El arquitecto Roberto Matach, cuyo estudio está abocado al proyecto de desarrollo en la aerosilla del Martial, aseguró que este invierno ya se podrá esquiar en 300 metros porque se colocará un medio de arrastre. La actividad comenzaría a partir del 1° de julio y se sigue trabajando en la construcción de la confitería. La aerosilla fue comprada en Suiza y se espera la aprobación del estudio de impacto ambiental para empezar a montar las torres, que se están construyendo en Buenos Aires. “La inversión está planteada en dólares y parte en euros porque la aerosilla la compraron en Suiza. Son todos capitales argentinos y se va avanzando con el programa preestablecido en el pliego, que preveía una aerosilla nueva que fuera cuádruple. El instituto plantea que lo óptimo sería tener dos mil esquiadores y creo que va a ser el centro de esquí de la ciudad. El Cerro Castor va a quedar más para turismo de afuera, sea nacional o del exterior, y esta va a ser la pista de la ciudad”, avizoró.
Río Grande.- El arquitecto Roberto Matach dio a conocer por Radio Universidad 93.5 y Diario Provincia 23 la pronta puesta en marcha del complejo del Martial, en principio con un medio de arrastre que va a permitir esquiar este invierno.
El estudio de arquitectura de Matach está trabajando con los inversores en el proyecto y “venimos trabajando en la ampliación del edificio base y poniendo en condiciones la pista”, dijo.
“Este invierno se va a poder esquiar en 300 metros de la pista del Martial porque se va a colocar un medio de arrastre. La idea es que pueda funcionar a partir del 1° de julio. No es una aerosilla porque uno va con los esquíes pegados al piso. Estamos construyendo un grupo de sanitarios públicos más un rental de equipos de esquí y la escuela de esquí. Más adelante se va a habilitar la confitería y se van a ir concretando cosas. Nosotros esperamos concretar todo lo que nos pide impacto ambiental y recién cuando aprueben ese estudio vamos a poder empezar con la apertura de la picada para la aerosilla. Las columnas se están construyendo en Buenos Aires pero todavía no podemos avanzar sobre el bosque para poder poner las bases de las torres”, señaló.
“Actualmente la pista llegaba a los 900 metros de largo y se va a extender más de 300 metros. Donde antes giraba la aerosilla, en ese punto se va a poder retomar de nuevo porque hay nieve en la parte alta del glaciar y se va a poder seguir esquiando mucho tiempo más. Abajo va a haber generación de nieve con cañones pero el calor que genera la ciudad hace que no perdure mucho tiempo”, explicó.
“La inversión está planteada en dólares y parte en euros porque la aerosilla la compraron en Suiza. Son todos capitales argentinos y se va avanzando con el programa preestablecido en el pliego, que preveía una aerosilla nueva que fuera cuádruple. El instituto plantea que lo óptimo sería tener dos mil esquiadores y creo que va a ser el centro de esquí de la ciudad. El Cerro Castor va a quedar más para turismo de afuera, sea nacional o del exterior, y esta va a ser la pista de la ciudad”, avizoró.
Actividad de la construcción
Por otra parte señaló que “hay mucha actividad en la construcción, pero por otro lado la situación económica nuestra ha hecho que muchos extranjeros que trabajaban en la isla se hayan vuelto a su país, porque no les cierran las cuentas. Hemos perdido mucha gente que se ha ido en principio de vacaciones para ver las perspectivas en el exterior, y se han quedado. Contra eso no podemos hacer nada”, dijo de los especialistas en arquitectura.
“De cualquier forma la parte de la construcción tiene buena actividad, principalmente la parte privada, y también el Estado con sus obras públicas, pero hay una gran participación de la parte privada. En Ushuaia por la actividad turística la gente se anima más a hacer inversiones. En Río Grande hay un poco más de reticencia, a pesar de que los recursos los tienen, y en algunos casos terminan invirtiendo en Ushuaia porque la ven más pujante. La inversión en Ushuaia es más rentable pero también el costo de la mano de obra en Río Grande es más económico y todo es más barato”, comparó.
