Recientemente, las notebooks y tablets ensambladas en el país llegaron a representar más del 60% del mercado. Sin embargo, tras haberse anulado el arancel de importación, la producción local se hizo inviable. Cómo se reconvirtieron las empresas frente a la avalancha del exterior.
Río Grande.- El proyecto de contar con computadoras portátiles «Made in Argentina», con mayor o menor nivel de valor agregado, oficialmente está liquidado.
La aplicación del arancel cero para la importación de notebooks y tablets, que entró en vigencia a comienzos de abril, está generando un «aluvión» de equipos del exterior, principalmente del sudeste asiático.
Como contrapartida a este plan implementado por el macrismo tendiente a ampliar la oferta y a hacer más competitivos los precios domésticos respecto de otros países de la región, la oferta de dispositivos ensamblados localmente se desplomó. Y está a pasos de desaparecer.
Las estadísticas provistas a iProfesional por parte de CAMOCA, la entidad que nuclea a las marcas nacionales de productos informáticos, son contundentes al respecto.
Según los registros de esta cámara, las empresas instaladas en Capital, y en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Tierra del Fuego:
• En el primer semestre del 2014 habían ensamblado más de 1,1 millón de notebooks.
• En igual lapso de 2015 –como consecuencia de las dificultades para importar-, el número había bajado hasta las 711.000 unidades.
• Para 2016, su volumen cayó hasta los 475.000 equipos.
• En tanto que para enero-junio de este año, en la Argentina se produjeron apenas 155.700 portátiles, de las cuales el polo fueguino aportó tan sólo 700.
Como contrapartida, según CAMOCA, en el primer semestre se importaron 1,4 millón de computadoras. De ese total, más de 1,2 millón fueron notebooks y tablets.
Así las cosas, si se considera esta última cifra y se la contraste con los 155.700 dispositivos ensamblados localmente, esto significa que hoy cerca del 90% de toda la oferta de portátiles está provista por productos del exterior.
Cabe destacar que hace apenas tres años, el share de los equipos importados era de apenas 39%.
Es decir que, en este corto período, ganaron 50 puntos de mercado y destronaron a la competencia nacional.
La situación de Tierra del Fuego es toda una muestra del cambio de ciclo
Con sus líneas de montaje ya desactivadas, en lo que va del año sólo despacharon un remanente de 700equipos a los centros de consumo, lo que representó un share marginal de menos del 0,03% en el mercado total.
En el sector, anticipan que el predominio de las marcas internacionales en un muy breve lapso pasará a ser del 100%.
«Casi no quedan productos nacionales, en la Argentina dejó de ser viable la producción de portátiles. Lo que está a la venta sólo son remanentes», afirma a iProfesional Marcelo Aloy, gerente de Air Computers.
Barajar y dar de nuevo
Pc Arts, con su marca Banghó; Air Computers, que maneja CX y BGH, en Tierra del Fuego, son algunas de las cerca de diez compañías que debieron redefinir su estrategia de negocios, ante la anulación de los aranceles y la mayor competencia externa.
En el caso de las empresas fueguinas, debieron desactivar sus líneas de montaje y poner todas las fichas en sus tres grandes caballitos de batalla, como son los celulares, los televisores y los equipos de aire acondicionado.
En tanto, las firmas instaladas en otras provincias, como Buenos Aires o Santa Fe, y que no gozan de un régimen fiscal y tributario como el que sí rige en el sur del país, tuvieron que ponerse más «creativas» para continuar en el mercado.
Básicamente porque la producción de portátiles era una parte esencial de su negocio.
Frente al cambio de ciclo, algunas optaron por achicarse y volver a las «fuentes», es decir, a su rol de importadoras o comercializadoras.
Otras, además de reforzar su estrategia de distribución para grandes marcas internacionales, debieron especializarse en nichos, como el de computadoras de escritorio o servidores para empresas.
Pc-Arts, propietaria de la marca Banghó, decidió desarrollar un plan “para aprovechar las condiciones favorables a la importación”, enfocándose en la distribución mayorista de líderes como Intel, Microsoft, AMD, Lenovo y Asus, entre otras.
Además, se convirtió en “master dealer” de Dell para el mercado argentino.
En cuanto a la marca Banghó, la empresa cerró una de sus dos plantas y decidió que el grueso del portfolio pase a ser importado.
PC Box, ubicada en Mar del Plata, también se volcó a la importación y comenzó a diversificar su portfolio, que ahora va más allá de las computadoras. Para ello, está poniendo el foco en telefoníacelular y en “gadgets” tecnológicos, todos importados.
Así, en los últimos meses, la empresa presentó una línea con marca propia que incluye desde auriculares hasta smartbands, provenientes de Asia.
