Un telescopio automatizado, que podrá operar remotamente desde Buenos Aires, será montado en la base antártica Belgrano II, la más austral de los emplazamientos argentinos en el continente, desde donde tendrá la posibilidad de detectar exoplanetas y otros cuerpos celestes que son de difícil acceso desde otras latitudes. Estará orientado a realizar observaciones científicas de tipo fotométrico sobre diversos objetos del cielo nocturno.
Río Grande.- Un telescopio automatizado, que podrá operar remotamente desde Buenos Aires, será montado en la base antártica Belgrano II, la más austral de los emplazamientos argentinos en el continente, desde donde tendrá la posibilidad de detectar exoplanetas y otros cuerpos celestes que son de difícil acceso desde otras latitudes.
El montaje del «Observatorio Robótico Antártico Argentino» -tal su nombre- es parte de una cooperación entre el Instituto Antártico Argentino (IAA), el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE) y la Universidad Nacional de Hurlingham (Unahur). Estará orientado a realizar observaciones científicas de tipo fotométrico sobre diversos objetos del cielo nocturno.
El observatorio tendrá un telescopio con instrumentos necesarios para producir imágenes astronómicas de alta calidad y una infraestructura adecuada para albergarlos frente a las condiciones climáticas extremas.
Para albergarlo se construyó una cúpula que contará con sistema de motorización y automatización realizado en la Unahur; el observatorio estará apoyado sobre una base de hierro galvanizado, que ya está instalada en el suelo antártico.
El doctor en física e investigador del IAFE, Mario Melita, afirmó en diálogo con Télam que «las ubicaciones polares tienen ventajas importantes para la astronomía. En la Antártida hay regiones donde el régimen climático es de los más estables en el planeta, con muy poco viento, las bajas temperaturas disminuyen el ‘ruido’ en los detectores y de acuerdo a la latitud en la que nos paremos podemos disponer de seis meses de día y seis meses de noche».
Melita consideró «muy valiosas» todas esas condiciones para «estudiar un fenómeno astronómico como estrellas binarias o exoplanetas porque se pueden conseguir datos constantes durante un largo período de tiempo y no observaciones de ocho horas al día como se puede hacer desde posiciones más al norte».
Y sostuvo: «Este proyecto aprovecha la disponibilidad logística de Argentina para operar desde la base antártica Belgrano II que está ubicada a apenas 17 grados del Polo Sur, desde donde se puede monitorear la región del espacio visible desde allí con mucha regularidad, algo que para los observatorios ubicados más al norte es más complejo porque sus latitudes le dan menos tiempo de acceso».
El físico señaló que «esta iniciativa no busca solo avanzar en la observación astronómica, sino que también busca desarrollar la ingeniería necesaria para poder montar un observatorio que pueda operar en regiones más aisladas de la Antártida en las que no tenga personal para darle soporte técnico como sucede en Belgrano II».
«El observatorio que se va a montar en Belgrano II también es un modelo de pruebas para ver cómo tolera esta tecnología las condiciones climáticas de ese ambiente hostil, y en esta ubicación en particular su cercanía con la costa», resaltó.
En ese sentido, indicó que «en la campaña de verano de 2019-2020 fue montada allí la estructura metálica que servirá de base, este verano se va a trasladar a Belgrano II el edificio en forma de cúpula que protegerá al telescopio y el próximo verano llevaremos el telescopio y el resto de los sensores».
Fuente: Agencia Oficial Télam.
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