El arquitecto vio con buenos ojos la inversión realizada por la empresa El Dorado para la fabricación de ladrillos cerámicos y recordó que en épocas pasadas se había usado mucho, cuando lo fabricaba una empresa que luego cerró. Se mostró interesado en conocer la fábrica para llevar a Ushuaia estos materiales.
Ampliación del ejido urbano
Con respecto a la ampliación del ejido urbano, dijo que “uno puede plantear propuestas técnicas pero después queda el resorte de la política. La política en general improvisa o se maneja con requerimientos de la gente, y a veces esa gente son 10. No puede ser que hagan cosas con un perjuicio para 44 mil personas. Uno no tiene proyectos desarrollados pero sí tiene posición tomada de cómo deberíamos hacer las cosas y tendríamos que ponernos a trabajar interdisciplinariamente para pensar en una ciudad para el futuro. Ahora el municipio ha puesto en marcha el estudio de planificación, ayer estuvieron mostrando el esquema de trabajo en el Colegio de Arquitectos y se van a empezar a generar comisiones de trabajo para ir analizando hacia dónde y cómo va a ir la ciudad”, informó.
“Siempre los arquitectos participan de distintas comisiones para dar la visión que tenemos nosotros y que puede ser discutible, pero es muy importante cuando el trabajo es interdisciplinario. Nosotros lo miramos desde la belleza, otros lo mirarán desde la practicidad o desde lo social. De ese conjunto de miradas va saliendo un producto acorde a las expectativas de todos”, manifestó.
“Siempre nos ha pasado que hay mucha participación de los sectores sociales, y la ciudad crece desordenadamente porque no se ha trabajado sobre parámetros físicos sino sociales. Ushuaia siempre tuvo un crecimiento desordenado y hay distintos criterios, como que la ciudad debería seguir las curvas de acuerdo a la pendiente de la montaña, pero se contrapone con otros que quieren hacerlo de forma ordenada para que la gente no se pierda en los recorridos”, dijo.
“Ushuaia tiene muchos recorridos muy trabados porque se sigue haciendo ciudad atrás de un intrusamiento. No hay decisión política de mover esas casillas, que perfectamente se podría hacer con las grúas que tenemos en la ciudad, para que sea urbanizable. Todo lo que es el Escondido, el barrio Obrero, y los que están subiendo la montaña, los tienen que ordenar por el costo que significa la infraestructura, ir con los caños de agua y cloacas, y encima es todo roca. Toda la ciudad paga un altísimo costo porque no hay voluntad política de ordenar”, lamentó.
Nuevas construcciones
Respecto de las nuevas construcciones, dijo que “en general cuando son inversores de Buenos Aires ya vienen con su arquitecto del norte y con el proyecto; cuando son emprendedores locales las obras no son de tan gran escala y se los orienta, por ejemplo para hacer un baño completo en lo que eran oficinas y poner una kitchenette. Ahora hay una ola de alquiler temporario pero en algún momento se terminará, y se convertirán en oficinas de nuevo. Cuando uno encara proyectos de este tipo debe tener en consideración que las cosas van cambiando, para que después no quede un edificio vacío sin uso”.
Consultado sobre el costo del metro cuadrado, dijo que “estamos manejando 1.300 dólares, para una vivienda clase B, que no es suntuosa ni tampoco económica. La diferencia en los costos del metro cuadrado empieza a aparecer con la calidad de los pisos, y de la grifería también”.
Finalmente abogó para que haya políticas de Estado más allá de quien gobierne y que “estemos todos sumados a un proyecto general que se vaya concretando en distintas gestiones. Para eso debe haber planificación. Hay que buscar lugares y generar espacios para que la gente que no tiene posibilidades y va a intrusar no desordene la ciudad”, concluyó.
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