“Uno piensa que se exporta todo y nos quedamos con las porquerías”

El referente del sector de almaceneros de Río Grande, Luis Schreiber, aseguró que “las primeras marcas han desaparecido” y se están poniendo a la venta productos con derivados que no se sabe bien qué contienen, como el caso de los lácteos. La caída en el consumo no para y no hay fechas emblemáticas como el Día del Amigo, que se festejaba tradicionalmente con un asado, que muevan las ventas. Hay almacenes que han cerrado cuentas de los clientes que no pueden pagar, porque también deben sobrevivir. No hay freno al deterioro en la calidad de vida, sostuvo.

Río Grande.- El referente del centro de almaceneros Luis Schreiber, expuso la realidad de los almacenes y negocios chicos de la ciudad por FM La Isla, y remarcó un fenómeno al que había hecho referencia la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, vinculado con la caída en la calidad de los alimentos por la comercialización de terceras marcas con derivados.

Esta semana se anunció un 25% de aumento de los lácteos, pero hoy “hay muchos derivados de la leche, por ejemplo el queso rallado, donde dice que es un producto derivado y no sabemos bien qué es. La situación se agrava sin prisa pero sin pausa. No se ven señales de que está mejorando o de que va a mejorar. Los productos de primera necesidad son cada vez de más inferior calidad, las primeras marcas han desaparecido y no sé si exportan todo o el porqué de lo que estamos consumiendo. Uno piensa que se exporta todo y nos quedamos con las porquerías”, disparó.

El referente del centro de almaceneros Luis Schreiber, expuso la realidad de los almacenes y negocios chicos de la ciudad por FM La Isla, y remarcó un fenómeno al que había hecho referencia la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, vinculado con la caída en la calidad de los alimentos por la comercialización de terceras marcas con derivados.

Cristina Fernández fue muy criticada por graficar esta situación hablando que se están vendiendo marcas “Cuchuflito y Pindonga”, pero los pequeños comerciantes registran la caída de calidad. “Se consumen marcas de inferior calidad y cada vez está todo más deteriorado. No hay consumo y sigue cayendo. La gente ha perdido mucho poder adquisitivo, cada vez le cuesta más llegar a fin de mes. A nosotros cada vez nos cuesta más que nos regularicen las cuentas, que nos paguen, y entendemos que no les alcanza pero nosotros también tenemos que vivir”, subrayó.

“Es una cadena donde todos ponemos un poquito el hombro, entre los clientes que uno tiene. En mi caso es un negocio de más de treinta años y ya nos conocemos con los clientes, pero está muy difícil para todos. Realmente uno no quiere ser negativo, siempre tratamos de ser positivos, de ver el lado bueno y mirar para adelante, pero la verdad no hay lado bueno. No se ven mejoras en ningún aspecto”, expresó.

“La calidad de los productos está cayendo, las primeras marcas no están más. Un paquete de fideos de primera marca no se puede consumir por el valor que tiene, y ni hablar de otros productos. El queso rallado está a más de mil pesos el kilo y ahora venden derivados. Cada comercio toma sus decisiones según su realidad, en muchos casos han cerrado cuentas de clientes, en otros las han achicado. Si no pudieron cumplir, los clientes tienen las cuentas cortadas hasta que puedan cumplir, y es muy difícil porque uno ve que la están pasando mal”, planteó.

Marcó diferencias hasta en fechas emblemáticas donde subían las ventas. “En otras épocas se amontonaban para comprar y hacer un asado, por ejemplo para el día del amigo, que pasó hace poco. En otros años había fiestas por todos lados y esta vez pasó desapercibido”, dijo.

Respecto del cierre de comercios, “se sigue produciendo y, si dan vueltas por la ciudad, van a ver que hay muchos salones que se alquilan. No pueden subsistir pero tampoco pueden pagar la indemnización a los empleados. Yo no tengo ese problema y no sé cómo hará el resto. En nuestro caso, como en muchos almacenes chicos, en su mayoría atienden los familiares y tienen uno o dos empleados. Más o menos se maneja. Muchos han acordado trabajar menos horas para no perder el trabajo, pero calculo que una pequeña empresa que tiene diez o quince empleados se la ve muy fea para cerrar, porque tampoco tiene para pagar”, advirtió.

“La caída del consumo sigue, a pesar de que somos más habitantes. La situación es muy grave, es doloroso ver que las familias la están pasando muy mal, y hay que tratar de solucionar esto, ver cómo lo podemos sacar adelante. A veces ya no sabemos de qué hablar, porque cada vez hay más deterioro de la calidad de vida. Son muy pocos los que han podido seguir con la misma calidad de vida o mejorarla. Todos se han ajustado, tanto los pequeños comercios como los empresarios también”, concluyó.