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El presidente de la Cámara de Comercio aclaró que el puerto en la zona norte es importante no sólo para Río Grande sino para toda la provincia, y cuestionó la postergación en el menú de obras con fondos del endeudamiento. Reclamó a los funcionarios más contacto con quienes los eligieron y sus necesidades. También cargó contra la política nacional que exige competitividad a la provincia, cuando no es competitivo el país por la carga impositiva y el costo laboral.

Río Grande.- El presidente de la Cámara de Comercio, Diego Navarro, coincidió con el concejal radical Paulino Rossi en la postergación de la zona norte en el menú de obras financiadas con el endeudamiento de 200 millones de dólares.
En diálogo con Radio Universidad 93.5 lamentó que no estén terminados los proyectos de obra, cuando “la información es que el dinero ya está disponible en la cuenta del Banco Tierra del Fuego. Es preocupante porque estamos pagando intereses, pero no quiero echar culpas. El problema viene desde hace muchos años, hace 22 años que estamos sin puerto y tenemos factores internos. No nos ponemos de acuerdo y tenemos que dar un paso importante como fueguinos”, invitó.

“También tenemos una gran cantidad de mercadería que viene a través de camiones y, si estuviera el puerto, se podrían bajar costos”, entendió Navarro.

“El que gobierna es el pueblo a través de sus representantes, y no los votaron para que se estén enfrentando sino para que avancemos. El funcionario tiene que estar más ligado a la población y ver cómo quiere que lo gobierne y hacia dónde quiere ir, no solamente hacer asistencialismo, porque en esta provincia debe haber al menos cuatro mil planes”, estimó.
Tomó distancia de un enfrentamiento con Ushuaia por las obras, y abogó por construir “una provincia viable. El puerto de Río Grande es una gran necesidad para la provincia, no solamente para la zona norte. Siempre quedamos postergados y es una desidia tener tantos millones de dólares y tener un lugar para que vayan a disfrutar los lobos marinos”, planteó.
“Desconozco cuáles son los intereses para que esta obra no tuviera continuidad, porque pasaron 22 años desde que se puso en marcha el puerto. El 75% de los contenedores que bajan en Ushuaia, vienen para Río Grande. Aparte el puerto de Ushuaia es caro, por el trasporte terrestre, y en algunos casos se han pagado hasta 1.500 dólares, cuando un contenedor desde Asia sale 3.400 ó 4.000 dólares”, indicó.
“También tenemos una gran cantidad de mercadería que viene a través de camiones y, si estuviera el puerto, se podrían bajar costos. Estos costos están vinculados con los consumos de Río Grande y mucha mercadería se podría manejar por el puerto, sabiendo que es mucho más barato el transporte marítimo que el terrestre”, sostuvo, sin mencionar que en materia de alimentos también es mercadería que consume la capital fueguina.
“A su vez en el departamento de Río Grande tenemos todos los recursos hidrocarburíferos y la única forma de transportarlo, si se agrega valor con una petroquímica, es a través de un puerto. Tenemos que dar un gran salto cultural, ver para dónde vamos, dejar de pensar en el individualismo y en la elección de mañana, para hacer cosas que trasciendan. En la zona norte tenemos la mayor cantidad de recursos naturales y esto tiene que ser una política de estado”, pidió.
Reiteró que “no está en contra del puerto de contenedores en Ushuaia, porque si lo necesitan, está bien, pero también tienen que evaluar que tenemos grandes necesidades”, dado que está prevista la ampliación del puerto de la capital fueguina y además el segundo puerto de contenedores, sin novedades para la zona norte.
