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El contador Ramón Gallardo, integrante de la Unión Industrial Argentina, analizó la aceleración de la crisis argentina, la escalada sin freno del dólar y la paralización de la producción por falta de insumos, y responsabilizó al propio Estado por las medidas que está tomando. Planteó que está ocurriendo lo contrario de lo que normalmente se da, cuando el Estado incentiva el crecimiento, dado que en este caso le está poniendo freno y hay preocupación por lo que pueda ocurrir entre agosto y septiembre, frente a la falta de divisas. Informó que se está analizando ofrecer un dólar diferencial al sector agroindustrial que, con las retenciones, recibe 87 pesos mientras que tiene que pagar más de 300 para importar los insumos que necesita. Las empresas no pueden mantener al personal de vacaciones y su producción parada, por lo cual si no acceden al dólar oficial se manejan con el MEP y la diferencia se vuelca a los precios. “Los precios van aumentando por la inflación, por el valor del insumo importado, y por una especulación por supuesto”, definió. Además, sumó la crisis política, porque no se ponen de acuerdo en el gobierno y eso genera desconfianza. Como ejemplo mencionó el anuncio de Batakis de congelar las vacantes, pero poco después un ministerio “incorporó 316 personas a planta por la ventana”.

Río Grande.- El contador Ramón Gallardo analizó por Radio Universidad 93.5 y Provincia 23 la situación económica del país y los perjuicios para la provincia de las medidas del gobierno nacional, que están repercutiendo en una inflación sin freno. 

Ayer el dólar llegó a los 337 pesos y sigue la escalada. “En la última reunión que tuvimos de la Federación con el ministro Scioli ya se había hablado de la necesidad de importar insumos, y el Banco Central tomó medidas que impulsaron más la suba del dólar, como prohibir el uso de la tarjeta de crédito para el pago de pasajes de turismo y el cepo directamente que le han puesto a la importación. Esto tiene sus motivos, porque no hay reservas y andan en los 42 mil millones, de los cuales más de 20 mil millones son del swap con China. Esto lo tuvo que hacer el banco por los compromisos asumidos con el FMI, porque dijeron que en el año iban a acumular reservas por 5.800 millones de dólares. El Banco no puede acumular reservas por el drenaje de dólares y en esa reunión dijeron que están destinando 11 mil millones de dólares anuales para la importación de combustibles. Eso son 916 millones mensuales, pero en junio y julio tuvieron que desembolsar más de 4.500 millones de dólares y pusieron este cepo a la importación, que afecta a las empresas y la producción”, explicó.

“El Estado es el único al que le ingresan 100 y gasta 150, y es el fondo de la cuestión. La ministra Batakis dijo que iba a buscar el equilibrio fiscal, creó la cuenta única, congeló las vacantes, sin embargo, hace cuatro días salió en el boletín oficial la incorporación de 316 empleados por la ventana a planta permanente. Estas cosas hacen que los mercados no crean”, subrayó. 

“Con el compromiso de las reservas no se cumplió y por eso pusieron el cepo. Las empresas están advirtiendo que agosto va a ser terrible y recién a mediados de septiembre habría más disponibilidad, porque baja el consumo de gas en invierno”, estimó.

Nuevo dólar para el agro

Entre las alternativas para salir de esta encerrona, mencionó que “el sector foresto-industrial trabaja mucho con Brasil y hay una empresa que dio vacaciones a 270 empleados porque le falta una resina que es brasilera. El Estado no le aprueba la compra y lo que se propuso es llegar a un acuerdo con Brasil, porque cuando exportamos, ellos nos pagan en reales, y cuando importamos pagamos en pesos. Cada cuatro meses se ve cómo está la balanza y se paga la diferencia. Lo mismo se quiere hacer con China, porque son los principales compradores de soja en Argentina. Estamos esperando ver si se concreta o no”.

“Se calcula que el sector agroexportador tiene alrededor de 14 mil millones de dólares, de los cuales tienen una retención del 33%, es decir que les están pagando un dólar a 87 pesos. La misma gente del agro le dio una alternativa al gobierno, para que baje las retenciones esta temporada y puedan compensar la diferencia que hay con el contado con Liqui o con el Mep, que está cerca del blue. Hoy hay una diferencia de 87 a 300 pesos”, planteó. 

“Así como el gobierno desdobló el dólar para el turismo, se quiere poner un dólar diferencial al sector agroindustrial para que procedan a la liquidación. Se está hablando de un dólar de entre un 30 y 40% por encima del oficial. Es decir que de los 87 pesos se iría a 195 pesos por dólar. Creo que es el acuerdo más sensato que puede haber para que no se pare la producción y el gobierno pueda contar con los dólares necesarios, y que el sector agroexportador tenga valores más razonables. Este sector está comprando la mayoría de los insumos a un dólar Mep o contado con Liqui, o directamente el blue, es decir arriba de 300 pesos, y por lo que vende le pagan 87 pesos”, contrastó. 