En el caso de Air Computers, durante las restricciones a las importaciones en épocas kirchneristas, la compañía había iniciado un proceso de ensamblado local para potenciar su marca propia: CX.
Sin embargo, según detalla Aloy a iProfesional, «esto quedó trunco porque hoy en la Argentina ya no es viable producir portátiles».
«Se volvió antieconómico competir frente a la entrada de equipos con arancel cero», recalca el directivo.
«Para empezar, importar los componentes de una notebook por separado ocupa en un container entre dos o tres veces más de espacio que una computadora ya ensamblada. Esto equivale a tener que pagar más del doble por el servicio logístico», enumera.
A esto se sumaba el factor mano de obra, dado que «desde el armado de los equipos hasta la gestión del inventario demandaba mucho más personal que una operación dedicada sólo a la comercialización. Eran costos que no podíamos absorber».
De hecho, de pasar a ocupar una planta de 2.000 metros cuadrados cubiertos, Air Computers actualmente opera en una de 500 m2.
Desde la firma aclaran igualmente que la apertura de las importaciones no afectará los niveles de facturación de la compañía. De hecho, hasta prevén un incremento del 20% para este año respecto de 2016.
Básicamente porque la unidad de negocios de notebooks y tablets nacionales fue reemplazada por la distribución de dispositivos de grandes jugadores internacionales, como HP, Samsung, Dell, Intel o Lenovo.
«En lo comercial, la medida del Gobierno favoreció a que el negocio sea más dinámico. Nosotros tenemos 4.000 clientes activos, entre casas de computación y empresas y estamos volviendo a mover volúmenes similares a los de 2014, antes de los problemas para importar», apunta Aloy.
Sin embargo, el directivo reconoce que, desde el punto de vista de las aspiraciones de producir una marca localmente, la medida desactivó todos los proyectos.
«Hubo una industria electrónica que se vio afectada y esto es un retroceso. Nosotros habíamos hecho una inversión muy grande en el edificio, con temperatura y humedad controlada, y en una línea de robótica de última generación que era capaz de producir desde motherboards hasta tableros para autos. Pero como ya no es posible, está desactivada», explica.
Esa maquinaria, «hoy está puesta a la venta, obviamente a pérdida, lo que es una picardía porque eran equipos casi nuevos».
La compañía, como contrapartida, decidió centrar su fuerza productiva en las PC de escritorio, ya que al ser equipos a medida de la necesidad de usuarios y empresas, se convirtió en el único nicho informático que sí resiste ante la importación.
«En las PC se da una particularidad y es que hay firmas que necesitan computadoras con configuraciones muy específicas. Y demandan 500, 200 o menos unidades, una cifra pequeña que impide cotizar en el exterior hacer traer todo de afuera», detalla.
Hoy Air Computers produce desde computadoras que operan con pizarras electrónicas hasta terminales de servicio para bancos.
«Esto nos permite proyectar un nivel de producción similar al de 2016», confirma.
¿Cómo evolucionaron los precios?
Más allá de este mayor flujo de importaciones, ¿se cumplió la promesa macrista que pregonaba un abaratamiento de las notebooks en el mercado local?
Según detallan desde la consultora especializada GfK, el plan «reducción de precios» comenzó en septiembre de 2016, apenas se filtraron los primeros rumores sobre las intenciones del Gobierno de quitar los aranceles para favorecer la entrada de dispositivos importados y terminar con el ensamble local.
Las rebajas «se aplicaron a toda la mercadería que aún no había sido alcanzada por ese beneficio, con lo cual estratégicamente se trató de una limpieza de stock», apunta Ana Carattino, analista de GfK.
Según la consultora, si se toma como punto de partida agosto de 2016, justo antes de que se conocieran las intenciones del Gobierno de introducir cambios en el arancel, las notebooks se abarataron entre 24% y 29% en términos nominales, a lo que hay que sumar el efecto inflacionario.
En este contexto, desde Air Computers aseguran que en breve podría haber una sobreoferta de portátiles en el mercado que seguirá presionando a la baja los valores de venta al público.
«Aparecieron muchos importadores improvisados que vieron la oportunidad y se lanzaron a traer equipos económicos. Esto va a estar llegando a los comercios entre agosto y septiembre», anticipa Aloy.
En cuanto a los países de origen, el 92% de todas las tablets y notebooks que cruzan la Aduana están hechas en China.
El 8% restante se reparte entre equipos provenientes de Vietnam, Taiwán y Brasil, según se desprende de un informe de la consultora Market Research & Technology para iProfesional.
Respecto de las marcas que más están capitalizando la apertura del mercado, Hewlett Packard se posiciona como la número uno, con cerca de un 30% del mercado.
Completan el top 5 Lenovo (27%), Exo (13%), Dell (10%) y Acer (8%).
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