• Telefonos: 432528 Int. 158 - Cel. 15544394
  • info@radiouniversidad.com.ar

El esfuerzo pionero para fabricar en Tierra del Fuego

Este lunes se celebra el Día de la Industria y qué mejor ejemplo que reconocer a los pioneros de la industria en Tierra del Fuego. Se cumplieron 44 años del primer embarque de televisores a color, ocurrido el 27 de junio de 1980, desde la planta de El Mutún hacia el continente. Enrique ‘Quique’ Schoua, gerente de la planta recordó el esfuerzo que hubo que hacer para montar la primera producción cuando no tenían calefacción, ni agua ni energía eléctrica. Se tuvo que descongelar siete cuadras a fuerza de quemar leña para hacer la zanja para obtener el agua y la calefacción eran tachos de 200 litros donde se quemaba leña.

Río Grande.- En 1979, el Ingeniero Enrique ‘Quique’ Schoua comenzó a trabajar en una empresa electrónica en Buenos Aires. A través de su experiencia, relata la importancia de la industria en Tierra del Fuego, destacando la movilización para prorrogar un régimen clave y la necesidad de defender y fomentar la industria nacional. El 27 de junio de 1980 se concretó el primer embarque hacia el continente de televisores a color fabricados en ‘El Mutún’ de Río Grande. Schoua es uno de los pioneros de la industria electrónica de la hoy pujante provincia fueguina y uno de los primeros introducir tecnología de punta desde Japón y Taiwán, además de ser un gran defensor de la Ley 19640.

En diálogo con ‘La mañana de la Tecno’ que se emite por Radio Universidad 93.5 MHz, el ingeniero Enrique ‘Quique’ Schoua, uno de los pioneros de la industria electrónica fueguina, relató parte de la historia que hizo grande y reconocida a Tierra del Fuego por la fabricación de equipos electrónicos de última generación tecnológica.

Enrique ‘Quique’ Schoua en una exposición por el Día de la Industria hace unos años en Río Grande.

“En el año 1979, yo estaba trabajando en una empresa electrónica, una linda empresa muy tecnológica, Dimerson, que había ganado las licitaciones para la instalación de electrónica a Argentina Televisora Color, ATC, antes se llamaba Argentina 78 Televisor Color. Hicimos la instalación de varios estudios, proveímos dos consolas -copias de la MSI inglesa- de 24 canales cada una, que las construimos ahí en Dimerson, muy lindo trabajo, pero poco sueldo, aunque se aprendía mucho ahí”, introdujo el ingeniero Schoua.

Recordó que “yo era un ingeniero con muy poquitos años, tendría 29, 30 años, un poco, todavía poca experiencia. Eran mis primeros pasos. Sucedió que distintas circunstancias me hicieron ir a visitar una planta de fabricación de circuitos impresos se llamaba LACI, Laboratorio Argentino de Circuitos Impresos, que ya no está más. La fui a visitar porque resulta ser que justamente estaba Dimerson presupuestando placas de circuitos impresos para la fabricación de esas dos consolas grandes, y digo grandes para que la gente tenga idea de lo que es una consola grande, eran cada una de 24 canales, tenía 850 perillas cada una y medían como una mesa. Entonces, la empresa seleccionada para hacer el circuito impreso fue Épsilon, más barato que LACI, y la gente de LACI me dice, ‘ustedes han presupuestado con nosotros muchas veces y siempre nos rechazan, por el precio, pero lo que deben saber es que tenemos otro precio, otro nivel de calidad. Así que lo invito a visitar nuestra planta’.”

Continuó diciendo que “el ingeniero Riportela, en esa época director de LACI, me invita y voy. Recorrimos la planta, la verdad, espectacular, impresionante. Y realmente era garantía de calidad. O sea, eso fabricaban impresos no solo para poder hacer un impreso para una consola, sino hasta para hacer un impreso para algo más delicado que, por ejemplo, un marcapasos, donde nada puede fallar”.

