El Dr. Daniel Duarte, director médico del CEMEP, expuso “un aumento progresivo de casos”, que se notan tanto en terapia intensiva como en consultorio. De una ocupación de camas en terapia del 15% pasaron al 35% en pocos días y atribuyó la velocidad de transmisión del virus al relajamiento en las medidas de prevención. Consideró que la Argentina va a demorar varios años en controlar la pandemia, en función del nivel de vacunación y, si bien ahora podrían adquirir vacunas las provincias y los privados, no está claro si se va a autorizar la salida de dólares para poder hacer los pagos. Para el profesional se debió autorizar mucho antes, como ocurrió en el resto del mundo, a fin de que los puedan paguen su vacuna y el Estado pueda proveerlas en forma gratuita a las personas de bajos recursos. Estimó que concretar la compra puede demorar tres o cuatro meses, de resultar exitosas las negociaciones, y teniendo en cuenta la demanda mundial. El virus está circulando en la ciudad igual que el año pasado, dijo, y resaltó la importancia del diagnóstico precoz, con consulta personal con un médico, no por vía telefónica, ya que “demostró no ser efectiva”.
Río Grande.- El director médico del CEMEP, Dr. Daniel Duarte, fue consultado por Radio Universidad 93.5 sobre el impacto de la segunda ola en la ciudad y cómo observan desde el sector privado el aumento de casos. Indicó que no hay “un crecimiento sostenido en la ocupación de camas de terapia intensiva pero sí hay un crecimiento a cuentagotas de los números de casos en terapia intensiva”.
“Nosotros teníamos una ocupación de la sala COVID de un 10 a un 15% y ahora estamos en un 30 ó 35% en terapia intensiva. Los cuadros de los pacientes son similares a los del año pasado, con filtraciones bilaterales, problemas respiratorios y fallas multiorgánicas, y está muy comprometido su estado de salud. Los factores predisponentes son siempre la hipertensión, la diabetes y la obesidad, pero tampoco los antecedentes son una regla. La franja etaria más afectada está entre los 56 y los 62 años, y son los que han ingresado a terapia intensiva y reciben soporte respiratorio mecánico. Ya hemos aprendido del año pasado en materia de terapias y se usan corticoides y anticoagulantes, que puede paliar la situación los primeros días. Una vez que pasan los 10 días el proceso inflamatorio sistémico ya es difícil frenarlo y lo lleva al soporte respiratorio mecánico”, explicó.
Lo cierto es que “se nota un aumento de casos en la terapia y también en consultorio. Los pacientes vienen con sintomatología y uno hace el diagnóstico en consultorio de pacientes con COVID. Hay una circulación en la ciudad como la hubo el año pasado. Generalmente los pacientes consultan por fiebre, falta de aire no, pero sí sensación de cansancio y mucho dolor corporal. Son los síntomas más importantes los primeros días. Un paciente que lleva 10 días ya consulta por tos y falta de aire. El COVID es una enfermedad que progresa rápidamente y es importante el tratamiento precoz”, remarcó.
Consulta con médico
El profesional puso énfasis en la importancia de la consulta médica, no telefónica. “Debe haber una asistencia médica, no a través de una vía telefónica, que no ha demostrado ser efectiva. Es importante el examen físico, ver la frecuencia cardíaca, los marcadores enzimáticos, los análisis de laboratorio, la tomografía de tórax las primeras 24, 48 y hasta 72 horas. Uno puede hacer un diagnóstico precoz y realizar el tratamiento que se hace a nivel mundial y está homologado, como es el plasma de convalecientes, los corticoides y la anticoagulación”, señaló.
Respecto de cómo diferenciar síntomas de COVID de una gripe, manifestó que “el COVID por ser pandemia es lo que mayoritariamente está circulando, por lo cual cualquier paciente que tiene un síndrome febril es considerado COVID. Eso se debe acompañar de algunos estudios, por ejemplo un paciente con COVID no tiene estornudos, que son típicos de la gripe. El paciente con COVID tiene dolor de garganta, cefalea y fiebre. Si un test rápido o algún hisopado da negativo, al quinto día hay que hacer una tomografía de tórax, que es contundente, porque al quinto día uno puede ver pequeños infiltrados que no se ven en la radiografía y que tienen una alta especificidad en el diagnóstico. Es importante hacer la tomografía al quinto día por más que tenga una PCR negativa”, aseguró.
“La mayoría de los pacientes al séptimo día desarrollan una pérdida del gusto y del olfato y en cualquier parte del mundo eso es COVID. Por lo tanto es importante la consulta con el médico en un consultorio o en una sala de aislamiento en cualquier periférico o en cualquier clínica. El médico tiene que tener contacto con el paciente, porque de esa forma se hace un diagnóstico correcto”, dijo.
