Cuando la gastronomía es una pasión

Los hermanos gemelos Pablo y Francisco Maravilla, gastrónomos de profesión, trabajaron varios años en Europa y su regreso a Río Grande consolidan un negocio familiar que ya tiene más de cuarenta empleados. ‘De la Ostia’, ‘Fratello’ y ‘Maravilla Café’ en el Aeropuerto, son la punta del iceberg de un negocio floreciente hecho a fuerza de mucho sacrificio y que se añade ‘Maravilla Catering y Eventos’ y ‘Mykonos Bar’. Ambos contaron su experiencia en Radio Universidad.

Río Grande.- En el contacto de los viernes con el corresponsal en Roma, doctor Marcello D’Aloisio, Radio Universidad (93.5 MHZ), con la conducción de Alberto Centurión y Lorena Vera, entrevistó a Francisco y Pablo Maravilla, dos jóvenes chefs fueguinos que han realizado una gran experiencia de cinco años en Europa y que han vuelto a Río Grande donde regentean un próspero negocio gastronómico que da trabajo a 40 familias.

“Hay que seguir trabajando día a día para salir adelante”, introdujo Francisco y su hermano gemelo Pablo relató que “nosotros nos criamos acá en Río Grande, yendo a la Escuela N° 10 ‘Manuel Belgrano’ donde hicimos la primaria, luego hicimos el secundario en la Comercio desde donde al culminar nos fuimos a Capital Federal a hacer el terciario, donde nos recibimos en el Instituto Argentino de Gastronomía como Técnicos en Gastronomía”.
Agregó que “una vez que nos recibimos, en mi caso particular me fui a Madrid con un contrato de trabajo. En el primer año estuve trabajando en un restaurante italiano en pleno corazón de la capital española y aproveché de hacer un par de cursos con la comunidad de Madrid y a medida que fue pasando el tiempo me fui abriendo camino; empecé a tener experiencia y fui tomando trabajos en restaurantes más importantes”.
En ese sentido contó que “estuve de jefe de cocina en varios restaurantes, también hice aperturas de restaurantes y asimismo estuve haciendo temporadas de verano en Alicante en el Mediterráneo y también en Palma de Mallorca, siempre trabajando duro, como es la gastronomía con muchas horas”.
Pablo contó que se fue a España en el 2005 y volvió a fines del 2011. “Nunca me faltó trabajo estando en España, pero tenía el sueño de tener lo propio y qué mejor que hacerlo en la tierra de uno y poder crecer donde me crié”.
Aseguró que “no lo dudé, mi hermano Francisco y quien me terminó de convencer; la idea siempre fue tener algo propio, dejar de trabajar para un tercero y empezar a manejar nuestro propio negocio”.
Recientemente, Pablo se tomó unas vacaciones junto a su esposa para refrescar conocimientos culinarios en la costa española. “Me sirvió este viaje porque pude traer cosas nuevas para la Isla”.
Pablo compartió que “lo que mejor me llevo de haber estado en Europa, es haber conocido la cantidad de gente de diferentes países y de diferentes culturas. El hecho de poder sentarse en una mesa donde había gente de más de diez países y poder compartir platos típicos de cada uno, historias o cosas de cada país. Todo eso me marcó mucho, aparte de haber adquirido experiencia profesional; incluso sigo teniendo contacto con esos compañeros, incluso cuando me fui de vacaciones estuve en la casa de cada uno de ellos”.
Por su parte Francisco contó que “cuando Pablo se fue a Europa, yo me fui a Mendoza y me gustó tanto que me quedé un año; estuve trabajando en un restaurante que está en el Shopping que se llamaba Bizarro y estuve todo un año trabajando allí y después decidí ir a Europa, me contrató una empresa de Andorra, que es un Principado que está entre España y Francia, que su actividad más importante es el ski y actúa como centro invernal, después de que terminó la temporada estuve unos dos meses trabajando con Pablo en España; después me volví para la Argentina; regresé a Andorra en la temporada de ski y después me quedé un año más en Madrid”.
Los gemelos nacieron ‘por accidente’ en Bahía Blanca ya que su madre, la reconocida Graciela ‘Chela’ Almonacid, se fue de viaje a esa localidad bonaerense, pero los niños nacieron prematuramente, a los seis meses de gestación. “Volvimos cuando teníamos dos meses, así que nos consideramos riograndenses y fueguinos. Toda nuestra familia es fueguina”.
Como anécdota, Francisco compartió que tuvo que cocinar para toda la producción de un reality show.

