Como todos los años, el Municipio de Río Grande recordó este miércoles un nuevo aniversario del fallecimiento del querido Padre José Zink, con un acto sencillo que se realizó junto al monumento que lo inmortaliza en la costanera de la explanada municipal.
Río Grande.- Autoridades municipales, concejales, delegaciones de las fuerzas armadas y de seguridad, el colegio provincial que lleva su nombre, un grupo Scout y vecinos de Río Grande se congregaron para homenajear al cura gaucho en el 15º aniversario de su fallecimiento.
Se recordó allí que el “cura gaucho” nació en La Pampa el 1° de marzo de 1923, pasó su niñez en el campo y a los 33 años llegó a Tierra del Fuego para trabajar en la Misión Salesiana.
Desde sus inicios en nuestra ciudad siempre mostró gran amor por los caballos, por la vida rural, queriendo tanto a esta tierra como aquella que lo vio crecer, mostrándose identificado con la misma y con los paisanos.
Su carisma permitió una gran admiración por parte de la gente y con el tiempo llegó a ser presidente de la Federación Gaucha. Querido y respetado por la comunidad, siempre destacó que su principal compromiso era con el prójimo, lo que le valió que en el año 1992, fuera nombrado “Ciudadano Ilustre”. Recibió de manos del presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem, uno de los premios “Fe 1999”, que fue otorgado a través de la Fundación Estirpe, en reconocimiento a su destacada labor social y cultural en la región patagónica. Falleció trágicamente un día como hoy de 2004, momento a partir del cual la comunidad riograndense siempre lo recuerda con alegría y lo lleva en una parte de su corazón.
Haciendo uso de la palabra, la secretaria de Obras y Servicios Públicos, Gabriela Castillo, dijo que “si el cura gaucho estuviera acá ahora estaría repartiendo mates o ‘agua bendita’, o ayudando a algún vecino en alguna parte con estos fríos”.
“El Padre Zink fue un ejemplo de honradez y de servicio al prójimo, siempre cercano, siempre dispuesto a llevar una palabra de esperanza a quien lo necesitaba”, resaltó.
Luego del discurso se descubrió una placa recordatoria y se colocó una ofrenda floral al pie de su imagen. Para finalizar, se emitió una canción compuesta por el trabajador municipal Walter Corvalán en homenaje al reverendo Padre José Zink.
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