Gustavo Zanone, flamante vocal del Tribunal de Cuentas Municipal, tarea que compartirá con el doctor Marcos Oviedo y Fabio Ojeda Ruiz como vocales del Tribunal de Cuentas Municipal, se refirió a los objetivos y modalidades de trabajo en el contralor de la administración municipal. Rescató que la pandemia permitió echar mano a nuevas tecnologías que terminaron agilizando y tornando más eficiente el control sobre lo recursos ejecutados.
Río Grande.- Tras su juramento como Vocal del Tribunal de Cuentas Municipal, el Dr. Gustavo Zanone dialogó con FM La Isla su nombramiento y sus expectativas integrando el órgano de contralor junto al doctor Marcos Oviedo y Fabio Ojeda Ruiz.
“Es un desafío que empezó hace un poco más de tres años estando al frente de la Fiscalía Legal del Tribunal de Cuentas, en un momento en que se iniciaba la pandemia, así que tuvimos muchas vicisitudes y muchas cuestiones nuevas por delante, trabajando con la emergencia y con todo lo que eso suponía”, relató el tribuno.
Confió que seguirá en la misma línea de trabajo que mantenía el Dr. Pedro Fernández, a quien suple en la vocalía, puesto que dejó el cargo para asumir como juez correccional. “He sido propuesto por el Intendente (Martín Pérez), se ha logrado la aprobación de la designación por unanimidad. Mi idea es seguir trabajando en la misma línea y siempre apuntando a dar transparencia, a dar agilidad a los mecanismos administrativos. En lo personal estoy muy contento”, confió Zanone.
“La pandemia nos permitió ser más eficientes”
Zanone entendió que la pandemia “produjo cambios no sólo en el Tribunal de Cuentas sino en la vida de todos; la vida de todos cambió a partir de eso porque empezamos a manejarnos de otra manera. Antes se hacían videoconferencias, pero eran un hecho excepcional. Llegamos a un momento donde la necesidad hizo que pongamos a mano todo lo que pudiéramos, porque recordemos, no podíamos tener contacto con otros sectores, estábamos encerrados, entonces ir a buscar un expediente era algo problemático, era algo nuevo, era algo diferente”, recordó.
“Lo sorteamos y quedó como en muchas otras cosas que las tareas se pueden realizar de otra manera, quedó la agilidad de la comunicación electrónica, quedó la agilidad de evitar esos circuitos por ahí tan burocráticos, de entradas y salidas del expediente en mano, un montón de cosas que verdaderamente eran un engorro. Finalmente quedó plasmado en un cúmulo de procedimientos internos. Es difícil de explicar, pero se logró cierta agilización en el Tribunal”.
El flamante vocal compartió que “pudimos ver que con todas estas cuestiones había pasos que se podían omitir y esto hace a la celeridad, hace a la diligencia, hace a la eficiencia y a la eficacia de los procedimientos. Dentro de eso también se dio la particularidad de un manejo diferente de los recursos, mejor dicho, de un destino de los recursos, porque había una emergencia. El hecho de volver a cierta normalidad administrativa, indudablemente por lo que se desprende, no implica volver a aquellos viejos procedimientos sino adecuar a los actuales”, rescató.
Aseguró en este sentido que “lo que llegó, llegó para quedarse y para mejorar. De hecho, estos últimos días se habló mucho de, por ejemplo, las declaraciones juradas por presentación online o digitales, que es uno de los proyectos que había y que se aceleraron y que llegaron para quedarse. Y lo que antes era un caos administrativo con todos los funcionarios presentando planillas y planillas, hoy lo hacen desde la comodidad de su casa, con entornos informáticos amigables y con instructivos claros, así que y así el resto de otras actividades que dan una idea hacia dónde lo vamos a llevar”.
Consultado sobre si la estructura del TCM está acorde a las necesidades del contralor, Gustavo Zanone entendió que “es un análisis que tenemos que dar en el transcurso de este año. Justamente la semana pasada lo charlamos, tenemos una agenda nutrida y recién el día lunes ya tenemos una primera sesión donde hay un temario bastante importante y esa es una de las cuestiones a revisar, no hay algo definitivo, sí podemos decir que el año pasado con la estructura actual auditamos casi el 70% del presupuesto, lo cual es muchísimo”, reveló.
Detalló que “hay alrededor de 20 personas trabajando en el Tribunal. La tarea se divide en tres grandes sectores, el contable, el técnico y el legal. Cada uno está conformado por profesionales, sea contadores públicos, abogados o arquitectos y en cada sector los expedientes van circulando y van mereciendo o no observaciones, correcciones -que de hecho las hubo, las hay y las habrá- porque siempre hay cuestiones para corregir o para ver si se corrigen, sean formales o lo que fuera”.
Sobre este punto aseguró que “si bien los expedientes van pasando por cada sector, está muy agilizado el sistema, está aceitado el mecanismo sobre cómo trabajar con cada uno de los expedientes y demás, así que tratamos de que sean rápidas y eficientes las auditorías”.
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