“En cambio, si con el correr del tiempo un impreso tiene algunos defectos de fabricación que hacen que con el tiempo alguna traza se corte, como un televisor, dejará de andar, la consola dejará de andar, pero el marcapasos no puede dejar de andar. Así que me quedé charlando con este director de apellido Riportela, después de visitar la planta, y le conté que yo había trabajado un tiempo en Ushuaia en donde había instalado una planta de TV en blanco y negro y donde trabajaban presos de la Alcaldía que salían todos los días y los devolvíamos todos los días en una combi, porque no había gente en Tierra del Fuego. No había gente para instalar una fábrica, ni menos para hacer producción”, recordó.

Comentó que “parece ser que eso gustó (a Riportela) y me dice: ‘su perfil me gustó, es muy interesante, si algún día estamos necesitando a alguien con un perfil como el suyo acá, si algún día anda en banda, véame’, me dice. Entonces yo ahí nomás le digo, hablemos ahora. Y ahí nomás dupliqué el sueldo. Y me dice: ‘vamos a hacer el preocupacional, usted del preaviso a Dimerson, no le diga que se viene a trabajar con nosotros, porque nosotros queremos ser proveedores de Dimerson y no va a quedar bien que le estemos afanando un profesional. Dígale que se va al sur’. Entonces le respondí: ‘yo me voy a Tierra del Fuego. Mentira, yo no me voy a Tierra del Fuego, me voy a LACI y di el preaviso y empezó a correr el mes de octubre, creo, del año 79. Y en el interín aparece un aviso en el diario de una consultora, Executive, que busca un ingeniero electrónico para instalar una planta en Tierra del Fuego. Dije, ¿quién será? Porque acá estaban Hitachi y BGH. Y voy y me presento a la entrevista en Executive, y me dicen, no es ninguna de esas dos, es una empresa nueva. Bueno, no me dijeron cuál, charla va, charla viene, fui preseleccionado y terminé en el sur. O sea, la empresa me contrató en noviembre de 1979. Viajé a Japón, a Osaka, a los pocos días, de ahí a Taiwán, donde se empezaron a comprar los kits, y me habré quedado dos o tres meses en Taiwán, hasta conseguir desarrollar un kit para hacer TV Color en la Argentina”.

Schoua explicó que en la Argentina se había adoptado el PAL-N, “único en el mundo. O sea, había sistemas similares, pero no PAL-N, era PAL-B, PAL-G, PAL-M en Brasil. Eso llevó un tiempo. Me fui en noviembre y regresé en febrero, y el 10 de marzo de 1980 me instalé en Río Grande con mi familia. Contraté a cuatro técnicos, Aguirre, López, Cervera y Ferrentino, vinieron al día siguiente, el 11 ó el 12 de marzo, no me acuerdo bien. Y el otro que aparece en la foto, que es Prado, yo lo había contratado antes. La cuestión es que, ya estábamos a mediados de marzo, la empresa tenía un galpón pelado, como se decía en esos días, frente al cementerio, y nos pusimos a instalarlo, con los materiales que nos enviaron. Y pasó marzo, abril, mayo, muy duro, porque no teníamos calefacción, no había forma de conectar el gas que lo teníamos en la puerta. El gas domiciliario, el que circula en las cañerías con presión de 4 kilos”.

Recordó que “solamente había que poner el regulador y punto. Pero para poner el regulador había que hacer la conexión. La conexión la hacía únicamente un gasista matriculado, pero que trabajaba en Gas del Estado. Pero había un solo soldador, que recorría toda la Patagonia. Entonces, estaba pegando la vuelta y por ahí iban a pasar varios meses hasta que vuelva a pasar; había que esperar tres meses para que el soldador pase y suelde, haga la conexión de gas al regulador que teníamos en la planta”.

