El coordinador de desarrollo local Julio Mercado expuso su pesar, como funcionario y parte del sector rural, con pérdidas que para algunos establecimientos llegarán al 50%. Estimó que demandará al menos cuatro años en recuperar la producción, por los vientres perdidos, y adelantó que faltará carne para abastecer la demanda de la provincia. Todavía hay hielo y barro, y lugares donde no se pudo llegar para ver si algún animal quedó vivo. Instó a tomar conciencia e impulso para la producción local de forrajes, mejora de comunicaciones y tendido de redes de energía.
07-09-2015 Río Grande.– Julio Mercado, coordinador de desarrollo local del gobierno de la provincia, se refirió por Radio Universidad a la emergencia agropecuaria, cuyo impacto se podrá evaluar recién en noviembre.
“El ciudadano común no se percató de lo que estaba sucediendo porque fue muy focalizado el evento invernal en el campo. La emergencia sale para atender la situación ahora, cuando se retira la nieve y el hielo, porque durante el evento invernal se hace lo que se puede respecto de la alimentación de los animales, la transitabilidad de las rutas, porque hay gente que vive en la zona rural y tienen que poder llegar ambulancias, camiones de gas, camiones de pasto. Por eso se convocó al consejo de emergencia, porque el tema de conectividad terrestre era fundamental”, dijo de los pasos previos al dictado del decreto, a fines de agosto.
“Rápidamente pudimos ponernos de acuerdo en que estábamos en un evento que ameritaba la declaración de emergencia. La función del consejo era evaluar la situación y los informes de las distintas instituciones. Se analizaron fotos aéreas, fotos satelitales, informes de los productores, hicimos un sobrevuelo en helicóptero para ver la cantidad de establecimientos involucrados y, en una sesión muy rápida, el consejo de emergencia sugiere al Ejecutivo decretar esta situación”, contó.
“Es mi primera experiencia en atender estas situaciones y el Ejecutivo respondió enseguida, al mostrar un par de fotos y unos videos, donde la situación era atípica. Las consecuencias se van a empezar a ver este mes y sobre todo el que viene, tanto para las pérdidas económicas a nivel de capital hacienda como los deterioros de la ruta, porque las dos cuestiones suceden cuando se retira la nieve”, manifestó.
Explicó que “la emergencia está planteada por noventa días”, con puntos fundamentales, como “garantizar la transitabilidad de la ruta para priorizar las zonas afectadas y destinar fondos para eso”; además de “coordinar con vialidad nacional para que, junto con vialidad provincial puedan atender esta situación. La respuesta fue rápida”, afirmó.
Asistencia crediticia
Consultado sobre la posibilidad de que el Banco Tierra del Fuego asista con créditos blandos al sector, destacó que “la asociación rural ha sido muy prudente al momento de solicitar medidas. Plantearon simplemente como algo lógico la prórroga del pago del impuesto inmobiliario, que vence a fines de septiembre, para volcar fondos a la contingencia, como compra de pasto y alimento balanceado. Luego solicitaron una línea de crédito blanda para reconstituir el capital perdido. Desconozco el proceso interno del banco, si es rápido o no. Nuestra área genera los informes técnicos por establecimiento y productor que solicite al banco este tipo de beneficio”, expuso de su rol.
No obstante, advirtió que por más créditos que se otorguen, no resuelve el problema en el corto plazo: “Por más que hoy tuvieran los créditos, no hay donde ir a comprar las vacas. Es distinto el tema de las ovejas porque en la estepa, en la zona norte, donde se concentra la mayor cantidad de ovinos, no se sufrió el efecto invernal. Pero recomponer capital hacienda de vacas es muy difícil”, aseveró.
No pasa por el precio de compra de un vacuno, que está hoy en “los 10 mil pesos, más el ternero en terminación”, teniendo en cuenta la época previa a la parición.
Para reponer ese vientre perdido, hará falta plata y tiempo: “Hoy una vaquillona debe estar entre 13 y 15 mil pesos y, hasta que le podemos sacar ese ternero, transcurren cuatro o cinco años, si todo va bien. Por lo tanto la reposición del stock y volver a poner en el circuito productivo lo mismo que había antes de este evento, va a tardar cuatro o cinco años”, indicó Mercado.
El martes próximo prevé viajar a Ushuaia para “aclarar estas cosas ante el BTF y explicar por qué se necesitan créditos blandos. El abastecimiento interno de carne es fundamental para nosotros, y recomponer ese stock también es una prioridad. Necesitamos acompañar desde los ámbitos internos”, reclamó.
