La Cámara de Comercio de Ushuaia remitió por escrito un reclamo a la Administración de Aduana, ante el ingreso de camiones cargados de mercadería de la zona franca de Punta Arenas. Se trata de “un delivery internacional clandestino”, dijo Daniel Iriondo, y aseguró que la mayoría de los comercios chilenos ofrecen como opción la entrega de compras en Argentina. Lamentó que la respuesta del órgano de control fue que “no pueden investigar” estos hechos. Mientras paran a los autos privados en la frontera, “por el carril de al lado pasa un camión completo”, cuestionó.
Río Grande.- El fin de semana largo la Aduana fue noticia, en particular en el paso San Sebastián, por el operativo de control a los autos particulares que regresaban de Chile, y en el cual se detectaron prendas de vestir, calzado y algunos electrodomésticos sin declarar.
Sin embargo la preocupación de la Cámara de Comercio de Ushuaia, que hizo pública uno de sus representantes, Daniel Iriondo, pasa por el ingreso permanente de camiones cargados con compras de fueguinos en Chile, en una suerte de “delivery” internacional clandestino.
Por FM Del Sur, Iriondo mencionó que “la Cámara de Comercio envió una nota al administrador de la Aduana local, manifestando la preocupación por la entrega de mercadería proveniente de la zona franca de Punta Arenas, tanto a Tierra del Fuego como a Santa Cruz. Esto es fácil de comprobar, es un delivery internacional aparentemente clandestino, que ofrecen los comercios instalados en la zona franca chilena”, afirmó.
“Me ha pasado a mí mismo, como a muchas personas que concurren a Punta a Arenas a hacer compras, que he preguntado a los vendedores si se puede entregar el producto en Argentina y el vendedor con total libertad dice que no hay ningún problema, y da el precio del flete. Ofrecen entregarlo en Río Grande o Ushuaia, incluso han dicho que, si no tiene apuro el comprador, en determinada fecha va un camión exclusivo con destino a Río Grande o donde fuere. Es decir que hasta se pueden optimizar costos de flete si uno no tiene apuro”, manifestó.
A la oferta abierta en Chile de una entrega en Argentina, que implica contrabando de los bienes adquiridos, se suman los comentarios en la provincia, que dan cuenta de que “se puede convenir la entrega en Río Grande en el monumento a la trucha, o eventualmente en un domicilio”, dijo el empresario.
“No hablamos de pequeños elementos, sino de televisores de varias decenas de pulgadas, de muebles, materiales de construcción”, remarcó, explicando que esta competencia desleal derivó en el planteo a la Aduana, “porque somos un territorio argentino, tributamos impuestos, damos trabajo, y vemos que mercadería similar ingresa ilegalmente”.
“Yo he tenido experiencias en varios locales de varios rubros y ofrecen la entrega sin ningún inconveniente”, reiteró sobre la alternativa que dan los comerciantes de Punta Arenas.
Las excusas de la Aduana
Lamentablemente según la respuesta brindada por la Aduana argentina, no estarían en condiciones de “investigar” los hechos denunciados por la Cámara de Comercio. Iriondo aseguró que le llegaron a pedir detalles del camión que ingresa, el número de patente, para poder accionar, aunque no reparan en detener a automovilistas particulares.
“La administración de Aduana manifiesta que ellos son un organismo de control pero no investigativo, y que no tienen herramientas para hacer una investigación. Nosotros tampoco tenemos más información para aportar, salvo que vayamos a Punta Arenas a comprar un electrodoméstico, pactemos con el vendedor para saber qué día va a pasar el camión”, indicó.
“No es lo que corresponde y, de plantear un señuelo de esa naturaleza, debe hacerlo algún organismo público”, reclamó Iriondo.
Competencia imposible
Los precios en la isla no pueden compararse con los chilenos, porque “la matriz productiva chilena es casi opuesta a la Argentina, que es un país más protectivo con respecto a su industria. En Tierra del Fuego vemos que hay fábricas que producen artículos electrónicos y son mucho más caros que en cualquier país del mundo, empezando por Punta Arenas. Pero la política económica del país y nuestra provincia privilegian la generación de fuentes de trabajo. Eso hace que, por el costo salarial y la generación de trabajo, todos paguemos un electrodoméstico más caro”, argumentó el empresario local.
“Todos protestamos porque cierran las fábricas y se pierden puestos de trabajo, pero no queremos pagar un electrodoméstico más caro que en Chile”, cuestionó, recordando que “el salario básico de Chile es de 400 dólares y en el mejor de los casos un empleado en la zona franca gana 600 dólares. Un salario en Argentina duplica ampliamente ese valor. Además hay un costo más elevado para traer mercadería a Tierra del Fuego. La legislación aduanera argentina no facilita la importación de menudencias, sino que está preparada para el gran importador de algo en especial. Si uno trae un poquito de cada cosa, es inviable comercializarlo”, sostuvo.
Así las cosas, la competencia de Chile en un contexto de crisis está afectando seriamente a los comercios de la provincia. “Se han intensificado los controles sobre el viajero que va con su familia y trae algún elemento de más, pero por el carril de al lado pasa un camión completo que vaya a saberse qué lleva adentro”, planteó Iriondo, sobre la discrecionalidad con la que los aduaneros argentinos realizan los controles.
La única manera de que ingresaran camiones cargados de mercadería, sería “importando y pagando todos los derechos que corresponden para una importación legítima”, subrayó.
Agregó que “este es un mal que está afectando a toda la Argentina en todos los pasos fronterizos del país. Debería estar mucho más atenuado en Tierra del Fuego, porque somos un área aduanera especial libre de impuestos y deberíamos tener precios similares a Punta Arenas, pero el problema es que son muy pocos los comercios con posibilidad de importar mercadería. La mayoría de los pequeños comerciantes importan mercadería del continente, que ya está nacionalizada en Buenos Aires, y la compran a un mayorista o a un importador. Hay tres o cuatro comercios que importan cierta indumentaria, dos que importan perfumes y cosméticos, y uno solo que importa bebidas, tabaco y comestibles. Además hay algunos ítems de materiales de construcción que se importan, pero el resto no tiene la capacidad económica para hacerlo”, concluyó.
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