoy no tienen cantidad de profesionales, son pocos médicos para los empleados que hay, no tienen espacio físico porque cuentan con un solo consultorio para auditar a una gran cantidad de pacientes que necesitan un certificado”, detalló.
Consideró que “las visitas médicas podrían ser una herramienta para bajar el ausentismo” pero el estado provincial “cuenta con tres médicos en medicina laboral y trabajan en el control de los certificados médicos y las licencias prologadas, pero no desarrollan el trabajo que hacemos nosotros en las empresas”.
La Dra. Bougault apuntó que se acrecienta el ausentismo a veces no por problemas de salud del trabajador sino por “temas sociales”: “No olvidemos que en Río Grande hay una gran problemática en el ámbito familiar, mujeres trabajadoras con hijos que no tienen con quién dejarlos si están enfermos, y son factores que contribuyen a aumentar el ausentismo”, señaló.
Respecto del ámbito municipal, el Dr. Novoa expuso que en general se trata de “patologías inculpables, no tenemos tanta tasa de accidentes, y trabajo a la par con Federico Giménez en prevención, generando guías para evitar los riesgos, o que empiecen a conocerlos. Hay ausencias por enfermedades inculpables, hay un grupo de gente derivada por patologías oncológicas y a veces va el agente o el familiar junto con el agente porque la reglamentación es diferente a la del privado”.
Aun así, “el ausentismo por día está cerca del 1% en la planta estable del municipio, y es por problemas de columna, de miembros superiores o inferiores, o gastroenteritis que no tienen que ver con el trabajo en sí”.
Responsabilidad empresaria
La Dra. Cóccaro agregó algunos ejemplos que contribuyen a la salud de los trabajadores y pueden partir de iniciativas de las empresas. Como ejemplo mencionó que en Río Chico “los incentivan todo el tiempo a hacer deportes. La empresa ha costeado una cancha, genera torneos y es una forma de incentivar a hacer actividad física e interrelacionar a los trabajadores. Además baja el sedentarismo, porque en la isla tenemos un gran problema de sedentarismo, obesidad y sobrepeso”, remarcó, con las enfermedades que van asociadas.
Todos coinciden en la “importancia de escuchar al trabajador, porque son los que muchas veces proponen soluciones para la mejora continua”.
El Dr. Novoa aspira a una “evolución hacia una mayor integración con los servicios de higiene y seguridad” y además se trata de “estar atentos a los factores psicológicos que se puedan presentar, porque un cuadro gripal lo puede ver cualquiera, pero los cuadros psicológicos se presentan en una ciudad bastante compleja y hay que estar atentos para prevenir”.
El Dr. Barrios insistió con el mensaje de la prevención, y “saber adónde vamos, para cuidar a nuestro trabajador, porque hay que cuidar a la sociedad. Muchas veces el trabajador trae la enfermedad al trabajo y hay dependencias como el alcohol, droga o juego, que alteran al grupo de trabajo. Muchas veces tenemos que lidiar cuando ya está el problema y la idea es prevenir para no llegar a ese punto”, dijo.
Destacó que el Municipio tiene un área de prevención de adicciones, y “se trata de readaptar al agente sin que pierda su trabajo. Hay que estar, caminar los puestos, estar al lado del trabajador, más que estar encerrados en un consultorio”, instó.
Mejor productividad
La Dra. Cóccaro cerró con una reflexión sobre la importancia de la prevención, vinculada con la ley 19640, dado que además de crear una cultura de trabajo, la prevención “ayuda a la empresa: si le damos salud al trabajador se baja el ausentismo y mejora la producción”, resaltó, considerando que desde la asociación pueden hacer un aporte importante en este sentido.
Hizo un llamado a los especialistas a sumarse, dado que “estamos matriculados 47 médicos como especialistas del trabajo entre las tres ciudades, de los cuales 20 son de Río Grande y forman parte de la asociación, que es provincial”.
A nivel nacional están nucleados en FAMETRA –Federación Argentina de Médicos del Trabajo-, pero quedan muchos especialistas no matriculados en Tierra del Fuego. “Los invitamos a que se matriculen y se incorporen”, para lo cual pueden contactarse vía mail a asociacionmedicinadeltrabajo.tdf@gmail.com
Entre las actividades, mencionó la capacitación que ya se dio el año pasado, integrada con técnicos de seguridad e higiene, con una “grata sorpresa, porque participaron no sólo médicos sino gremios, la UOM, personal de recursos humanos de las empresas y técnicos de seguridad higiene. Contamos con más de 150 inscriptos”, aseguró, a la espera de aunar esfuerzos con los médicos de Ushuaia y Tolhuin y continuar con estas actividades.
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