“PODEMOS EVITAR QUE NUESTRAS CIUDADES PIERDAN SU IDENTIDAD”

El titular de la fundación Ushuaia XXI, Julio Lovece, ex secretario de Turismo, encaró un trabajo de recopilación histórica de la provincia, con base en el patrimonio histórico de las ciudades. Planteó la importancia de que las ciudades crezcan pero sin perder su identidad, dado que el turista viene a buscar precisamente eso, y no una copia de lo que ya tiene en su lugar de origen. “Es muy importante rescatar esto para el turismo, que es el choque de dos culturas. Cuando las ciudades se van pareciendo al lugar de donde viene el turista, estamos perdiendo nuestra identidad”, expresó.

Río Grande.- El titular de la fundación Ushuaia XXI, Julio Lovece, quien también se desempeño como Secretario de Turismo en gestiones anteriores, dio detalles de la tarea que ha encarado para recopilar la historia de las ciudades, desde su patrimonio.

Por Radio Universidad 93.5 y Provincia 23 expresó que “el turista básicamente reclama lugares auténticos, tanto en Río Grande como en Tolhuin y Ushuaia. Yo considero que es necesario e inevitable el crecimiento, pero podemos evitar que nuestras ciudades pierdan su identidad. Más allá de la urbanización, el crecimiento, la construcción de edificios y viviendas, tratemos de mantener dentro de nuestras ciudades esos rincones que todavía dialogan con el pasado. Eso es lo que viene a buscar el turista, que no solamente consume naturaleza sino que también consume mucha cultura e historia”.

“Desde hace un tiempo estoy haciendo un trabajo de investigación, comencé por Ushuaia con los edificios antiguos que todavía están y aquellos que ya no están, sus sitios históricos, monumentos, las historias singulares que tenemos en Ushuaia, porque tuvimos un presidio y eso le otorga un atractivo extra. El turista argentino sobre todo quiere conocer ese tipo de historias. Estoy trabajando en eso, tratando de contagiar a los funcionarios actuales para que tomen un poco la posta y pongan en valor este tipo de atractivos”, dijo de la tarea iniciada.

“Una de las casas más antiguas de Ushuaia es donde funcionó la Legislatura, además fue la casa de la gobernación y anteriormente era la vivienda particular del gobernador. Ese edificio que se encuentra en Maipú, entre Roca y Laserre, es un monumento histórico nacional”, recordó. Consultado sobre la arquitectura típica de Ushuaia, indicó que “la mayoría de las casas más antiguas tienen un denominador común, que es la típica chapa acanalada, que era el material que se podía traer y además era resistente a la nieve y el viento. Son de madera por dentro y en esa época venía del aserradero del presidio”.

“El presidio fue una cárcel de presos comunes y presos políticos y militares. Había un trencito que iba hasta lo que es hoy el Parque Nacional, donde iban a traer madera, y con esa madera se construyeron muchos edificios y viviendas particulares. Algunas perduran pero la mayoría han sido reemplazadas por edificios”, lamentó.

También se le preguntó si los guías de turismo hacen este rescate histórico en las recorridas con los turistas. “Hasta el momento en que se instala la universidad en Ushuaia, muchos de los guías venían del norte, de Buenos Aires. A partir del ’88 cuando se sanciona la ley de guías, existe la obligación de que sean guías profesionales, y esto generó que haya guías que vinieron del resto del país. Con la universidad se están formando acá y creo que la universidad debe tener su trabajo de investigación y seguramente los guías hablan de la historia”, estimó.

“La historia de Ushuaia es sumamente rica y en Río Grande gracias a ‘Mingo’ Gutiérrez la historia no se fue perdiendo. Los antiguos pobladores se nos están yendo y son la memoria viva. Esta semana hablé con un viejo poblador de Ushuaia que me estaba contando algunas historias, y las voy a incluir en el trabajo porque son cosas que después se pierden. Hay que rescatar eso y es muy importante para el turismo, que es el choque de dos culturas, la del que viene de visita y la del que está. Hay que darle importancia a estas cosas porque si no nuestras ciudades se van estandarizando y la globalización puede con todo. Cuando las ciudades se van pareciendo al lugar de donde viene el turista, estamos perdiendo nuestra identidad”, advirtió.

Agregó que este valor que se le da a la memoria de las ciudades “genera arraigo. Cuando decimos que un destino turístico es auténtico, es porque está habitado por gente orgullosa del lugar donde vive y que tiene raíces en el lugar. En el turismo no todo es bueno porque genera ciertas distorsiones que pueden generar problemas muy graves. Uno de ellos es la aculturación, ir transformando el lugar y caminar por calles que ya no nos cuentan historias. Mucha gente joven sobre todo cae en el error de creer que todo lo pasado es pisado. Yo creo que no, porque sería menospreciar la tarea de quienes nos precedieron, y segundo porque tenemos la obligación de mantener el patrimonio. El patrimonio es la herencia de nuestros padres y tenemos la obligación de sostener eso, que genera arraigo, cariño por el lugar, y nos prepara mucho mejor para la visita del extranjero que viene con su propia cultura”, subrayó.

