radiouniversidad.com.ar

El ingeniero Víctor Bronstein, director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad, estimó que hasta octubre no habrá variaciones y, después de las elecciones, el gobierno cuenta con YPF como herramienta reguladora. Advirtió sobre un mercado oligopólico en Argentina, y llamó la atención para no repetir la experiencia de los ’90, cuando el país quedó con los precios más altos del mundo.

“Políticamente supongo que el gobierno debe haber acordado que, de acá a las elecciones, esto no va a generar un aumento del precio del combustible, que es el temor que hay. El gobierno en este momento, al estar YPF bajo el control estatal, tiene una herramienta para que no se dispare el precio de los combustibles”, subrayó el ingeniero Víctor Bronstein, director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad.

Río Grande.- El ingeniero Víctor Bronstein, director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad -CEEPYS- y un especialista en la materia, dio su evaluación ayer por FM La Isla sobre la liberación del precio de los combustibles y cómo impactará en nuestro país.
Se le preguntó si este es un anuncio netamente político o económico, y consideró que “tiene un poco de las dos cosas. Es político en el momento en que se hace, para mostrar una supuesta normalización del sector. Hay ciertas condiciones que se están dando en el mercado internacional, en los últimos diez días ha subido el precio de crudo a valores que hacen posible hacer esta liberalización, porque quedó alineado el precio internacional con el precio local, e incluso está un poco más alto”, dijo.
“Políticamente supongo que el gobierno debe haber acordado que, de acá a las elecciones, esto no va a generar un aumento del precio del combustible, que es el temor que hay. El gobierno en este momento, al estar YPF bajo el control estatal, tiene una herramienta para que no se dispare el precio de los combustibles”, subrayó.
Igualmente advirtió que “no es tan sencillo, porque YPF tiene el 50% del mercado, pero no tiene mucha más capacidad de producción. No es que si mantiene un precio más bajo puede obligar a las otras petroleras a que lo sigan; no es tan sencillo el balance, pero puede regular el mercado”.
“El gran problema para la liberación del precio de los combustibles es que la Argentina es un mercado muy concentrado. Hay cuatro jugadores, de los cuales uno, que es YPF, tiene el 50% del mercado. Es un mercado oligopólico y hay que evitar que pase lo que pasó en la década de los ’90, cuando se desregula y se privatiza YPF, porque el precio de los combustibles estaba caro respecto del mundo. En un momento tuvimos casi los combustibles más caros del mundo. Ese es uno de los problemas de los mercados oligopólicos”, planteó.
Comparado con la región, dijo que “hoy el precio está un poco más caro, pero no mucho más. En los combustibles hay un elemento importante que es el impositivo, y en la Argentina el 50% o más son impuestos. Esto ocurre en otros países del mundo e incluso en Europa son más altos estos impuestos. Estamos un poco más caros que Brasil, un poco más baratos que Uruguay, Chile está más barato porque tiene menos carga impositiva, pero está dentro de un margen del 5 ó 10%”, aseguró.
Respecto de si esta medida puede generar un efecto inflacionario en los centros de distribución más alejados, barajó que “eso no es lo que va a ocurrir, porque todos los productos tienen incorporado el precio del combustible. Siempre hay fletes, transportes, y el 95% del transporte se mueve con derivados del petróleo. Los combustibles son un componente muy importante en la economía de un país, pero en el corto plazo no va a traer un aumento, y creo que el gobierno va a utilizar la herramienta de YPF cuando haga falta para tratar de regular el precio”, reiteró.
En cuanto a lo que pueda pasar después de las elecciones, insistió en que “hasta el 22 de octubre no va a haber casi ningún cambio. El precio internacional está subiendo, pero se mantiene con cierta estabilidad. No debería haber un gran cambio después”.
“Hay que evitar que las petroleras aprovechen un mercado que no es competitivo, para sacar rentas extraordinarias con los combustibles. Eso es lo que hay que cuidar”, recomendó el especialista.

Una visión local

Como propietario de una estación de servicio, Daniel Padín aportó su visión de la medida, y coincidió con el ingeniero Bronstein en que “la desregulación no implica que va a aumentar el combustible, sino que las petroleras van a poder tener el precio que quieran. Si YPF quiere venderlo más barato, lo va a hacer, lo mismo Shell o cualquier petrolera”, señaló por FM del Sur.
“Hasta hoy estaban regidas por un número que ponía el Estado y la variación permitida era mínima. A partir de esta ley se libera, y puede subir o bajar. De todas maneras, como está el precio internacional del crudo, no va a bajar. Es muy posible que, cuando el precio internacional del crudo suba, el combustible vuelva a subir; y va a fluctuar si baja el precio del crudo. Cada petrolera va a tener su precio, y no es que yo voy a poner el precio que quiera en la estación de servicio, porque está liberado. Lo va a poner la petrolera, como es hasta ahora”, explicó.
“No hay forma que un estacionero que tenga bandera de la empresa que fuese ponga el precio. Cada petrolera tiene su precio, según la región, el costo de flete o distintos impuestos. Pero básicamente el sistema está manejado desde Buenos Aires y ni siquiera te avisan. Cuando el surtidor se tilda por 30 segundos, se cambia el precio”, sostuvo.
Estima que el país, al tener una petrolera de bandera, “medianamente va a regir el precio. El cliente va a tener la opción de decidir si carga en Shell, en YPF o Petrobras, de acuerdo a la calidad, el servicio o lo que sea. La Argentina tiene la ventaja de que tiene una petrolera muy grande, con más del 60% del mercado, que va a poder regir cierto número, para que los precios no se disparen”, concluyó.