Se trata de un argentino anónimo, oriundo de Corrientes, trabajador como muchos tantos, pero quien cuenta con el orgullo de poder decir que es un antiguo amigo de Papa Francisco, ya que, según contó al corresponsal de Roma de Radio Universidad Marcello D´Aloisio, habría compartido charlas con el Santo Padre y hasta habría predicho su futuro papado cuando aún era arzobispo.
21-07-15 Río Grande.- José Luis Castillo, nacido en Corrientes, es un trabajador como tantos otros, que se levanta muy temprano todos los días para poder llevar el pan a su casa. Sin embargo, en los últimos días viajó a la ciudad de Roma para visitar a su amigo Papa Francisco Bergoglio, ya que según indicó, hace 11 años atrás, el entonces arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Jorge Bergoglio, compartió unos mates y varias charlas con el vendedor de diarios y revistas, más conocido como “el Pibe”.
En este sentido, José Luis indicó para Radio Universidad que “en 2004 yo manejaba un puesto de diarios y revistas ubicado en Mendoza y Junín. Ése año, el Papa estuvo en Corrientes con motivo del marco del X º Congreso Eucarístico Nacional, por lo que una mañana él vino a comprar el diario y comenzamos a charlar. A partir de allí, mientras duró el Congreso, Bergoglio vino todas las mañanas a mi puesto de revistas y nos sentábamos a tomar unos mates y a hablar de política mientras él leía los diarios nacionales”; y agregó que “yo le decía a la gente que pasaba que él era el enviado de Dios, mientras que él se levantaba y se iba ya que consideraba que esas cosas no debían decirse. Asimismo, otro día lo llevé a una cafetería muy famosa de la ciudad y les dije a los allí presentes que les presentaba al futuro Papa. Todos creían que yo estaba loco”.
Al recordar el día en que Francisco Bergoglio fue nombrado como Sumo Pontífice, Castillo explicó que “yo siempre trabajé con los barcos. Me acuerdo que una noche tuve un accidente y me caí al agua, aunque nada grave. Al otro día, uno de mis compañeros me dice que un argentino iba a ser el nuevo Papa, por lo que yo le dije que él era mi amigo y no me creyó. Cuando prendí los teléfonos celulares, tenía muchísimas llamadas perdidas de periodistas que pretendían que les brinde información acerca de Francisco.
“Siempre me propuse ir a visitarlo a Roma y si bien me costó mucho poder hacerlo, hoy estoy muy orgulloso de haber podido viajar. Soy una persona muy entradora y como además tengo parentesco con un cura le pregunté cómo podía hacer para llegar a él, pero me dijeron que era muy imposible”.
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