Los Suboficiales Primero Ariel Ricardo Burgos y Jorge Alejandro Gorocito fueron desplegados al continente blanco en el marco de la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2024/25, donde invernarán durante un año.
Base Carlini.- La Base Antártica Conjunta (BAC) Carlini se ubica en el margen oriental de caleta Potter en la Isla 25 de mayo, realiza el apoyo a la Dirección Nacional del Antártico (DNA) y al Instituto Antártico Argentino (IAA) y es la única base argentina donde se realizan tareas de buceo para investigaciones científicas.
Argentina administra 13 bases en la Antártida, en 7 de ellas se opera todo el año: Marambio, Esperanza, Orcadas, San Martín, Belgrano II, Carlini y Petrel; las bases Melchior, Decepción, Cámara, Primavera, Matienzo y Brown, son temporarias y se encuentran operativas en verano.
Los Suboficiales Primero Ariel Ricardo Burgos y Jorge Alejandro Gorocito forman parte de la dotación que inverna en Carlini y ambos son Infantes de Marina egresados de la Promoción Nº 68 de la entonces Escuela de Infantería de Marina (ESIM) de la Armada Argentina. Además, el Suboficial Gorocito es motorista y el Suboficial Burgos, Comando Anfibio, y posee además otras capacitaciones.
Nacido en la Ciudad de Santiago del Estero, el Suboficial Gorocito narra que a los 17 años comenzó su vínculo con la Armada Argentina: “Subí a un colectivo que venía desde el norte del país buscando personal de distintas provincias con destino a la Base Naval Puerto Belgrano, al sur de la provincia de Buenos Aires. Más allá de no conocer el lugar donde iba, tenía la certeza de que era mi vocación servir a la Patria”, contó.
A lo largo de su carrera, el santiagueño estuvo destinado en el Batallón de Infantería de Marina Nº 3 y en el Batallón de Artillería de Campaña Nº1; también formó parte de Misiones de Paz, en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República de Haití (MINUSTAH) integrando los contingentes Haití II y XIV, y en la Fuerza de la ONU para el Mantenimiento de la Paz en la República de Chipre (UNFICYP) de la que participó en 2015.
El Suboficial Burgos -en tanto- es oriundo de Los Toldos, localidad salteña del Departamento Santa Victoria al noreste de la provincia que limita con el Estado Plurinacional de Bolivia. Nacido y criado entre montañas y valles, prestó servicio en los Batallones de Infantería de Marina Nº2, Nº4 y Nº5 y en la Agrupación Comandos Anfibios.
El suboficial salteño realizó múltiples cursos entre los que se destacan el Curso Comando Anfibio, de Tiradores Especiales, Paracaidista Militar Básico y Avanzado, Jefe de Lanzamientos de Paracaidismo, Instructor de andinismo y esquí, Instructor de Comandos y Buzo de Fuerzas Especiales. El último Curso de Buzo Antártico que realizó fue fundamental para esta etapa de su carrera, especialización única que le permite operar en condiciones extremas.
Ambos realizaron antes del despliegue a la base, el Curso Conjunto Antártico junto a personal de distintas especialidades, Fuerzas y jerarquías, dictado por el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) que tiene la misión de asegurar el despliegue, sostén logístico y desarrollo de la actividad científica con el fin de contribuir al cumplimiento del Plan Anual Antártico, Científico, Técnico y de Servicios.
Base Carlini
En la Antártida, el Suboficial Jorge Gorocito es el encargado de la BAC Carlini: “Tengo la tarea de organizar los puestos de trabajo y llevo a cabo el apoyo a víveres y el cargo de automotores por mi especialidad, una pieza muy importante para tener los medios de transporte, usinas y generadores en condiciones”, detalló.
“También, verifico maniobras de combustibles, recolección de residuos, como también carga y descarga de todo lo que entra y sale de la base. Esta experiencia es un sueño hecho realidad y por eso la vivo dando el cien por ciento y estoy orgulloso de poder ser parte de esta misión”, reflexionó el Suboficial Gorocito.
En Carlini, el Suboficial Burgos es el encargado de la sección Buceo de esta Base Antártica, donde desempeña un rol clave en las operaciones subacuáticas. Su misión no solo incluye garantizar la seguridad y efectividad de las actividades, sino también apoyar directamente a la comunidad científica en investigaciones de relevancia internacional, ya que los buzos de la Armada trabajan para obtener muestras del mar para diferentes proyectos.
“Llegar a la Antártida como buzo es una de esas experiencias que te cambian la vida. Desde el primer día supe que nada de lo que había vivido antes se compararía con esto. El frío extremo, el aislamiento y la inmensidad del paisaje son abrumadores, pero también tienen algo hipnótico y un gran desafío a nivel profesional”, señaló el salteño.
“Bucear en estas condiciones no es solo cuestión de técnica sino de preparación mental y trabajo en equipo. Cada inmersión es una operación milimétricamente planificada y, por lo tanto, el chequeo de equipos, el control del tiempo y las estrategias de emergencia no tienen margen para el error”, agregó.
Sobre la dotación, el Suboficial Gorocito explicó: “Se formó un grupo unido y solidario. El trabajo en equipo y el espíritu de cuerpo que demuestra el personal de base es muy bueno y resulta fundamental para que todas las tareas y objetivos del año se cumplan”.
“Lo más lindo que me pasó en mi carrera fue llegar hasta aquí y poder cumplir esta función. Desde este lugar no solamente apoyamos a la ciencia, sino que reafirmamos que la Antártida es parte de nuestra Patria”, concluyó el Suboficial Burgos.
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