Nos calefaccionábamos con tambores de 200 litros y leña porque energía eléctrica tampoco teníamos. Entonces, ¿qué hicimos? Tiramos un cable, no voy a decir dónde ni con quién, y así empezamos a instalar. Agua tampoco teníamos porque la temperatura era bajo cero como la que estamos teniendo hoy, pero de varios meses. Estaba todo congelado y teníamos el agua a siete cuadras. Había que hacer una zanja de 700 metros, pero no se podía descongelar porque el suelo a esas temperaturas era roca pura”.

En ese entonces el intendente de Río Grande era don Vicente Ferrer. “Él trajo un equipo de gente, pusieron troncos a lo largo de la calle Bilbao. Fueron varias cuadras con troncos quemándose para tratar de descongelar y luego hacer la zanja. Eso llevó mucho tiempo. Y así empezamos a hacer la producción. Llegó el embarque de los primeros mil kits en cuatro contenedores y comenzamos a producir y hubo que esperar la Acreditación de Origen y el 27 de junio, un día después de mi cumpleaños, salió el primer embarque”.

En ese sentido contó que “sé que es el 27 de junio, aunque no lo anoté en ningún lado; pero resulta ser de que mi mamá falleció a los 98 -en este año 2024 ella iba a cumplir 100 años- y viendo los papeles que tenía en la casa, encontré una carta que yo había mandado, donde le explicaba que después de mucho trabajo, habíamos llegado a concretar el primer embarque ese 27 de junio de 1980. Por eso tengo fresca la fecha”.

El 27 de junio se cumplieron 44 años del primer embarque de TVcolor fabricado en la planta de El Mutún SA. En la foto -tomada ese 27 de Junio de 1980- están los integrantes del equipo de trabajo de El Mutún. Aguirre, Cervera, Prado, Ferrentino, Schoua y el gordo Saravia quien fuera girado por la Aduana ese día, para verificar el embarque. En la foto no está José López (QEPD) que fue quien tomó la foto.

“Ese equipo de gente que contraté a fines del 79, Aguirre, López, Herrera y Ferrentino, me acompañó a los 10 años, Prado se desvinculó un tiempo antes”.

Preguntado por qué la empresa se llamaba El Mutún, Schoua explicó que “a la empresa la compró una sociedad anónima que se llamaba así, El Mutún y para darle rapidez a la presentación del proyecto, compró una Sociedad Anónima ya constituida que se llamaba El Mutún -se explayó-. Después terminó empalmando con Dewo, la marca de los televisores. Y a los 10 años después que gana Menem, cerró. El dueño pagó todo, le pagó todo a todo el mundo, no dejó una sola cuenta corriente sin pagar. O sea, no quebró, se fue enterita. Y dijo, decían, se vienen épocas difíciles, con la apertura económica va a haber contrabando generalizado, se va a pagar la coima por kilo en los contenedores en Buenos Aires, donde va a venir cualquier cosa, y así fue. Las empresas que quedaron en pie debían competir con el contrabando generalizado, o sea, venían televisores color facturados a 20 dólares porque el Gobierno nacional en aquellos días había eliminado una buena parte de los controles aduaneros”.

Citó como ejemplo, “lo que se denomina la valoración, no tiene otro nombre, pero no viene al caso. O sea, valía, para el despacho a plaza valía lo que decía la factura. El argumento podía ser, y bueno, es cola de producción, o son productos discontinuados, entonces venían con aranceles bajos, con precios irrisorios, y así fue como eso, más el atraso cambiario, porque si bien el dólar era uno a uno por ley, se empezó a atrasar porque la Argentina empezó a encarecerse en dólares”.

En ese sentido describió que “la Argentina se encarece en dólares, entonces resulta ser que importar es más fácil, exportar es más difícil, veranear en Cancún era más barato que veranear en Mar del Plata, y así fue como la economía se fue cayendo a lo largo de los años de la convertibilidad”.