Casi 300 casos atendidos
Respecto de si hubo más atención de pacientes COVID en el privado que en el sistema estatal, recordó que “inicialmente el Estado nos puso a nosotros como atención no COVID. Cuando el sistema público se saturó, tuvimos que atender una gran proporción, si bien nosotros no tenemos la capacidad instalada de camas que tiene el hospital. El año pasado expandimos nuestra terapia intensiva de 12 a 28 camas y tuvimos 14 pacientes ventilados, con una mortalidad muy baja y pudimos dar respuesta”.
“Hasta el día de ayer, tanto en internación de sala general como en terapia intensiva, llevamos atendidos más de 295 pacientes, desde agosto hasta ahora. Ahora tenemos mucho más conocimiento específico y tratamiento científico con el que podemos hacer frente. Hay que aprender de errores anteriores, realizar una atención precoz, dar asistencia de calidad a todos los pacientes, porque el año pasado no fueron atendidos todos los pacientes por igual, tanto en el hospital como en las clínicas. Yo aprendí mucho y eso nos da una ventaja en cuanto al tratamiento y al seguimiento de los pacientes”, sostuvo.
Contagio por negligencia
Consultado acerca de si ahora es más rápido el contagio que el año pasado, dijo que “se está analizando el genoma a nivel nacional y tengo entendido que también en Tierra del Fuego para ver la cepa que está circulando. La contagiosidad es igual que el año pasado, pero por ahí ahora uno se relajó más y no se hace el resguardo de distancia social, el uso de barbijo. Parecería ser que eso aumenta más la transmisibilidad, por la relajación de las medidas que se tomaron inicialmente”, atribuyó.
Compra privada de vacunas
En cuanto al “permiso” que dio el gobierno para adquirir vacunas a las provincias, expresó que “si existe la posibilidad de que un privado pueda comprar vacunas sería la mejor alternativa para toda la población, y esto ya se debería haber hecho antes. Todos los privados deberían poder comprar vacunas y el que pueda comprarlas, que las compre, y que el Estado sea el proveedor para la gente que no tiene recursos. Esta fue una posición que tuvo todo el mundo, pero Argentina optó por centralizar la compra a través de nación y luego repartir las vacunas. Ahora se abre la posibilidad a los privados, en medio del pico de contagio, y seguramente va a llevar unos tres o cuatro meses poder concretar la compra a través de privados. También existen limitaciones para las compras al exterior que se tienen que hacer en dólares. Habilitan la compra pero no habilitan los dólares y todavía no sabemos cómo van a hacer con eso”, advirtió.
Para el Dr. Duarte la medida llegó tarde, dado que en el resto del mundo ya existía la opción de que el paciente que pueda, pague su vacuna: “El Estado tiene que liberar para que toda la gente se pueda salvar en esta pandemia. Tienen que dar la posibilidad a las provincias y a los privados para que puedan comprar, y la gente que puede pagar la vacuna, que lo pueda hacer, para que las que adquiere el Estado se puedan administrar a los que no tienen recursos. En todas las compras de una vacuna, se pagan dos por la cantidad de impuestos que tenemos, por lo tanto si compramos una vacuna, seguramente con esos impuestos se da la posibilidad a dos personas de bajos recursos para que puedan acceder en forma gratuita”, dijo.
Hasta cuándo la pandemia
El médico no pudo precisar hasta cuándo se extendería la pandemia, pero en Argentina puede llevar varios años en función de las estimaciones que han hecho países europeos y Estados Unidos. “Uno puede vacunar a las personas pero una persona vacunada puede ser asintomática y contagiar igual. Estaríamos en una fase 3 y a la fase 4 se va a llegar seguramente el año que viene. La vacuna lo que hace ahora es salvar vidas, porque evita que el paciente vaya a terapia intensiva. Todas las vacunas son fase 3 y no se llegó a la 4. Teniendo las dos dosis, el paciente se puede llegar a contagiar. Algunas cubren un 97%, otras un 81%, otras un 50%”, indicó.
“La semana pasada tuve un webinar con representantes de la Sociedad Europea de Cuidados Críticos y una clínica de Estados Unidos. Estados Unidos sospecha que hasta 2022 van a tener situaciones de colapso. En Europa se extendería hasta el 2024. El nivel de vacunación que tiene París, Bélgica o Alemania sigue siendo poco comparado con el Reino Unido y con Estados Unidos. Reino Unido espera tener la inmunidad en 2022, al igual que Estados Unidos, cuando se podría tener un control tanto económico como social de la pandemia. En Argentina seguramente el año que viene va a comenzar nuevamente la situación de que no tenemos vacunas, se tienen que vacunar los médicos, y es muy engorroso atender a los pacientes de esta forma, porque necesita ser vacunada toda la población. Creo que Tierra del Fuego va a lograr tener a su población vacunada, porque somos pocos. Ahora tenemos todo el personal de salud vacunado, tanto en el sector público como en el privado”, concluyó.
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