Consultado sobre el precio de los ovinos, marcó una gran diferencia: “Una oveja hoy está alrededor de 500 pesos. No es menor porque el lucro cesante que deja es del mismo valor, dado que el cordero anduvo en esos valores y se pagó en promedio 50 pesos el kilo, por lo que un cordero de diez kilos anda alrededor de 450 pesos”, calculó.
Angustia generalizada
Mercado admitió que “como parte el sector, es angustiante imaginar lo que uno va a perder. Es un número que uno todavía no quiere metérselo en la cabeza. Hay lugares donde las pérdidas van a superar el 50% y otros que andarán entre el 20 y 30%. Una pérdida del 12 al 15% hace tambalear un establecimiento, y digo esto para dimensionar lo que va a significar una pérdida por encima del 50%”.
“Un establecimiento chico tiene entre 200 y 300 madres, hablando de bovinos. Uno mediano, entre 500 y 700; y los grandes están arriba de las mil madres, que son los menos. Pero las pérdidas son parejas para todos. El más grande tiene más espalda, pero las pérdidas también son mayores”.
Las zonas críticas
Con respecto a los lugares más afectados, trazó un rectángulo que va “desde el sur de Río Grande al corazón de la isla; y desde unos 15 kilómetros a contar del límite oeste con Chile hacia el este de la isla”.
“Otra parte afectada es la culata de los campos sobre la costa, en la ruta A, como la estancia Irigoyen, la estancia San Pablo entre otras. Ahí no se acumuló tanta nieve en la costa, pero en las culatas todavía no se puede llegar ni siquiera para ver si hay algo vivo”, sentenció, conmovido.
Prevención y políticas de estado
Mercado pidió “no descartar que estos eventos van a ser más seguidos”, porque el cambio climático no se detiene. “Desde el estado municipal y provincial debemos organizarnos para generar medidas. Es lo que estamos planteando desde el PRO AGRO, para evitar que estos eventos nos castiguen cada dos por tres. Hay que tratar de que nos dejen una enseñanza, porque no se puede seguir incomunicados con el vasto territorio que tiene la provincia”, fustigó.
En principio se deben dotar de “equipos de VHF para tener una comunicación confiable, y no puede ser que no tengamos conectividad digital, conexión de celular. Es algo muy básico tener las antenas de internet. No se necesita tener campo, porque cualquier ciudadano común que salga por una ruta complementaria y tenga algún percance, queda incomunicado y a merced de que pase alguien a atenderlo, o no”.
Mercado puso manos a la obra y dijo que están proyectando “conectividad para poder atender esta situación”, con gestiones ante Nación.
“En términos productivos, hace falta tener reservas forrajeras. No se puede concebir la ganadería sin reservas forrajeras para el invierno. No se puede concebir ganadería si uno no tiene previsibilidad. Hay tecnologías en las que tenemos que trabajar y profundizar muchísimo, con las áreas de gobierno provinciales y municipales”, instó.
Para el funcionario “esto no se puede discutir más y analizaremos los cómo; para eso tenemos capacidades técnicas de nación, financiamiento, algo que aporte la provincia. Hay que desnudar sobre la mesa con total honestidad y coraje la situación, para sostener una producción extremadamente necesaria”, enfatizó.
“El abastecimiento de carnes es totalmente insuficiente”, reiteró, por lo que esta crisis es una “gran oportunidad” para encarar medidas de fondo postergadas.
También, sostuvo que se debe “exigir inversión a las compañías de teléfono, porque hay problemas de comunicación en el campo y también en las ciudades”.
Ya elevaron un proyecto a nación “de siete millones de pesos para solucionar el problema de conectividad digital”, y habrá que esperar la respuesta.
Gas para el campo
Mercado marcó dos cuestiones importantes con impacto directo en el desarrollo territorial, que no sólo es ganadería sino industria forestal, turbera y turismo, por lo que “se necesita una mirada integral. La conectividad y la energía inciden directamente”, expuso.
“Esto es fácil de resolver con decisiones políticas fuertes, articulando con senadores, diputados y quienes hagan falta para conseguirlo”, exigió.
“Es una cuestión de bajar líneas a las empresas privadas para que respondan en materia de conectividad”, dijo del primer punto.
Del segundo, depende fijar pautas para aprovechar energía que hoy se tira: “En Tierra del Fuego estamos arriba de un zeppelín de gas, cuando hay un gas de baja presión que puede ir al campo. Cuando se licite el área CA12, nos interesa que en el pliego puedan incorporar troncales de gas de baja presión en los establecimientos, porque ese gas se ventea y no se inyecta en el gasoducto”, afirmó el funcionario, sobre aspectos que no se tuvieron en cuenta en otras negociaciones de contratos.
