Federico Mustapic, propietario del tradicional Hotel Mustapic de la capital fueguina, expuso la crítica situación que están atravesando, con las puertas cerradas desde que inició la cuarentena. Llegaron a tener veinte empleados y hoy les quedan siete, que apenas pueden mantener y no hay garantías de reactivación de la actividad turística, en medio de rumores de nuevas medidas para contener la segunda ola de contagios. Estimó que esta cuarentena se va a extender por casi dos años, no habrá PyME que sobreviva y “en poco tiempo se va a fundir la pequeña y mediana empresa”. Mientras tanto tramitan un crédito para sobrellevar la coyuntura. Además fue crítico de la falta de controles sobre alojamientos ilegales en edificios que “van creciendo como hongos”, donde las propias inmobiliarias garantizarían a los inversores el recupero por la ocupación con turistas.
Río Grande.- El propietario del Hotel Mustapic, Federico Mustapic, expuso por Radio Universidad 93.5 la situación que está atravesando la empresa fundada por su padre, “cuando el Banco Nación le brindaba a las pymes la oportunidad de tener un crédito blando, que hoy es muy difícil encontrar. El hotel fue inaugurado cuando estaba el gobernador Campos, en noviembre de 1972”, recordó, como también la labor de sus padres y abuelos “que llegaron de Croacia huyendo del comunismo”.
“Las pymes estamos sobreviviendo a la pandemia. Nuestra situación es muy complicada. Prácticamente fue ponernos una faja de clausura de la noche a la mañana, porque nos cerraron el aeropuerto, el puerto, las rutas, y nos decían que mantuviéramos a los trabajadores porque nos iban a asistir. Ante una situación internacional, la asistencia no fue del calibre de Estados Unidos o de Alemania, donde dan de uno a dos años de gracia para pagar un crédito y mantener una mínima actividad abierta sin que ninguna persona se vea afectada. Nada de eso pasó acá, y hasta las empresas de tarjetas de crédito nos han hecho contracargos por una suerte de contrato preliminar que teníamos con los clientes. No les íbamos a hacer una devolución del dinero pero sí un reconocimiento para futuras reservas en una fecha posterior, pero las tarjetas y los bancos nos han quitado dinero de nuestras cuentas bancarias para cumplir con su clientela, de la que ellos viven y a quienes también les cobran comisiones”, criticó.
Explicó que “en este momento el hotel permanece cerrado porque no tenemos garantía de este gobierno nacional de tener un 100% de seguridad de que va a existir una actividad turística importante. Muchos hoteles pequeños de Ushuaia o Río Grande necesitan mínimamente un 50% de su capacidad cubierta durante los 365 días del año. No es el caso nuestro, y hemos intentado hacer muchas cosas. Existen profesionales y funcionarios que tienen idoneidad pero hay un grupito de gente que mete la gamba, por ejemplo con el Pre Viaje: si alguien de Buenos Aires quería visitar Ushuaia tenía que entrar a determinada página, hacer la reserva, y le iban a reconocer el 50% de lo que pagan en el hotel. Nosotros teníamos que emitir facturas electrónicas con el número que necesitan para presentarlo a la AFIP y que les reintegre el 50%. El problema es que en Ushuaia el 100% llega a través del aeropuerto internacional, pero apareció Aerolíneas Argentinas como componente, y dijo que iba a manejar todos los vuelos a través de un whatsapp. Nunca contestaban esos whatsapp y no se puede tener un negocio como un hotel cuando no está la mínima garantía de que la gente a la que le reservamos la habitación va a llegar en el vuelo”, planteó.
La segunda ola
El panorama se complica en el corto plazo por los rumores de cierre para frenar una curva de contagios que no para de crecer. En este punto Mustapic cuestionó la dependencia de la vacuna, convencido de que hay otras alternativas de inmunización que se descartaron “por un negocio”: “Se han hecho investigaciones sobre la ivermectina y no tuvimos un resguardo o una profilaxis con este medicamento que dio tantos resultados en algunas provincias, para tratar de tener inmunizada a la gente. También se debió tratar de evitar que viniera a la provincia gente con el virus. Es mentira que no da resultados, porque hay muchos remedios y muchas salidas, no solamente la vacuna. Lo que pasa es que el negocio de la vacuna nos ha trastornado la cabeza y la economía de tal manera que se paró el mundo. Solamente sobreviven aquellos que armaron el negocio”, fustigó.
Al borde de la quiebra
Ahora apelarán a un crédito para seguir sobreviviendo: “Nosotros originalmente teníamos un hotel de 14 habitaciones y teníamos 20 empleados, con mucamas que atendían a la mañana y mucamas que atendían a la noche. La realidad económica del país nos fue llevando a achicar el personal, a tal punto que hoy con 7 empleados y 23 habitaciones no podemos mantener abierto el hotel”, dijo.
“La asistencia se nos complicó bastante y tuvimos que gastar los miserables ahorros que teníamos. Estamos en tratativas para ver si podemos recibir un crédito extra para poder subsistir a esta realidad. El hotel ya tiene el hacha sobre la nuca porque no da para más”, sentenció.
Avizoró lo mismo para otras PyMEs, porque “la actividad turística, así como está planteada, es una infinita cuarentena, porque va para los dos años, y en poco tiempo se va a fundir la pequeña y mediana empresa”.
Alojamientos ilegales
Además tuvo en cuenta la competencia desleal de alojamientos que tienen sin registrar a su personal: “Yo sé que voy a tocar algunos intereses creados en nuestra ciudad, porque tenemos una Cámara que se dedica a hacer una suerte de enlace con el gobierno o funcionarios. El presidente en su momento presentó un conjunto de actividades clandestinas en turismo. Tenemos una gran cantidad de edificios en la ciudad y las inmobiliarias que venden esos departamentos garantizan la ocupación todo el año por la actividad turística, a la vez que se está dañando la vista de la ciudad. Tenemos gente que blanquea al personal y lo tiene hace años, y repentinamente aparecen edificios de 50 departamentos que tienen un conjunto de personas que trabajan en forma clandestina haciendo la limpieza cada dos o tres días. Nunca está blanqueada esa actividad. Han empezado a crecer edificios como hongos y nadie los controla como corresponde. No se sabe cómo los construyen, si realmente son antisísmicos. El día que haya un terremoto en Ushuaia vamos a conocer la verdadera construcción en la ciudad”, advirtió.
Afirmó que “se han hecho denuncias en diferentes lugares y no ha habido respuesta ni clausura de todo esto. Tenemos que controlar la actividad clandestina, cobrando multas tanto al turista que alquila de forma clandestina como al alojamiento. Si queremos tener más turismo hay que blanquear la situación, mejorar los servicios, el medioambiente. El turismo tiene un gran poder y en este lugar se encuentra una paz y una tranquilidad que no hay en otro lado”, valoró.
“En Tierra del Fuego nos tenemos que sincerar y elevar la moral en todo sentido. Hay que pedir perdón por el ‘choreo’, por la corruptela y tratar de hacer las cosas diferentes. Proyectos hay miles, y si la Argentina hace las cosas bien podríamos volver a la década de 1880. El problema son los políticos corruptos y así no vamos a levantar nunca el país”, concluyó.
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