Transculturización

Por otra parte fue crítico de la adopción de nombres en inglés que le quitan identidad a la capital fueguina y al producto fin del mundo. “Ushuaia en verano recibe un 70% de turismo extranjero y cuando veo todo escrito en el inglés por el centro, me siento molesto. No es que considere que al turista no hay que atenderlo en su propio idioma, eso me parece bárbaro, pero la ciudad tiene que seguir siendo auténtica y no es necesario que todos los nombres estén en inglés ni copiar la cultura del que viene. Atender al turista como si estuviera en su propia casa es un error, porque el turista no está conociendo su casa sino la casa nuestra, que es ajena para él. Tenemos que mostrarnos tal cual somos, con nuestros festivales, nuestra cultura gastronómica, nuestras anécdotas, la memoria de los viejos pobladores que están vivos a quienes tenemos que escuchar, grabarlos. Eso no se puede perder”, enfatizó.

Falta de promoción de Río Grande

Respecto de la zona norte y centro, que están soslayadas por las políticas turísticas y el empresariado, consideró que “poco a poco esto se va a ir modificando, porque hay una imperiosa necesidad de ir ampliando la oferta, y tanto el norte como el centro de la isla tienen muchísimo por ofrecer. En Ushuaia tenemos circuitos sobrecargados mientras que en la zona centro y norte que están sub explotados. La zona de Yehuin, Tolhuin, La Misión Salesiana, los museos y Río Grande en sí mismo como sector urbano, la zona costera, la zona de San Pablo, tienen un potencial y una belleza única. Las hosterías están en ruinas y ahora que tenemos más turismo hay que ponerse las pilas con eso”, instó.

“Creo que hay cierta pasividad en este sentido. A veces las características políticas de nuestro país no nos permiten planificar mucho más allá de una determinada gestión, que puede ser de cuatro u ocho años. Nos hace falta planificar a 30 ó 40 años. Yo estuve participando de algunas reuniones en las que se estaba hablando de la marca Tierra del Fuego. La marca que utiliza el INFUETUR es El Fin del Mundo y parece ser que habláramos solamente de Ushuaia. Para mí el fin del mundo es toda la Tierra del Fuego, empieza en San Sebastián y termina en Bahía Lapataia. Deberíamos entenderlo de esa manera, porque tiene que ver con el imaginario turístico. Deberíamos preguntarnos qué es lo que el turista espera encontrar en el fin del mundo y para el turista el fin del mundo es más allá de Ushuaia. El Yehuin para mí también es el fin del mundo y hablamos de atractivos que están más cerca de Río Grande que de Ushuaia”, observó.

“Hay una autocrítica para el gobierno y para el empresariado también, porque tenemos un empresariado que está muy cómodo vendiendo lo que vende y no se quiere arriesgar a sumar más atractivos o abrir el abanico de la oferta. Eso significa inversión, más personal y tomar ciertos riesgos. Por ahora están cómodos pero creo que a la larga nos vamos a ver obligados a ampliar la oferta. Salvo lo que es turismo alternativo, turismo naturaleza y las empresas que se han especializado en tours cortos con poca gente, que los llevan a todos lados, el turismo masivo se ha concentrado mucho en el sector sur. El turista de invierno viene casi exclusivamente a esquiar pero el turista de verano está cada vez más ansioso por conocer nuevos atractivos y experiencias”, afirmó.

“Acá el turismo mayoritario es de media docena de empresas y está bastante atomizado. A veces critican a los políticos porque les resulta más fácil echar las culpas a los funcionarios, y tienen razón en muchos aspectos, pero les falta también un poco de autocrítica. Cuando se construyó el trencito del fin del mundo, Quique Díaz hizo una inversión enorme en ese tren, y nadie paraba ahí, todos estaban acostumbrados a recorrer un parque sin tren, y hubo que convencerlos para que consuman ese producto. Hoy en día el tren es indispensable. Nadie se imagina venir a Ushuaia sin hacer el recorrido por el tren. A veces los empresarios saben cómo invertir y ganar plata, pero a la hora de hacer un poco de la buena política, fallan. Hay que tratar de hacer un trabajo en conjunto y tiene que haber previsibilidad, porque cambia el gobierno y cambia todo”, manifestó.

Falta de nieve

Finalmente se refirió a la falta de nieve y su relación con el cambio climático. “El turista que viene en esta época, viene con los esquíes puestos. Quiere estar una semana y por lo menos 5 ó 6 días en los centros invernales. El hecho de que no hayamos tenido todavía una buena nevada es sumamente preocupante, porque para este lugar la nieve es parte esencial del atractivo. Cada vez que se habla de cambio climático en el mundo te miran como si fueras un delirante, pero lo estamos viendo. Acá hemos tenido temperaturas muy bajas para esta zona y es sumamente preocupante”, concluyó.