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Como candidato a legislador del único frente cerrado al debate, el justicialista Ricardo Furlan espera la venia entre hoy y mañana, para poder participar con sus propuestas para la Legislatura. Dio cuenta de su decisión de declinar aspiraciones a la intendencia de Ushuaia por “priorizar el colectivo del proyecto”, y celebró que se hayan podido “unir tres generaciones del peronismo”. Con la esperanza de un gobierno y municipio justicialista, confía en reeditar la obra pública que permitió brindar la infraestructura básica de servicios a la ciudad.

Río Grande.- “Hemos priorizado el colectivo del proyecto, de la mayoría de los compañeros y dejamos de lado la aspiración personal”, destacó ayer en el programa Buscando el Equilibrio de Radio Universidad, el candidato a legislador del FPV Ricardo Furlan.
Valoró la posibilidad de “unir tres generaciones del peronismo y contribuir con lo que uno ha podido aprender en más de treinta años en el municipio de Ushuaia”.
Espera “colaborar con Rosana (Bertone), con Juan Carlos (Arcando), y con la ciudad que uno conoce desde hace mucho tiempo; también trabajar en el proyecto provincial para Río Grande, Tolhuin y Ushuaia”, dijo del proyecto propio y del conjunto.
También destacó el gesto del senador Catalán Magni al haber declinado su candidatura a gobernador, desde un sector ahora representado en la lista de legisladores por Federico Bilotta.
Furlan aspira a que la unidad del peronismo traiga la postergada recuperación del poder y recordó “la interna del ’99, cuando todos nos encolumnamos detrás del que ganó. El peronismo unido es una fuerza importante y estamos haciendo lo correcto. El 24 de septiembre se van a cumplir 20 años que no estamos y ha quedado una gran deuda en lo que no se ve, que son los servicios, el agua, el gas, las cloacas”, sostuvo frente al déficit de infraestructura básica en Ushuaia.
Aseguró que para cualquier dirigente “no hay mayor satisfacción que la gente pueda vivir dignamente, que tenga gas, agua, que pueda usar el baño y tener cloacas. Esto contribuye al sistema de salud, al tema educativo. El casco viejo de la ciudad tiene 19 manzanas y han cambiado algunas de las cloacas pero la mayoría las hicieron los presos en la década del ’30, y con madera”, dijo del retraso que existe en la renovación de la capital fueguina.
“En cien metros hay arcilla, roca, turba, de todo un poco, más la pendiente que dificulta más meter servicios”, reconoció de las dificultades del terreno, al tiempo que dijo que sin embargo esto se hizo “y en una época muy difícil, cuando eran todos caños rectos de hierro y había que usar dinamita para pasar caños de una manzana a la otra, porque no existía el by pass”.
“La gente pagaba, se cobraba por frente y hacíamos recupero, así pudimos enterrar 25 kilómetros de cañería de gas, que fue una de las obras más importantes”, remarcó.
De cara a esta nueva etapa, “para mí esto vuelve a ser un desafío”, sostuvo y, si bien no estará en el Ejecutivo para encabezar las obras, consideró “importante estar en un cuerpo colegiado, acompañando a Juan Carlos y Rosana y tratando de estar al pie del cañón”.

Viviendas primero

En cuanto a Río Grande, admitió que “también existen problemas con gas, agua y cloacas” pero marcó como prioridad la demanda habitacional.
“En general hay que hablar de la vivienda como primer tema. En las visitas que tuvimos en las tres ciudades, todos apuntan al déficit habitacional de la provincia; en segundo término el tema de la salud, porque hemos tenido un deterioro muy importante en la provincia, y creo que el tema educativo también ha sido conflictivo en los últimos ocho años. Me consta porque estuve en la comisión de educación y trabajé en la ley que se votó, que venía desde hace varios años. Una de las personas que incorporó ese proyecto fue la ex legisladora Deheza. Salió en esta etapa de la legislatura pero fue conflictivo porque los interlocutores que tenían que sentarse, coordinar y consensuar con el gremio del SUTEF, terminaron mal generalmente en las reuniones”, lamentó Furlan.
También cargó contra la desidia del gobierno de Ríos: “No se explica que hoy tengamos colegios enteros que se cierran por falta de gas o porque no anda la caldera. Eso es falta de gestión a nivel provincial –acusó-. Que se rompa una caldera y mandarla a arreglar, se hace a través de servicios generales o quien fuera. También nos tocó a nosotros en 2002 y 2003 el tema de las escuelas. Hubo un poco de desidia en este sentido y no lo voy a achacar todo a la gobernadora, porque para eso están los funcionarios. Tiene que haber una bajada de línea, porque hay un montón de funcionarios en infraestructura de servicios de educación, en obras públicas, luego está la jefatura de gabinete y luego la gobernadora. Hay un montón de estamentos intermedios que no tuvieron capacidad de resolver un problema”, criticó.
Concedió que el gobierno puede tener un conflicto salarial porque no se puede acordar en la paritaria, “pero no pueden faltar clases por una pérdida de gas, o porque se saca el medidor”, sentenció.

Controles diferentes

Por otra parte apuntó al sistema de controles de la gestión pública, que ya había cuestionado la senadora Rosana Bertone. “No puede ser que para arreglar una caldera se tenga que hacer un expediente que tarda dos meses. Tiene que haber gente del Tribunal de Cuentas distribuidos en todos los ámbitos de la provincia para hacer el control. Hay cuestiones urgentes que hay que solucionar y después hacer los papeles. Lo mismo en el tema de la salud. Si faltan insumos para operar y el cirujano ya está en el quirófano, no se pueden esperar diez días, o más, para que compren algo”, planteó.
“Tiene que haber voluntad para que estos temas se tomen de otra manera. No es lo mismo llamar a licitación para comprar una turbina o para hacer un edificio, que para las compras cotidianas. Para esto tiene que haber otro tipo de mecanismo, para que se canalicen las urgencias”, insistió.
Asimismo, cuestionó que no se traten leyes fundamentales o se demoren años en reglamentar y en particular mencionó “la ley de aguas, que presentó la ex legisladora Ana Lía Collavino, la ley para celíacos que tardó cuatro años en reglamentarse” y una propuesta de su autoría para contar con un censo provincial que podría haber contribuido a la coyuntura actual, donde habrá menos concejales electos de los que fijan las normas.

¿Amordazado?

Por último se lo consultó sobre la posibilidad de discutir proyectos con otros candidatos, como parte de un frente cerrado al debate. “No he dejado de asistir a ningún debate desde el año ‘95”, enfatizó Furlan, y admitió que “ahora uno está en un proyecto colectivo y vamos a tomar la decisión en el conjunto, entre jueves y viernes. Desde que se empezaron a implementar los debates, estuve en todos”, reiteró, a la espera de que puedan habilitarlo a participar.