23-03-16 Río Grande.- Los peronistas de Tierra del Fuego queremos evocar con profunda tristeza una vez más, como hace cuarenta años lo venimos haciendo, la jornada del 24 de Marzo de 1.976. Jornada que se gestó manchada de sangre joven, de estudiantes y de trabajadores, que fueron masacrados por la tremenda dictadura instalada ese mismo día en el poder, y que le arrebató el gobierno a quienes lo habían ganado en las urnas.
Gran parte del pueblo argentino, pero sobre todos los más jóvenes, en particular nuestros jóvenes fueguinos, no conocen, no entienden, no saben qué ocurrió entonces y consecuentemente, no siempre se sienten consustanciados en lo profundo, ni encuentran razón para solidarizarse con quienes llevamos el tremendo dolor de ser parte de una generación diezmada.
El horror de entonces aún nos espanta, (aunque no nos amilana) sin embargo, lo que entendemos debe permanecer a lo largo del tiempo es no sólo esto, sino el aprendizaje que significa encontrar la razón de vivir en un ideal. Un ideal que sea el norte y la aspiración genuina de alcanzarlo desde las propias realidades particulares y sociales.
Hoy, nuestras jóvenes generaciones buscan incesantemente paradigmas para emular o espejos donde mirarse. La verdad es que no sobran, no los encuentran fácilmente. Aquella dictadura es en gran parte responsable. Logró no sólo el objetivo de imponer el terror y cerrar las bocas y callar los gritos, sino también borrar las mentes para que imperara el olvido. Y lo peor, instalar en la sociedad la idea macrabra de que hay que “disciplinarse” o viene el caos.
Los tiempos que nos tocan hoy vivir tampoco nos son fáciles, al contrario, una derecha que se instaló por las vías de la democracia, cargada de revanchismo, pretende hacernos creer algo parecido, o nos “disciplinamos” con los que se quieren llevar el sudor de nuestra gente o viene el caos económico y social. No podemos dejar que nuestros jóvenes crean esto, es lo que nos compete como generación “de los mayores”.
Los que aún quedamos, tenemos la tremenda tarea de ser la memoria viva del pueblo, el imperativo es no dejar que se olvide aquel período oscuro de nuestra historia; pero también es la enorme responsabilidad de asumir el compromiso de SER UN PARADIGMA. Ser ejemplo, para que los que nos sucedan se sientan orgullosos de nosotros como nosotros nos sentimos de aquellos que no están y que escribieron esas páginas de nuestra historia.
Vaya para nuestros compañeros de lucha que aún viven, el abrazo fraternal y solidario de los que habitamos la Tierra del Fuego, y para los que no están, el recuerdo cálido de su ejemplo como hombres y mujeres que viven y mueren con un profundo ideal.
Todos, sumémonos a la lucha por un país mejor, con las armas de la democracia, del saber, de la educación, de la ética. No permitamos que se profundice el olvido.
NI OLVIDO NI PERDÓN a quienes torturaron y mataron. Pero también demos el EJEMPLO a los que vienen, ejemplo de solidaridad, de paz, de no violencia, de ideales. Enfrentemos una vez más a los enemigos, con la palabra, con el debate de ideas, con la consigna de que primero está la PATRIA. Y en nombre de esa PATRIA demos la pelea.
Hagamos votos para que así sea.
(*) Docente de la UTN
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