 

Cuando había austeridad política

 

Por otra parte Schoua comentó que luego el gobierno militar se retiró “no vencido por una fuerza superior, sino por una cuestión política, ya no había forma de sostenerlo. Hubo elecciones. En el 83 gana (Raúl) Alfonsín y la democracia empieza a caminar y caminar muy austera. En esos días -creo que es ejemplo para hoy- había tres bloques en la Legislatura. Un bloque del MOPOF, un bloque de la UCR, que tenía más o menos la mitad del parlamento y un bloque del PJ. Y había tres oficinas. Una oficina por cada bloque y cada legislador tenía un asistente, no dos docenas. Uno solo”, remarcó.

Agregó que “lo mismo sucedía en el Concejo Deliberante. Cada concejal tenía un asistente y cada bloque tenía una oficina. Y así funcionó muchos años. Después se desbandó. Después llegamos a nuestros días donde uno se entera de que la Presidencia de la Legislatura tiene 40 asesores. Que no sé dónde están sentados porque no hay lugar para que se sienten con estos asesores; donde uno se entera que en la biblioteca del Congreso hay 1.500 empleados, aunque no sé si tienen 1.500 libros. Pero 1.500 empleados sí tienen. Por eso estamos donde estamos en estos últimos 30 años. Hemos desandado el camino que se había iniciado con la democracia, con mucha esperanza en esos días. Es simple. Hay que volver a eso, hay que volver a que un concejal o un legislador tenga un asistente, no dos docenas y media o diez y que lo que cobre el asesor o asistente sea lo mismo que diga el recibo, no como ahora que hay muchos que lo esconden. Pero es un secreto a voces. A gritos. Lo que cobra cada uno de los asesores no es lo que dice el recibo. Lo que dice el recibo cobra el 50%. El resto se lo queda el legislador. Eso es algo más ruin que tomar un empleado, un amigo y decirle dame la mitad del sueldo. Esos son muchos de nuestros legisladores. Algunos han sido denunciados. Me acuerdo una diputada de Entre Ríos que fue denunciada. Y la única defensa fue que todos lo hacen. Una vergüenza”.

“Volviendo a la época en que yo empecé a trabajar en el Mutún y había democracia, los legisladores trabajaban, empujaban. Hoy por hoy, a ver, no quiero generalizar, pero es un lindo puesto, ¿no? A ver, si un legislador no hace un solo proyecto en toda su carrera, no pasa nada. Si hace proyectos que no tienen ni pie ni cabeza, tampoco pasa nada. Si va todos los días o va día por medio, no pasa nada. Si va una vez por semana, tampoco pasa nada. Si no va nunca, no pasa nada. No, no puede ser”, dijo.

En este punto preguntó: “¿Cuántas veces se reunió el Senado de la Nación en este año? La primera era para los sueldos, rapidito. Una vergüenza”.

 

Rodrigo De Loredo y Juan Manuel López son “chitrulos”

 

En diálogo con ‘La mañana de la Tecno’ que se emite por Radio Universidad 93.5 MHz, el ingeniero Enrique ‘Quique’ Schoua, uno de los pioneros de la industria electrónica fueguina, relató parte de la historia que hizo grande y reconocida a Tierra del Fuego por la fabricación de equipos electrónicos de última generación tecnológica.

Schoua lamentó que “después de El Mutún, cerraron Drean, Sharp Kenia, Philco, Toshiba, Aurora Grundig, National Panasonic, Zenith, Karakai, Sony Continental, más todas las que me olvido, y este mensaje es para el ‘chitrulo’ de (Rodrigo) De Loredo y el ‘chitrulo’ de Juan Manuel López, ¿saben por qué les digo chitrulo? porque no puedo decir otra cosa, porque si fuera tan fácil como ellos dicen, como también lo repite el papanatas de Lanata, y de Carlos Pagni, y no sé cuántos ‘pajarones’ más, que todo viene semielaborado, que todo viene hecho y que acá no se hace nada, y que juntan la guita en pala, es mentira, porque de ser así, no hubieran cerrado todas las empresas que cerraron”.