Apostando a la innovación y a la variedad gastronómica

Pablo contó que el objetivo es ir aportando innovaciones a la gastronomía fueguina. “La idea es dar una mejor gastronomía a Río Grande; la verdad es que si bien teníamos muy pocas opciones, no eran malas y tratamos ahora, tanto con ‘De la Ostia’ como ‘Fratello’ (los dos negocios de los hermanos en Río Grande) es tratar de dar opciones diferentes que no había y día a día ir creciendo un poco más”.
Este sábado ‘De la Ostia’ cumplió su primer año “restobar que se dedica a toda la cocina española; hacemos todo lo que es tapeo, raciones, tenemos muchos platos y mucha cultura de lo que es España hoy, la gastronomía en España es algo muy cultural, muy parte de ellos, por ello nosotros tratamos de plasmar acá, con la materia prima que conseguimos tratar de llevar ese sabor español al paladar fueguino”.
“Cuesta mucho traer ingredientes españoles, más con las importaciones; pero con la materia prima local y con lo que conseguimos afuera, vamos armando. Uso muchas recetas de allá y vamos componiendo a medida que nos permiten las circunstancias diferentes menús y la carta, la que vamos cambiando cada tres o cuatro meses”.
Los locales están en Río Grande y los productos de mar los adquieren en Almanza, frente al canal Beagle, “donde compramos los mejillones, el pulpo, la trucha, la centolla; es decir, todos los productos de mar, lo sacamos de ahí”.
En este punto, el doctor Marcello D’Aloisio recordó que durante la visita de la canciller alemana Ángela Merkel, en la cena que se hizo en Buenos Aires ofrecida por el presidente Mauricio Macri, se ofreció centolla fueguina. “Puedo asegurar que la centolla fueguina está teniendo un éxito espectacular y puedo asegurar que vamos a tener a granel en todas partes de Europa”, vaticinó.
Pablo acotó que “la verdad que esta noticia le viene muy bien a los productores de Almanza, que con el frío y todo lo demás, hacen diariamente un trabajo muy sacrificado. La centolla fueguina se caracteriza por ser muy buena y nosotros tenemos la suerte de poder ofrecerla en diferentes platos en los dos restaurantes (‘De la Ostia’ y ‘Fratello’) y a la gente le gusta mucho, tiene una muy buena aceptación”.
Recientemente, los hermanos se hicieron cargo de la concesión de la cocina del Grande Hotel de cinco estrellas con ‘Fratello’, desde hace unas dos semanas, “hacemos trattoría y grill, hacemos pasta de muy buena calidad; considero que está saliendo todo muy bien –mejor de lo que esperábamos-, pese a que estamos recién armando el equipo. Ahí fusionamos pasta con todo lo que son cortes de carnes a la parrilla”.
Los hermanos tenían un local de comidas en la calle Estrada, donde experimentaron con éxito las empanadas de cordero. “Ese fue nuestro primer negocio y el que nos hizo destacarnos un poco y hacíamos unas empanadas de cordero que tuvieron una enorme aceptación por parte del público”.
Justamente los domingos al mediodía en ‘Fratello’ cocinan corderos a la estaca y de noche también se ofrece cordero.
“A veces bromeamos con mi hermano que tendríamos que haber sido trillizos por el trabajo que tenemos; ‘Maravilla Catering y Eventos’ que engloba a todo nuestro negocio, también tiene la concesión de un importante sanatorio donde cocinamos para los internados y a parte del personal, asimismo tenemos comedores en fábricas y empresas y entonces es como que tenemos muchísimo trabajo, además de ‘Maravilla Café’ en el Aeropuerto y asimismo Mykonos Bar”.
“Tenemos un poco más de 40 empleados y tenemos también el apoyo de la familia, nuestra madre está al pie del cañón todos los días, junto a su marido Ramón y nos alivia mucho la tarea, también a nuestro tío Claudio que está a cargo de ‘De la Ostia’ por la noche y que está a disposición de lo que necesitemos y luego están mis cuñadas que están contratadas con nosotros, tenemos uno de nuestros hermanos más chicos, Facundo de 21 años, que también está trabajando con nosotros y está aprendiendo mucho. Somos seis hermanos en total”.
Ambos hermanos coincidieron en que “la gastronomía es un trabajo muy sacrificado, donde dejamos de lados muchas horas a la familia, a los amigos y muchas otras cosas”.