Sandra Ragusa, ex trabajadora de Ambassador y hoy empleada del Grupo Mirgor a partir de la compra de la planta, se refirió a la situación en la que se encuentra la misma. Fue luego de los dichos del secretario General de la UOM Ushuaia, Héctor “colo” Tapia, quien aseguró que la misma estaba “destruida”, después de los tres años de inactividad y del resguardo que un grupo de operarios y operarias, entre las que estuvo Ragusa, hicieron de la misma. La trabajadora metalúrgica dijo que “por ahí lo que molesta es que 28 trabajadores hayan podido lograr lo que nosotros logramos que fue sostener la lucha durante casi tres años”.
Ushuaia.- En declaraciones a Radio Provincia, Ragusa señaló que quienes permanecieron esos tres años en el edificio “cuidamos la planta”. En ese mismo sentido explicó que “por supuesto, como siempre lo dijimos, la cuidamos para que no la siguieran vaciando”. Recordó que “lo más importante y lo más caro que siempre tuvo la planta fueron las máquinas y nosotros hicimos todo lo posible para que, durante casi tres años, no la siguieran vaciando”, reiteró la trabajadora metalúrgica.
Sobre el estado de la planta, aclaró que “estaba lista para apretar un botón y arrancar”. Sobre el estado del edificio, mencionó que ella ingresó “en el año 1992 a Philco y esa planta se inauguró en el año 1994, si mal no recuerdo. La hicieron nueva, era un edificio nuevo, y desde ahí nunca más se le hicieron refacciones. Durante los años que trabajamos con Ambassador, los chinos nunca le hicieron absolutamente nada al edificio”, remarcó.
Mencionó que, como trabajadores, entienden “hasta cierto punto de electricidad, de arquitectura, pero somos expertos en eso. De acuerdo a las especificaciones de Mirgor, que fue quien compró la planta que entregamos el 22 de diciembre del año pasado, por supuesto que es una planta que está venida abajo en lo edilicio”, expresó Sandra Ragusa.
Por otro lado, señaló que hay cuestiones específicas que tiene dispuestas el Grupo Mirgor para las características que deben tener sus plantas, las cuales dijo desconocer, aunque luego manifestó que “de acuerdo a lo manifestado por la gente de Recursos Humanos y de acuerdo a lo que ellos fabrican, por supuesto que esta planta está venida abajo. Pero en el tiempo que nosotros estuvimos custodiando la planta, hemos cuidado cada rincón como si fuese nuestro”, aseguró.
Incluso recordó que “en determinado momento vino el síndico del concurso preventivo e hizo un recorrido por la planta, viendo que nosotros cumplíamos con lo que le expresábamos al juez en ese momento. Lo hizo cuando vino a consolidar la votación, cuando fui votada como representante en el concurso, y gracias a eso llegamos al resultado que llegamos”, indicó.
Después fue contundente al manifestar que se llegó a la instancia de que el Grupo Mirgor comprara la planta, con la perspectiva de que en breve comience a producir, gracias a “la lucha de los 28 trabajadores que estuvimos ahí dentro”. En otro orden, al ser consultada por las declaraciones del secretario General de la UOM Ushuaia, Héctor Tapía, señalando que la planta estaba “destruida”, Ragusa dijo desconocer si obedecen a que “hay una campaña política o no sé, por ahí lo que molesta es que 28 trabajadores hayan podido lograr lo que nosotros logramos que fue sostener la lucha durante casi tres años; cuando de un gremio que nos debía haber acompañado, al segundo día, el delegado que había en ese momento nos dijo que íbamos a durar tres o cuatro días”, refirió.
Para concluir, aseguró que sostuvieron “una lucha muy ardua, cuando empezó nuestro conflicto estábamos desolados y nadie nos decía o nos explicaba nada. Y aun así, cuando se reactivó con un fasón para otra empresa, dejaron a 17 trabajadores afuera porque habíamos ido a pedirle ayuda a la legisladora (Mónica) Acosta”, comentó. Ragusa dijo que así empezaron una serie de gestiones, incluso con el gobernador Gustavo Melella y otros funcionarios, hasta llegar a la instancia en la cual se resolvió la situación con la resolución del concurso y la compra de la planta por parte del Grupo Mirgor con la incorporación de las trabajadoras y los trabajadores que lograron su continuidad laboral, proceso en el cual dijo que hubo “un gremio totalmente ausente”.
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