El entrevistado observó que en todo orden productivo o de fabricación, existe el ensamble, puso como ejemplo a las automotrices, a la industria de la aviación e inclusive a la gastronomía. “Los grandes medios de comunicación propalan que en Tierra del Fuego se ensamblan aparatos electrónicos y son los que hacen creer al 70, 80, o el 90% del país de que aquí no se fabrica nada. Se ensambla en todo el mundo, ni la Boeing hace por sí misma un avión, lo fabrican distintos países para distintas partes, sus motores los hace la Rolls Royce o General Electric, las ruedas o los trenes de aterrizaje los hace otras empresas; el instrumental -la aviónica- lo fabrican empresas electrónicas y lo mismo pasa con los autos. En mi último viaje a Buenos Aires hace poquito, venía en taxi para Aeroparque, y me dice el taxista -‘¿a dónde va?’ Y voy al aeroparque y como todos los tacheros, se pone a hablar conmigo, -‘¿y usted por qué va?’ Porque vivo allá, -‘¿y usted por qué fue allá?’ Y fui porque me contrató una empresa, le dijo que yo soy ingeniero, etcétera -‘¿y usted trabaja en una empresa?, ahí en Tierra de Fuego no se hace nada’. Y le digo ¿cómo no hacen nada? No, no, me dice el taxista, ‘si todo viene hecho, todo se ensambla nada más’. Le digo, a ver, le digo ¿a usted le gustan las pastas frescas? Me dice sí. ¿Y dónde las compra? Y en la fábrica de pastas. ¿En la fábrica de pastas o en la ensambladora de ravioles? ¿Por qué? Porque la fábrica de pastas no tiene un molino harinero para hacer la harina, compran la harina hecha. La fábrica de pastas no tiene una plantación de espinaca para el relleno, la compran fresca o envasada. Tampoco tiene un gallinero para tener carne de pollo o huevos. ¿Se entiende? Y me me dice: ‘empiezo a entender. Y le tiro otro par de ejemplos, que no sé. Y al respecto vine acá y me fui a comprar ravioles a una fábrica de pastas muy buena aunque un poco cara. Fui y les dije el mismo ejemplo. Fue una idea de una de mis hijas decir ensambladora de ravioles. Le digo ¿Ustedes fabrican pastas? Me dice, sí, por supuesto. Las hacemos nosotros. ¿Y el molino harinero dónde lo tienen? ¿Qué me está diciendo? Compramos la harina hecha. ¿Y la plantación de espinaca? No, tampoco. Es obvio. Entonces usted tiene ensambladora de ravioles en una fábrica de pastas. Se me enojó”.

Memoró que “yo he visitado durante mi preparación en la escuela secundaria -muy buena preparación tuve-, la Fiat, la Ford, Chrysler, la Renault. Ford, que era una de las mejores preparadas en lo que hace a la fabricación de automóviles. Era la única que tenía pista especial para las pruebas. Donde había ripio, adoquín y había asfalto roto, como pasa en las rutas argentinas. Las demás no tenían. Por ejemplo, fabricaban los bloques, los motores, pero el burro de arranque lo hacía Indiel. El alternador lo mismo. La batería la hacía otra empresa, los vidrios los fabricaba VASA (Vidriería Argentina Sociedad Anónima) los tapizados otra empresa y las cubiertas eran de Goodyear. Es una cuestión de economía de escala. A ver, vamos a fabricar otra cosa. Vamos a fabricar zapatos. Nadie vio en una fábrica de zapatos entrar vacas caminando para que después entrara el matadero, para que después la faene, para que después saquen los cueros, para que después hagan el curtido. No, a la fábrica de zapatos entran los paquetes de cuero curtido y recién ahí comienza el proceso. ¿Es tan difícil de entender? Este mensaje se los digo a los ‘chitrulos’ como De Loredo, Juan Manuel López, Carlos Pagni, Lanata, los que repiten taradeses. Tarados no son, son gente inteligente. Pero ¿saben qué? Hasta llego a pensar que acá hay algo raro. ¿No habrá algún interés foráneo para que no haya gente en esta isla y terminen de irse de Tierra del Fuego?”

