Hablemos de autismo se lee en las campañas masivas promovidas en las redes sociales más importantes. El licenciado Leandro Hocquart advierte como necesario «salir del silencio, para hacer visible una problemática que tiene efectos perturbadores en el núcleo familiar del sujeto autista.
Río Grande.- El licenciado Leandro Hocquart dijo que se trata de preguntarse «¿De qué se trata realmente esta invitación a hablar de autismo? ¿Qué tiene el psicoanálisis para decir al respecto?».
En diálogo con este medio expresó que «la complejidad del fenómeno evoca un diálogo leído en “El Perseguidor” de Julio Cortázar que dice así: “Un día empecé a sentir algo en el cuerpo. Es fácil de explicar, sabes, pero es fácil porque en realidad no es la verdadera explicación. La verdadera explicación sencillamente no se puede explicar, tendrías que tomar el metro y esperar a que te ocurra, aunque me parece que eso solamente me ocurre a mí.”
El profesional mencionó que «Johnny Carter, el protagonista de la novela, intentaba de esta manera traducirle a Bruno algo que no encontraba cobijo en las palabras, que iba más allá del sentido comulgado socialmente. Algo se le escapaba irreductiblemente, quedaba por fuera y solo en ocasiones podía ser asistido por la melodía de su saxofón».
El licenciado Leandro Hocquart mencionó que «el autismo, del griego auto- αὐτός que actúa sobre sí mismo o por sí mismo’ e -ismos ‘proceso patológico’. Es un padecimiento que golpea en el narcisismo de una sociedad que todo lo dice o lo quiere decir, porque a decir verdad nos lleva al límite de la frustración cuando encontramos que no todo es posible ponerse en palabras y que no sabemos hacer bien con el sin-sentido».
Advirtiendo que «para el psicoanálisis de la orientación lacaniana, los trastornos psíquicos están anudados al campo de la palabra y el lenguaje y es a través de ellos que algo en el cuerpo se inscribe, algunas veces de manera más visible y otras bajo la forma del autismo con su particular uso de las palabras y los objetos».
«Los intentos de acorralar en el llamado “espectro autista” un padecimiento singular, desvinculan por definición lo íntimo del síntoma, generalizándolo a un conjunto amplio de factores que terminan respondiendo mas a intereses de otras índoles que al reconocimiento de un sujeto que padece de un insoportable dolor a raíz una excitación sin límite», manifestó quien es miembro del IOM2 Delegación Ushuaia.
Señalando que «Los DSM (Manuales estadísticos de los trastornos) en sus distintas versiones, no hacen más que cuantificar los síntomas con sus múltiples variaciones obteniendo de esta manera un déficit calculable para el desarrollo. ¿O es que se ha encontrado el gen que determine el autismo?», se preguntó.
Advirtiendo que «para el Psicoanálisis el autista es un sujeto afectado en el rango que va del Uno al Otro obstaculizando el proceso que permite un anudamiento social por la vía de la comunicación normal».
«Para un mundo plagado de imágenes e hiperconectado en el sentido que lo toma Zygmunt Bauman cabe por lo menos hacerse la pregunta de si el autismo no es una respuesta sintomática a una sociedad que todo lo quiere decir, donde el uso del diagnóstico precoz no haga otra cosa que identificar los sintomático de un individuo con un rango estadístico borrando lo particular de cada quien».
Luego explicó que «el autista con su síntoma expone a una sociedad que habla sin escuchar y que intenta resolver por la vía del; condicionamiento operante, la modalización de la conducta, la generalidad del diagnóstico y la pastilla mágica, un padecimiento singular que tiene efectos desoladores en las familias que contemplan estupefactos y esperan que por la vía del sentido (diagnóstico) se aplaque la angustia».
«No existe un autismo igual que otro como no existe un duelo igual que otro. De manera que la única batalla que hay que ganar respecto del autista y su síntoma no deberá buscarse en el plano epistémico (peleas entre teorías) sino en la resolución del acto cifrado del sujeto que padece muchas veces sostenido en torno a una repetición estereotipada y otras en el objeto autista», señaló el profesional.
El psicoanalista, diplomado en psicología jurídica y forense, terminó expresando que «oír el síntoma es ir más allá del sentido y situarse más acá en el plano del uno por uno, en una escucha que contemple aquello que está por detrás de la mirada del autista, su propia historia y sus posibilidades de invención»
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