El jefe del cuartel de bomberos de Ushuaia, Hugo Canseco, marcó un punto límite de no tener para pagar el seguro, que es necesario para salir a atender las emergencias. De continuar la asfixia, tendrán que suspender la prestación del servicio. Reclaman una deuda de 64 millones al gobierno en concepto del subsidio creado por ley. La situación se agravó con la corrida cambiaria y el aumento de precios de los insumos, que deben reponerse en forma constante. “Un par de botas cuesta 14 mil pesos”, citó como ejemplo, y además cuestionó la falta de reglamentación de la ley que les da cobertura de la obra social estatal y acceso a la jubilación.
Río Grande.- Hugo Canseco, jefe del cuartel de Bomberos Voluntarios de Ushuaia, expuso la crítica situación que están atravesando por el aumento de todos los insumos que necesitan para funcionar, y una deuda acumulada de 64 millones de pesos, correspondiente al subsidio establecido por ley. De no poder pagar los seguros ya no podrían circular, y llegaron a un punto límite, según expuso por Radio Provincia.
Por las redes sociales habían emitido una solicitada desde la Federación de Bomberos Voluntarios de Tierra del Fuego, por la que se declararon en estado de alerta, y reclamaron el pago del subsidio fijado por Ley 736, que implica el 1,5% de la recaudación del estado provincial.
Aseguran que “la situación se ha tornado insostenible”, por lo que decidieron hacerla pública y “visibilizar un problema que nos está llevando a los cuarteles de bomberos voluntarios al colapso del sistema, con la consecuente falta de prestación de nuestro servicio a la comunidad”.
También cuestionan la falta de reglamentación de la ley 1.250, a un año de su sanción, que establece “la jubilación y obra social para aquellos bomberos que no la posean. A la fecha algunos bomberos están pasando situaciones gravosas que no deberían estar pasando de tener el amparo de la obra social y la jubilación”, dicen.
Canseco afirmó que “no hay nada exagerado” en el escrito que hicieron público y apuntó que la gobernadora ha reconocido que la deuda existe. “Sostener un sistema como este es muy difícil, no me quiero comparar ni menospreciar a nadie, pero no somos la Asociación Gauchesca, sino una entidad importante que cumple una función pública”, subrayó.
Se suman aumentos en los gastos en combustible, la ropa, el seguro de las unidades, el pago de las guardias y el mantenimiento en general de la estructura. “Con un 50% de inflación y un dólar que se dispara, la deuda llegó a los 64 millones y esto va a colapsar obviamente. Cuando ya no hay plata para pagar el seguro, no podemos salir”, remarcó.
“Esto crea mucho malestar en la gente. Tenemos que cumplir con un servicio de rapidez los 365 días del año, las 24 horas del día. En el cuartel central estuvieron tres meses sin cobrar y ahora se adeuda agosto y septiembre”, precisó.
“Es muy complicada la situación que atravesamos los cuarteles de bomberos, ya intentamos todos los caminos y queremos sentarnos con la señora gobernadora, dado que hay mucho malestar. En el cuartel central hoy tenemos dos meses atrasados de sueldos del personal y el problema es grave porque de un momento a otro no vamos a poder pagar los seguros del personal y no podrán salir a ninguna emergencia”, alertó.
“Hay algunos problemas que son generados por los propios funcionarios, porque un expediente no puede estar demorado diez días en un lugar de la administración”, planteó. “No tenemos doce subsidios al año, porque se van haciendo corrimientos y en lugar de doce, tenemos ocho, y cada vez tenemos menos recursos. Esto tiene un punto de colapso y, si no pagamos el seguro, no podemos salir. Tenemos una demanda permanente y hemos intentado todos los caminos. Creo que son los mismos técnicos los que no entienden y tienen dudas sobre los papeles. Hay mucho malestar en nuestra gente y debemos las guardias. Tenemos que atender todas las ciudades y damos un servicio con rapidez, tratando de aggionarnos a cada una de las ciudades. En el cuartel de Ushuaia se tiene que quedar el operador de radio, el telefonista, tiene que haber dos choferes para asistir a las maniobras. En Tolhuin compramos la mercadería para que la gente coma en el cuartel y tenemos bomberos sin trabajo, que no están pasando una buena situación económica. Si tengo un bombero que está hasta la cabeza de deudas, pagando un alquiler y con problemas económicos, cómo hago para sostener un sistema de voluntariado”, se preguntó.
“Es más complicado de lo que se imaginan. No todo se hace con plata, pero se sostiene con plata. Cuando tenemos que comprar un equipo de refrigeración, vale 4 mil dólares, un par de botas para el bombero vale 14 mil pesos, y no les podemos comprar una marca Pamperito, porque tienen que cumplir las normas de seguridad. Espero que nos podamos juntar con la señora gobernadora y terminar de ponerle el broche a todo esto. Hay una cuenta específica donde debe ir el 1,5% de la recaudación”, enfatizó.
“No digo que la gobernadora deba estar en todo, pero se trabajó mucho y hoy deberíamos estar sentados en una mesa solucionando un montón de problemas. Firmamos convenios, pero no se cumplen. Si dicen que en 15 días va a estar la plata del convenio, no pueden pasar 35 ó 40. Uno va siguiendo los expedientes por el sistema SIGA y tenemos que estar atrás de los técnicos para corregir algún detalle. Hemos tenido un reconocimiento de la deuda, que no es poca cosa. Hoy tenemos bomberos en condición de jubilarse, por una enfermedad gravísima, y no pueden acceder a la jubilación porque la ley no se reglamentó. Salió el año pasado y se debía reglamentar en 120 días. Algunos cuarteles estamos cobrando junio de 2017, con una inflación del 50% y una retención del 50% a cada uno de los subsidios”, dijo.
“Siempre estamos dispuestos a dialogar, porque cada una de las instituciones tiene una obligación, y los funcionarios también tienen la obligación de sentarse con nosotros, porque somos una organización especial, que cumple una función de seguridad pública, que hoy nadie puede suplir. Hemos sufrido cortes de gas en Tolhuin por falta de pago, y nadie nos escuchó revolear la media. Queremos que nos abran las puertas y nos den una solución, que haya un compromiso. Si hay un convenio, queremos que se cumpla”, concluyó.
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