Agregó que “eso de que las empresas no hacen nada y traen las cosas hechas no empezó ahora. Empezó con el primer proyecto que yo tuve a cargo en el año 1977, donde un funcionario del Banco Nación me dice, -‘pero usted los transistores los traen hechos’. Le explico que los transistores que estamos comprando son nacionales. Los compramos en Fapesa, en Phillips, y en Texas. Los tubos eran nacionales también. Se compraban en PEA, Productos Electrónicos Argentinos y el otro proveedor era Phillips también. O sea, estoy hablando de la época de blanco y negro. Las materias primas eran prácticamente todas nacionales. Pero traen los transistores hechos. Nosotros no somos una fábrica de transistores, somos una fábrica de televisores. Y ahí empezaron, lo mismo decían de las válvulas. En esa época ya se estaba saliendo de las válvulas y entrando a los transistores; o sea, del estado gaseoso al estado sólido. Ahí nomás se empezaron a decir, no, ahí no hacen nada. Traen todo hecho”.

Contó que “he leído cosas peores. En un diario en Mendoza decían que en Tierra del Fuego hay nada más que dos empresas. Yo no sé de dónde sacaron que hay nada más que dos empresas. Una asociada al peronismo y la otra asociada al macrismo. O sea, una es NewSan y la otra es Mirgor. Y mucha gente repite eso. Y repite esa idioteces. Y repiten y repiten. Y acá no hay gente. Este diario que digo decía: en Tierra del Fuego hay nada más que 150 empleados. Pero siguen, la Nación le sigue mandando plata a las empresas. No sé qué plata. Y las empresas ese dinero lo terminan haciendo circular en la tema financiera. Cualquier tontería. La verdad hay una campaña que se desarrolló en los últimos años muy prolija como si fuera una campaña para instalar un nombre de un presidenciable. Bueno, el nombre de un presidenciable es un nombre de una empresa que se llama presidenciable, el nombre es Tierra del Fuego no hace nada. ¿Y saben qué? El día que hagan caer el régimen después no hay marcha atrás”, advirtió.

“La isla de Tierra del Fuego o la parte de nuestra isla está en una provincia donde hay 200.000 personas es menos que un barrio en la Capital Federal. Cuando El Mutún me contrató, fui a Taiwán a buscar un proveedor. Taiwán tiene una superficie similar a la de Tierra del Fuego, unos 20 mil kilómetros o un poquito más. Yo estuve leyendo en el 2022 que el PBI de Taiwán es de 700.000 millones de euros. Cinco veces más que toda la Argentina. Una isla de ‘morondanga’ si la comparamos con Tierra del Fuego que tiene recursos muy por encima de lo que tiene Taiwán que está llena de montañas y en cambio acá hay de todo para hacer, comenzando por recrear el camino de industrialización y crecimiento que se había iniciado y mantenido durante toda la década de los ’80”.

 

Related Articles

Post your comments

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Decano de la U.T.N Tierra del Fuego:
Ing. Mario Félix Ferreyra
Vicedecano de la U.T.N Tierra del Fuego:
Ing. Francisco Álvarez
Director de la Radio de la U.T.N. Tierra del Fuego:
Carlos Alberto Clark
Fecha de Fundación de la Radio: 1 de marzo de 2012
Domicilio legal de la emisora: Sabatini 55 Planta Alta
Ciudad: Rio Grande Provincia: Tierra del Fuego
Teléfono Fijo: (02964) 432528 (int. 158)
Celular del Director: (02964) 15413788
Celular de la Radio: 02964 -15544394
E-mail del director: cclark@frtdf.utn.edu.ar
E-mail de la radio: radiouniversidadrg@gmail.com
Frecuencia de la emisora: 93.5 Mhz
Resolución definitiva: Nº 0821-AFSCA/15
Nombre Fantasía: La Tecno
Sitio Web: www.radiouniversidad.com.ar
publicidad