Realizan la Práctica Profesional Supervisada en proyectos que les permiten poner sus conocimientos al servicio de sectores sociales vulnerables.
BUENOS AIRES. – Dos grupos de alumnos de la UTNBA eligieron realizar su Práctica Profesional Supervisada (PPS) en proyectos solidarios: uno de ellos en la Cooperativa Social La Huella, en la que internos del Hospital Borda realizan trabajos de carpintería; y otro en la Fábrica Lacar, recuperada por los trabajadores.
El Departamento de Ingeniería Industrial implementó este año una nueva alternativa de PPS en Cooperativas y Fábricas recuperadas, con la intención profundizar el vínculo de la Facultad con la sociedad y de dar respuesta a la inquietud de los alumnos por volcar sus conocimientos a proyectos con marcada sensibilidad social.
Para eso buscó darle un nuevo campo de acción a la PPS, en el que los estudiantes se vinculen con el medio: “Una de las formas que encontramos y que nos pareció muy productiva fue vincularlos con cooperativas y fábricas recuperadas, que justamente son muchas veces las que más asistencia necesitan en cuanto a procesos tecnológicos y que generalmente no cuentan con los recursos como para poder afrontarlo”, explicó Sebastián Pinto, docente y Consejero Graduado de Ingeniería Industrial y uno de los impulsores de la nueva Práctica Profesional.
La Cooperativa Social La Huella está integrada por internos del Hospital Borda en etapa de resociabilización: “Después del tratamiento y ya estabilizados muchas veces encuentran problemas en la salida laboral. Entonces conformaron esta Cooperativa asistidos por la Universidad de Quilmes, y pusieron en marcha una carpintería”, sostuvo Pinto.
En esta cooperativa, los estudiantes de la Facultad están desarrollando un nuevo proceso industrial, con la intención de que La Huella incremente su potencial y se vuelva sustentable.
“Buscamos desarrollar un producto estandarizado a partir de pallets que la cooperativa recibe de manera gratuita de parte de una empresa con la cual está vinculada. Lo que quieren es encontrar un producto que puedan desarrollar, que identifique a la Cooperativa y que le permita ser más sustentable. Porque hoy en día el ingreso por venta de muebles que ellos tienen es muy bajo”, explicó Juan Francisco Barragán, uno de los estudiantes de Ingeniería Industrial que trabaja en La Huella.
Los alumnos de la Facultad están trabajando en el diseño de herramientas, en el desarrollo de un proceso productivo nuevo para que la Cooperativa pueda subsistir en base a las ganancias que generen sus ventas. “Lo que ellos necesitan es encontrar un producto que se adecúe a los requerimientos que ellos tienen: hacer muebles menos complejos, con cortes más rectos, en los que si bien se puede lijar, no por períodos de tiempo prolongados”, sostuvo Barragán.
Dentro del sector Cooperativo las fábricas recuperadas son un actor muy importante y de ese sector se empezó a trabajar con Fábrica Recuperada Lacar, cuyo mayor problema era la determinación del costo de producción de las prendas.
Manuel Lozano, estudiante de Ingeniería Industrial, y uno de los miembros del grupo que trabaja en esa Cooperativa perteneciente a La Alameda, explicó: “estamos en el proceso de determinación del costo de producción de las camperas. Necesitan bajar el costo para poder bajar el precio de venta, y en este momento estamos trabajando en eso. Hay mucha incertidumbre en los procesos, en los materiales, en los tiempos que realmente se necesitan para fabricar un producto o un lote de camperas. Hay mucha variabilidad entonces lo que se necesita es estandarizar los procesos, registrar producciones, analizar los tiempos”.
Los alumnos de la UTNBA relevaron todo el proceso de producción, desde el corte y tizado de las telas hasta la costura y terminaciones. “Vemos qué cantidad de material utiliza cada una de las camperas y hacemos una descomposición unitaria. Después uno le asigna un valor que va a ir variando según el precio del dólar y de las materias primas, y se va actualizando el precio según la inflación”, sostuvo Lozano.
En el caso de La Huella, los alumnos trabajan con la modalidad de consultoría, es decir que proponen modelos de trabajo y es la Cooperativa la que decide si los implementa: “No imponemos y dentro de lo que es el cooperativismo, todos tienen que estar de acuerdo en que los cambios propuestos se lleven a cabo, así que venimos a ser una voz más”, aseguró Barragán.
En cambio en Lacar se trabaja por etapas: “primero hicimos un relevamiento de todo el proceso, un registro de datos, procesos y tiempo del trabajo de los compañeros. Después empezamos a diseñar algunas herramientas y más que nada a armar planillas de Excel y actualizar algunas hojas de registro que ellos usaban. Ahora estamos en la parte de implementación y mejoras de esas herramientas. La intención es presentarlas y explicar el proceso en una asamblea con los compañeros de Lacar y del resto de las Cooperativas del Polo textil de Barracas, para que ellos también puedan usarlas. La idea es socializar el proyecto”.
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