Las causas de la inflación

Para explicar los motivos de la inflación que sigue escalando, recordó que “hay tres tipos de dólar que maneja la económica, el blue, que dicen que es chico; pero el contado con Liqui y el Mep es el dólar que necesita la empresa. Si el gobierno le pone cepo a las empresas a través del Banco Central, no pueden importar repuestos y tienen un máquina parada, o no pueden importar resina y quedan casi 300 empleados parados, no queda otra alternativa que buscar otra salida para conseguir dólares. Para eso está en contado con Liqui y el Mep. Si el Banco Central no vende el dólar a 135 y lo tienen que pagar más de 300, obviamente eso varía los precios. No se puede tener a la gente desocupada tanto tiempo o parar la producción”, remarcó. 

“No es un problema de plata, porque las empresas tienen dinero para pagar al proveedor, pero no se lo dejan sacar. Este cepo a la importación es la causa de la suba del dólar y está generando el efecto contrario a una baja de la inflación”, sentenció.

“Acá tenemos dos competidores en un ring, que son el gobierno y el sector del agro, que es el que trae los dólares. Tienen que resolver las diferencias entre ellos y me parece lógico que se les ofrezca un dólar razonable, para que liquiden los que tienen. De esa manera van a ayudar a todo el sector productivo”, confió.

“Como segunda medida, tienen que bajar la emisión de pesos, que es inflacionaria, porque hay mucha plata en la calle, pocos oferentes de productos, peor ahora todavía porque las empresas no tienen insumos. La mayoría de los productos argentinos tienen algún componente importado y también hay algo de picardía en aumentar por las dudas”, dijo. 

“De las inversiones hay que olvidarse, porque nadie va a venir a poner un peso en la Argentina con esta incertidumbre. La mayoría de los autos tienen un 47% de insumos importados y ni hablar de la electrónica acá, que anda entre el 80 y 90%. Si tienen que comprar un dólar a 300 pesos porque no le venden el oficial de 135 pesos, eso va a los precios. No se pueden parar todas las fábricas y esta diferencia se va a seguir volcando a los precios, así que es una carrera de nunca acabar”, advirtió.

“El Estado tiene que poner sus cosas en regla y es muy probable que frenen la obra pública, porque no están los fondos. Si bien dicen que no van a parar los planes de vivienda y la construcción, saben que no hay plata y que darle a la maquinita con plata sin respaldo va a seguir acelerando la inflación. La moneda no vale nada ya y la gente apenas recibe dinero, lo gasta. Tampoco vienen inversiones y los precios van aumentando por la inflación, por el valor del insumo importado, y por una especulación por supuesto”, definió como los tres pilares para la variación de precios. 

Industria fueguina en riesgo

En este contexto no vienen tiempos fáciles en el corto plazo para la industria fueguina. “Se está parando la actividad por medidas del Estado. Acá pasa al revés porque es el Estado el que frena la actividad si no permite ingreso de insumos para la producción. Una fábrica que se quedó sin insumos necesita 120 ó 150 días como mínimo para el embarque llegue, así que la solución no es inmediata. Si se solucionara mañana con los sojeros la liquidación de los dólares con el nuevo dólar agro-industrial, la empresa que dio vacaciones, que ya paró la actividad, va a necesitar tiempo para volver a arrancar”, expuso.

“Fue un mal cálculo del gobierno nacional cuando hicieron el acuerdo con el FMI y se comprometieron a acumular reservas. Eso era imposible. No se visualizó el principal problema: que el Estado es el que más divisas requiere del Banco Central, porque no hay gas ni combustible. El gasoducto Néstor Kirchner que estaba programado hace años, no lo hicieron. Ahora dicen que lo van a terminar, pero mientras tanto tienen que seguir importando y usan las reservas. La causa es el mismo Estado que no hizo las previsiones”, sentenció.

“A través de la Unión Industrial Argentina les habíamos avisado que había zonas paradas, que se estaban quedando sin combustible, sobre todo en el norte del país, donde no se conseguía y se pagaba a cualquier valor”, apuntó.

Crisis política

Por último, tomó en cuenta la falta de credibilidad de un gobierno que no se pone de acuerdo. “Yo la compadezco a la ministra Batakis, porque podrán poner a Gardel en el Ministerio de Economía, pero otro factor es el ruido político. Si no se ponen de acuerdo, no se puede. La ministra dice que van a congelar la planta, pero un ministerio aparece con ingresos de 316 personas a planta por la ventana. Todo esto se evalúa, se analiza, y no hay quién dirija el rumbo en el gobierno”, concluyó.