“Con los recursos que tiene Tierra del Fuego no se hace nada, y no es un problema de esta gestión sino de todas. Hay muchos emprendimientos trabados por los costos de fletes para poder traer alimento balanceado y hacer el engorde del ganado a nivel local”, dijo sobre el impacto en la actividad ganadera, que hoy saca el ganado en pie al continente y vuelve faenado. “Son altísimos los costos con el flete terrestre y lo podríamos lograr con transporte a granel en nuestro puerto. Si uno se pone a tildar, hay un montón de ejemplos. Esto tiene que ver con la ineficiencia”, indicó sobre las decisiones políticas que se toman, por acción u omisión.
“Nuestro país es el sexto del mundo en recursos naturales, y número uno en proporción de los habitantes. Tenemos litio en Salta y Jujuy, y estuvimos importando diez millones de batería de litio para los celulares”, apuntó como ejemplo también de la electrónica.
Frente al problema de competitividad con Punta Arenas, miró hacia adentro las fallas propias: “La desnutrición infantil es el doble en nuestro país que en Chile, cuando producimos alimento para 500 millones de personas. El problema es el costo argentino, la desidia de las políticas, que pasan por ver solamente cómo ganar elecciones y nos está llevando a los 41 millones a estar cada vez peor”, sostuvo.
“No somos una sociedad inteligente para salir adelante y lo peor son los individualismos. Hay que dejar de echar culpas y empezar a construir entre todos. Los políticos salen de nuestra sociedad y los elegimos entre todos”, remarcó.
Apuntó a “un cambio real y no el uso de la palabra para marketing, porque con la promesa del cambio nos hicieron creer que íbamos a tener más sustentabilidad, más puestos de trabajo para combatir la pobreza. Estamos cayendo permanentemente y tenemos que trabajar en conjunto la sociedad. No alcanza con echar la culpa a Punta Arenas porque vende más barato, sino que nosotros somos los que tenemos un montón de barreras nacionales y provinciales que nos complican”.
“Mendoza también se está cayendo a pedazos por la competencia de Chile y el comerciante no tiene herramientas, porque las tasas bancarias son imposibles y lo que pagamos de costo laboral es impresionante. Son cerca de seis mil pesos por cada diez mil que se paga de salario. No creo que a Nación le mueva el amperímetro unos cientos de miles de pesos de costo laboral en Tierra del Fuego, sobre miles de millones a nivel nacional”, dijo, sobre medidas que podrían implementarse desde Nación para mejorar la competitividad en la provincia.
“Punta Arenas nos está demostrando que no somos competitivos, y no lo somos para el mundo. No podemos estar fuera del mundo. Hay que plantearse adónde vamos con estas políticas, con un estado deficitario. En la media nacional, el 80% de las pymes no sobreviven dos años. Acá mucha gente que perdió el trabajo y lo indemnizaron, pone un negocio; pero necesitamos una política de acompañamiento para esos proyectos, que sean fortalecidos en los primeros años, porque después vemos que la familia puso todo para ese emprendimiento y anda buscando trabajo porque le fue mal. Esas son políticas públicas”, subrayó.

Despidos en comercio

Finalmente se refirió a la caída de puestos de trabajo y las cifras coinciden con las aportadas por el gremio de comercio. “En Río Grande hemos llegado a un pico de 2.500 empleados de comercio y es cierto que cayó en el rubro comercio un promedio de un empleado por día, además de los puestos en las fábricas, el impacto en los taxistas y un montón de rubros que han quedado en el medio. Esto tiene un trasfondo profundo que tenemos que cambiar”, reclamó.
En cuanto al ingreso de mercadería de Chile, y la denuncia de un delivery ilegal en la provincia rayano con el contrabando, indicó que “es muy delicado hablar de contrabando desde Punta Arenas porque es un delito federal y hay que probarlo. Sabemos que se va mucho dinero en cada fin de semana largo a Punta Arenas y también es una realidad que no podemos ser competitivos con los precios. Pero nos piden ser competitivos en Tierra del Fuego y bajan los aranceles de importación. Ahora vamos a ver que los precios apenas van a bajar un 10 ó un 12% con respecto a Chile, a costa de cientos de puestos de trabajo. Hay que bajar el costo país para ser competitivos en el mundo”, concluyó.