El secretario de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Lino Barañao, consideró que esta inauguración es un acontecimiento “para celebrar”, porque “representa logros en dos componentes: uno es la continuidad, porque esto comenzó a gestarse en la gestión anterior y se concreta en esta, lo que es bastante inusual en la historia Argentina, y en particular en la ciencia, que se ha caracterizado por discontinuidades abruptas. En mi caso llevo 16 años de gestión, manteniendo las líneas fundamentales que van a permitir que la ciencia y la tecnología cumplan el papel de mejorar la calidad de vida de la gente”, sostuvo.
Tolhuin.- Lino Barañao, secretario de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, entendió que la inauguración de la Estación Terrena Tierra del Fuego de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) en Tolhuin “representa logros en dos componentes: uno es la continuidad, porque esto comenzó a gestarse en la gestión anterior y se concreta en esta, lo que es bastante inusual en la historia Argentina, y en particular en la ciencia, que se ha caracterizado por discontinuidades abruptas. En mi caso llevo 16 años de gestión, manteniendo las líneas fundamentales que van a permitir que la ciencia y la tecnología cumplan el papel de mejorar la calidad de vida de la gente”, sostuvo.
El otro aspecto es “el federalismo, porque en Tierra del Fuego no teníamos una presencia de la ciencia y la tecnología, y esto es una muestra clara de que estamos tratando de compensar esas asimetrías. Esta estación no sólo va a cumplir la función de recabar información y comunicarse con satélites, sino que debería ser un punto de atracción para que los jóvenes de Tierra del Fuego se sientan atraídos por la ciencia”, propició.
“Es importante que vengan los chicos y sepan de qué se trata esto, porque el futuro está en la ciencia y la tecnología y en particular en el área satelital. Es importante para el país porque la información que se recaba sirve para prever desastres, monitorear la agricultura, conocer o predecir movimientos sísmicos, y permite integrarnos a la tecnología global. Realmente es una satisfacción, porque estos procesos llevan mucho tiempo entre la planificación y la ejecución, y es una satisfacción ver concretado este proyecto, que va a aportar beneficios concretos”, remarcó.
Respecto de la etapa que sigue, informó que de parte de la CONAE está previsto “el lanzamiento del satélite SAOCOM 1B, para enero del año próximo. Ya el SAOCOM 1A prácticamente está funcionando a pleno y hay un plan espacial que implica no sólo desarrollos tecnológicos de las futuras generaciones de satélites, sino también una asignatura pendiente, que es la comercialización de las imágenes. Esto ha sido una inversión muy significativa para el país y es necesario que el producto de esa inversión reditúe y se pueda reinvertir en el desarrollo de la tecnología satelital nacional”.
Asimismo, destacó el rol de la UTN en este proyecto: “La Universidad Tecnológica ha sido fundamental para colocar a Tierra del Fuego en el mapa de la educación de alto nivel en el país, sobre todo orientada hacia el área de las tecnologías, que son las que van a generar empleo en el futuro. Tierra del Fuego ha tenido una industria muy importante en el sector electrónico y es importante que, más allá de la manufactura, haya centros de investigación. Por eso la Tecnológica es tan importante, para que haya una masa crítica de recursos humanos que pueda formar nuevas empresas que contribuyan a su vez a generar empleo para todos los habitantes de la provincia. Las empresas satélites son una cadena de proveedores que hacen que la industria satelital pueda despegar y colocar a la Argentina entre los jugadores mundiales”, planteó.
Finalmente resaltó que “el área satelital es una de las áreas donde somos más competitivos, y el tipo de satélite que se lanzó el año pasado, que va a tener una segunda etapa ahora con el SAOCOM 1B, son satélites que solamente cinco países del mundo son capaces de construir. Es una tecnología de avanzada no sólo para Argentina sino para el mundo. Lo importante, más allá de la función específica que tiene un satélite, es que tiene un alto valor simbólico. Un país capaz de producir satélites se coloca en otra liga en la economía mundial. Debemos ir hacia una economía basada en el conocimiento, donde la educación, la ciencia y la tecnología, y las industrias creativas, sean las que generen empleo para las futuras generaciones”, concluyó.
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