La Secretaría de Ambiente, Desarrollo Sostenible y Cambio Climático, a través de la Dirección General de Recursos Hídricos, elaboró un informe a partir del monitoreo de las condiciones climáticas e hidrológicas de la cuenca del río Grande, y del aumento de caudales registrado durante las últimas semanas en la parte media y alta de la cuenca tanto del río Grande como de sus seis afluentes (Moneta, Herminita, Rassmussen, Menéndez, Ona y Candelaria).
Río Grande.- El informe detalla que si bien en mayo de este año se registró un leve incremento en las precipitaciones, del orden del 20% en relación a los registros medios históricos correspondientes a este mes, la eventualidad que se manifestó en esta oportunidad se debió a la ocurrencia de precipitaciones de cierta intensidad (6mm en 12 hs, es decir, una cuarta parte de la media mensual en solo 1/2 día), seguidas de temperaturas por debajo de los 0°C por tiempos prolongados. De esta forma, el suelo saturado y congelado impide la infiltración, permitiendo así el libre escurrimiento de las posteriores precipitaciones líquidas, prácticamente de forma casi completa. Es decir, el aumento de caudales registrado en la cuenca del río Grande y afluentes, se debe más a que el abrupto descenso de la temperatura provocó un escurrimiento superficial directo a los cauces que aportan al río Grande, que a las lluvias, que si bien fueron intensas no fueron extremas.
La información climática es monitoreada permanentemente desde la Dirección General de Recursos Hídricos de la Secretaría de Ambiente, a fin de detectar anomalías en los registros de toda la cuenca. El último de los picos registrado fue el domingo 21 de mayo, lo cual generó una onda de crecida que se trasladó a lo largo del cauce del río Grande hasta llegar al estuario próximo a su desembocadura.
Cabe mencionar a modo comparativo un evento extraordinario sucedido en 2006. En ese momento se combinaron fenómenos como el aumento de precipitaciones y el aumento de la temperatura en una fecha en donde la cuenca contaba con nieve estacional acumulada. El derretimiento sumado a las precipitaciones generó un aumento notable de los caudales tanto en el río Grande como en otros cursos de agua de la Provincia, causando varios inconvenientes. A diferencia de lo sucedido en el 2006, actualmente el aumento en los caudales es producto principalmente de la lluvia en la parte alta de la cuenca, lo cual provoca la ocurrencia de registros de caudales máximos pero no extraordinarios.
Por otra parte, desde la Secretaría de Ambiente se está trabajando en el armado del sistema de alerta temprana contra inundaciones, lo cual es un proceso largo y que requiere de una importante inversión; para este trabajo se incorporaron profesionales que trabajan en el desarrollo de la alerta. Este sistema permitirá predecir de una manera óptima y apropiada eventos de riesgo, basado en información que permita contar con datos a tiempo real para alimentar los modelos hidrológicos e hidráulicos que actualmente se encuentran armados y calibrados, a fin de emitir una alerta con varias horas de anticipación.
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