“Eso significaría un antes y un después para cualquier establecimiento ganadero, maderero o turístico”, remarcó.
Apuntó también a “trabajar en la diversificación y generar condiciones para que los establecimientos se desarrollen, porque la diversificación genera mano de obra. Esto no lo puede hacer solamente un sector o una gestión de gobierno, son políticas de estado que deben trascender”.
Perros cercados
Por otra parte, dio a conocer el apoyo a una propuesta de su sector desde Nación para resolver el problema, al menos en parte, de los perros asilvestrados. “Nos acaban de aprobar un proyecto que presentamos desde gobierno a través de la ley ovina. A esta emergencia climática se suma a la emergencia por los perros asilvestrados”, dado que diezmaron el ganado ovino.
Hay un financiamiento de un millón trescientos mil pesos para colocar “una barrera física para que los perros el ejido urbano de Río Grande no sigan yendo a la zona rural”, dijo.
“Son alrededor de 20 km de alambre tejido que se va a colocar, como ya hay en la zona sur, desde la rotonda de circunvalación a la zona de El Tropezón. Tiene la misma altura del alambre tradicional y ha dado muy buenos resultados en la estancia José Menéndez, que tenía un gran impacto por la cercanía con la ciudad. Había perros vagabundos urbanos que iban y volvían y ha bajado la mortandad de ovejas”, dijo de la experiencia que ya se realizó con este cerco especial.
“No digo que sea infranqueable y en la costa no se puede alambrar. Pero no es lo mismo tener un frente abierto de 22 km, a tener 4 ó 5 que entre todos no llegan a 200 metros”, contrastó.
“Estas medidas por sí solas no solucionan el problema. Es un granito más de arena que se debe sumar a un conjunto que va a permitir mitigar el impacto del perro vagabundo urbano”, destacó.
Forrajes y ganado porcino
Para Mercado la meta no es difícil de alcanzar, con decisión política sobre todo. En materia de producción de forrajes dijo que hay “zonas con potencial enorme” que requieren “solamente potenciarlas con un bajo costo para poder producir el alimento para el ganado. Hay lugares donde se hará lo mejor, que es la alfalfa, otros donde se harán gramíneas; en otros se podrá potencial el pastizal natural. En Dinamarca están desarrollando gramíneas, y está a la misma latitud que nosotros, con la misma temperatura máxima y mínima y registro de precipitaciones. Habrá contactarse para conseguir las semillas”, planteó.
Respecto de la diversificación, dio a conocer la cría de ganado porcino que comenzó en la zona de Cabo Peña, mientras hay comerciantes que traen 20 mil kilos de tocino por mes desde Chile o Bariloche para satisfacer la demanda.
Hubo un proyecto que fracasó en estancia Cabo Peña, para la cría de cerdos de Saladillo, pero se ha puesto en marcha otro: “Hay un proyecto para producir cerdos en la provincia que está en marcha y está tratando de buscar escala. Necesitan políticas de estado más claras para ayudar al desarrollo, porque está ingresando carne de cerdo de Dinamarca, que atenta contra el incipiente desarrollo de esta actividad que queremos promover. Hay que tomar medidas desde el estado para seguir alentando a los inversores privados que se juegan y desarrollan, generando ventajas competitivas para el producto local. No es lo mismo comparar cerdo congelado que carne fresca, y el productor local tendía que tener beneficios, como exención de ingresos brutos”, sostuvo.
Consideró que “no hay que desalentar al productor que está empezando y ve que ingresan contenedores de Dinamarca a un precio tres veces menor que el local”.
Igualmente el productor Pedro López sigue apostando “en la misma estancia Cabo Peña, en un sector más cerrado. Hay alrededor de 30 ó 40 madres y un potencial enorme para desarrollar, con lugar de sobra para desarrollarlo. Tiene sus dos carnicerías y está comercializando cerdo local con una calidad impresionante. Desde el silencio y el bajo perfil, estos son los verdaderos emprendedores”, elogió.
Finalmente, Mercado prevé que para “finales de octubre y más sobre noviembre”, tendrán los datos de las pérdidas en los campos. “Hoy es imposible andar por el barro y agua. No se puede mover animales y también en poco tiempo se producen las pariciones. En noviembre se podrán conocer las pérdidas y esperamos que no sean tantas como imaginamos”, concluyó.
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