El Dr. Julio Torres, representante de SIPROSA, expuso la merma de profesionales en los hospitales públicos, con nuevas renuncias en los últimos días y otras en carpeta. Aseguró que nunca se frenó esta “sangría”, y en su mayoría migran al sector privado, donde se triplican los salarios. También cuestionó el gasto en contratados, que cobran tres o cuatro veces más que un médico de planta.
Río Grande.- El Dr. Julio Torres, representante de SIPROSA, dialogó con Radio Universidad 93.5 sobre la fuga de profesionales, con nuevas renuncias en los hospitales públicos.
“Nunca hubo un estancamiento de la sangría de profesionales, pero las noticias que llegan a los medios tienen que ver con información que da el Ministerio de Salud, que siempre pone en tela de juicio cuántos son. Pero la realidad marca que se va desmantelando servicio por servicio. La última noticia es que las dos cardiólogas del hospital han presentado su renuncia y no sólo dejan la atención, sino que dejan de hacer estudios. La migración es multicausal y el tema económico juega un rol muy importante, porque en el sector privado se están triplicando los salarios del sector público. Hay otras causas de política sanitaria, y del trato con el profesional”, dijo.
Sin audiencia
El médico aseguró que desde la Asociación “hemos pedido reuniones con la gobernadora y nunca hemos tenido una respuesta. En los últimos dos años no hemos tenido una sola entrevista con la gobernadora. Presentamos notas como corresponde y no hubo respuesta a ningún pedido de audiencia. En estos dos años de gestión hubo doce pedidos de audiencia. Lamentablemente no nos reconocen como gremio, aunque tenemos una inscripción simple en el Ministerio de Trabajo, pero todavía no estamos reconocidos como gremio”, señaló.
Sin embargo observó que esto no fue obstáculo con anterioridad, y puntualmente durante la campaña de Bertone a la gobernación. “Antes de que el gobierno asumiera tuvimos reuniones con los funcionarios de salud, incluso el Dr. Colman era representante de la Asociación de Profesionales de Ushuaia, y también nos reunimos con Bertone previamente a su asunción, cuando estaba en campaña. Se hicieron un montón de promesas que no llegaron a buen término, pero siempre estamos dispuestos al diálogo, porque lo económico no es lo único. En Río Grande representamos a más de cien profesionales y en Ushuaia otro tanto. Estamos arriba de los 250 profesionales, y en la provincia debe haber 340”, dijo, con lo cual la representación es ampliamente mayoritaria.
Servicios desmantelados
El profesional mencionó servicio por servicios cómo fueron impactando las renuncias. “El servicio de cardiología se está diezmando y el de neurología desapareció. El año pasado teníamos dos neurocirujanos y se hacían cirugías complejas, pero hoy no están con nosotros. Vienen profesionales contratados pero no están en planta. No tenemos gastroenterólogo, en traumatología tenemos un solo médico de planta y ahora se contrató un grupo de médicos que vienen a suplir consultorios externos y a hacer cirugías, pero son contratados, y salen mucho más caros. Nos queda un solo nefrólogo, que está cobrando entre 50 y 60 mil pesos, y un médico nefrólogo contratado cobra 55 mil pesos por semana”, comparó.
“En oftalmología tenemos una sola doctora, que está pronta a jubilarse, y el resto son médicos contratados. En neonatología viene un grupo de médicos del norte, lo mismo en ginecología, en pediatría. Hace poco tiempo se fueron dos pediatras, muchos se van al sector privado y otra parte se va al norte. Lo que tienta es el sector privado porque tiene una oferta muy importante”, sostuvo.
“Lo económico pesa, pero también lo político. Uno de los médicos que se fue me dijo que se sentía como una mujer golpeada, porque ya no pedía que lo traten bien sino simplemente que no le peguen. A ese nivel está la sensación de los profesionales. Somos una mano de obra calificada y por lo menos pedimos un trato cordial, que no existe”, lamentó.
Recordó que “hace poco salió la boleta del Dr. López, que por siete guardias cobró 170 mil pesos. De este tipo de contratos hay muchísimos. Si vemos la plata que se invierte en los contratos, es una suma millonaria. Si la invirtieran en salarios, puedo asegurar que va a venir gente”.
Reconoció que “hubo una inversión importante en tecnología, tenemos un tomógrafo de última generación, pero no tenemos profesionales que puedan usarlo. Para tomografía tenemos una sola profesional y el resto se manda vía web la imagen a Córdoba, y desde allí nos mandan los informes por mail. Esto quita calidad, porque el médico que está en el norte y recibe la imagen, pierde contacto con el paciente, por más que sea un excelente profesional”, expresó.
“Cuando vienen contratados del norte también se pierde calidad, porque no hay un seguimiento del paciente. Lo sigue viendo un contratado o alguien de planta del hospital y eso quita calidad. Nadie reniega de la calidad de los profesionales que vienen, pero no se puede dar seguimiento a los pacientes de esta manera”, subrayó.
Consultado sobre la renuncia del Dr. Tejedor en el hospital, aclaró que “con la dirección no tuvimos mayores problemas, pero hay un mandato de arriba y lo que hay que cambiar son las políticas sanitarias generales”.
“Hemos tenido reuniones con Gorbacz, que es psicólogo y conoce la realidad del hospital. Se muestra preocupado y muestra interés en el momento, pero en la práctica no tenemos ningún resultado. Si uno escucha el discurso del ministro, es muy lindo, pero no es lo que ocurre en la práctica. En la atención primaria de salud cada vez son menos profesionales, ya renunció una médica que era directora de atención primaria en Río Grande y hay tres renuncias más en carpeta”, adelantó.
Con respecto a Ushuaia, indicó que “la situación es menos crítica que en Río Grande y hay muchos programas que se pagan extra. Esto hace que varios médicos estén con varios cargos y con eso mejoran su haber”.
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