El proceso de reconstrucción y modernización incluyó tecnología de última generación, la duplicación de la capacidad de transporte de Gas Oil Antártico, y el incremento en un 600 por ciento del espacio dedicado a la investigación científica.
Río Grande.- El A.R.A. Almirante Irízar, histórico rompehielos inutilizado por un incendio que pudo llevarlo al fondo del mar el 10 de abril de 2007, zarpó con el objetivo de realizar una breve prueba de propulsión y de otros sistemas en el Río de la Plata, el primer paso para su reincorporación al servicio activo.
A través de un comunicado, el Ministerio de Defensa informó que “el rompehielos ARA Almirante Irízar zarpó este mediodía (por este miércoles) del Complejo Industrial y Naval Argentino (Cinar) luego de ser sometido a un proceso de reconstrucción y modernización a comienzos de 2010, tras el incendio sufrido en el 2007 que lo dejara fuera de servicio”.
La cartera de Defensa confirmó que se trata de una “Navegación de Ajuste de Propulsión”, y que “durante la misma personal de Tandanor junto con la tripulación del rompehielos llevarán adelante verificaciones y ajustes de sistemas, equipos y motores de propulsión para evaluar su respuesta ante diferentes exigencias”.
“Se trata de un paso fundamental en el proceso de las Pruebas de Aceptación tanto de Puerto (H.A.T. – Habor Acceptance Test) como de Mar (S.A.T. – Sea Acceptance Test) y de Hielo, que permitirá obtener la certificación final del DNV y entregarlo para la Armada Argentina”, destaca la nota.
Tras el proceso de reconstrucción y modernización, el Almirante Irízar se convirtió en un rompehielos único en el hemisferio sur; incorporó tecnología de última generación, duplicó su capacidad de transporte de G.O.A. (Gas Oil Antártico) e incrementó en un 600 por ciento la cantidad de espacio dedicado específicamente a la investigación científica.
Sobre las tareas realizadas en el astillero Tandanor, el capitán que estuvo a cargo del rompehielos hasta hace pocas semanas, Diego Sánchez, había señalado que -además de la «modernización integral de la planta propulsora, los sistemas de navegación, y casi todos los sistemas auxiliares»- al Irízar «se le modificó su función general: antes del siniestro era mayormente logística, pero cuando se establecieron los requerimientos para la actualización del buque se le dio especial preponderancia al incremento de sus capacidades de investigación científica”.
«Se multiplicó exponencialmente el espacio y las facilidades para el trabajo de los científicos. Sumamos más laboratorios y más camas, que implicará la posibilidad de realizar muchas más tareas científicas” para lo que se incrementó «de 256 a 313» la cantidad de plazas disponibles, comentó con anterioridad el marino en diálogo con Télam.
De acuerdo a un informe difundido por el Ministerio de Defensa durante 2015, los trabajos de reparación y modernización permitieron ampliar de unos 70 metros cuadrados a más de 400 la superficie destinada a laboratorios, de 76 a 83 la cantidad de camarotes y de 350 metros cúbicos a 650 la capacidad de trasladar combustible antártico.
Con el regreso del rompehielos Argentina recupera la capacidad de acceder por mar a su base más Austral, Belgrano II, al otro lado del mar de Weddell; también reincorpora la posibilidad de operar con los helicópteros embarcados en ese buque.
Con esas modificaciones a cuestas, el Irízar vuelve a navegar hoy por sus propios medios luego de 10 años.
Esperan su vuelta a los mares antárticos
Y un día, volvió a navegar. Aunque todavía falta (y mucho) para ser «dado de alta», el rompehielos ARA Almirante Irízar zarpó ayer al mediodía del Complejo Industrial Naval Argentina (CINAR), para realizar una navegación de ajuste de propulsión. El buque, que está fuera de servicio desde el incendio que sufrió en 2007, fue sometido a un proceso de reconstrucción y modernización.
El Ministerio de Defensa detalló en un comunicado que «durante la navegación se llevaron adelante verificaciones y ajustes de sistemas, equipos y motores de propulsión para evaluar su respuesta ante diferentes exigencias».
«El Irízar volverá al astillero en unos días y, si está todo bien, volverá a navegar hacia Puerto Belgrano, donde se le agregará una aleta y se harán unas pruebas que, para que se entienda, son algo así como el alineado del auto. Si es necesario, volverá al astillero. Y si está todo bien, deberá hacer la última prueba, que es la prueba de hielo», precisó a Infobae el ministro de Defensa, Julio Martínez.
Consultado sobre la fecha en la que estima que el buque volverá a la Antártida, prefirió no dar una respuesta. «Todos mis antecesores se equivocaron, así que prefiero ser cauto y esperar el resultado de las pruebas. Esto es un gran avance y estamos muy contentos, pero todavía tenemos que seguir trabajando», evaluó Martínez.
Las tareas en el Irízar comenzaron en 2010, en los talleres de Tandanor. Tras el proceso de reconstrucción y modernización, el buque se convirtió en un rompehielos único en el hemisferio sur, ya que incorporó tecnología de última generación, duplicó su capacidad de transporte de Gas Oil Antártico e incrementó en un 600% la cantidad de espacio dedicado específicamente a la investigación científica.
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