El presidente de la empresa Cóccaro Hnos., Abel Cóccaro, detalló las obras que llevan adelante en la provincia y expuso las complicaciones para el erario público, además del impacto en el empleo y la empresa, de la demora administrativa para el pago de certificaciones. La inflación provoca un aumento “mes a mes” de los materiales de construcción; y en un año el valor de una obra “puede duplicarse o más”, dijo. También dejó dudas sobre algunas licitaciones en las que resultó favorecida la firma Dos Arroyos, aunque Cóccaro Hnos. había hecho la mejor oferta, y deslizó una bajada de línea nacional. “A uno le hace pensar que puede haber alguna otra cosa, como ha pasado con Lázaro Báez. Ahora pasa con Dos Arroyos y mañana pasará con otra empresa”, lamentó.
Río Grande.- El presidente de la firma Cóccaro Hnos., Abel Cóccaro, visitó los estudios de Radio Universidad (93.5) acompañado de uno de sus hijos, el ingeniero Gustavo Cóccaro, quien se encuentra al frente de la construcción de viviendas del PROCREAR en la capital fueguina.
Hizo referencia a esta obra en particular, que consideró “una de las más importantes que tuvo la empresa Cóccaro Hermanos. Son las 248 viviendas en Ushuaia y somos dos empresas trabajando en el predio. En total son 462 viviendas, por el plan PROCREAR. Estamos ejecutando 14 unidades funcionales de planta baja y tres pisos, multifamiliares. Cada una cuenta con 15 departamentos de 60 metros cuadrados, con dos dormitorios. Tienen algunos detalles de categoría, por encima de lo que genera el IPV, porque estos edificios van a contar con ascensor”, indicó.
“La fecha de finalización es noviembre de 2018. Este fue un concurso abierto y el Banco Hipotecario hizo la selección”, explicó el ingeniero.
Se les consultó sobre manifestaciones de la gobernadora Bertone, respecto de las dificultades para construir en Río Grande por falta de tierra: “En Ushuaia hubo una inversión muy importante en la gestión Manfredotti, cuando estaba Mario Daniele como presidente del IPV, porque tuvo su banco de tierras. En esa época en Río Grande se compró nada más que Chacra XIII y el IPV no siguió invirtiendo en tierras. Hoy se hace difícil comprar por el valor de la tierra”, recordó Abel Cóccaro.
Cuestionó el valor de los lotes porque “no se consigue un terreno por menos de 500 mil pesos, de 10×30 o 12×30 y es difícil comprar para la gente. En Ushuaia vivimos en una nube de humo y los precios se disparan constantemente”, dijo, instando a “tomar el toro por las astas, porque las estancias que rodean la ciudad de Río Grande son muy grandes y hay mucha tierra. Ni siquiera creo que la pagaron cuando vinieron acá. Hoy hay que expropiar lo que haga falta para hacer viviendas y hacerlas, y tender los servicios”.
Apuntó que los áridos se sacaban de la costa y la justicia, por una denuncia de vecinos, decidió prohibir la extracción. “Para comprar hoy un pedazo de campo para sacar áridos, todos piden fortunas. Hay que expropiar, porque son terrenos que ni los usan. Generalmente las estancias de la zona no tienen ovejas cerca de la zona urbana. Hay que tomar el toro por las astas, porque se necesitan hectáreas para darle vivienda a la gente. Es una decisión política. Se puede llegar a un arreglo y hay que buscar una solución”, reclamó.
Más edificios
Por otra parte, Gustavo Cóccaro se refirió al crecimiento de construcciones horizontales en Río Grande y lo atribuyó al costo de la tierra. “Al ser tan cara la tierra hay que aprovecharla al máximo y por eso se construye en propiedad horizontal. Si siguiéramos construyendo casas bajas habría menos soluciones para la gente. Yo hace un año y medio voy todas las semanas a Ushuaia y es impresionante cómo se construye en la ciudad. Hay muchos edificios, mucha inversión en departamentos”, manifestó.
También consideró que los códigos de planeamiento de ambas ciudades se deben ir readecuando. “Las ciudades van creciendo y hay que empezar a revisar los códigos, porque la mayoría están basados en la ciudad de Buenos Aires y hay nuevas tecnologías, todo cambia y tiene que haber una revisión permanente. Ushuaia está tratando de hacer modificaciones por el tema de la altura, aunque por ahí va en detrimento de paisaje. Los códigos tratan de marcar un criterio y no está mal. Pero para aprovechar al máximo un terreno y abaratar el costo de la tierra, uno trata de construir la mayor cantidad de metros. El código de Ushuaia mencionaba un porcentaje de materiales típicos de la ciudad, como piedra o madera; pero ahora hay materiales que imitan piedra, madera, y se empiezan a utilizar porque no se degradan ni necesitan mantenimiento. La construcción va cambiando”, insistió, a la espera de que las normas se adapten.
Dos Arroyos, la nueva favorita
En otro tramo de la entrevista, Abel Cóccaro fue consultado sobre la empresa Dos Arroyos, que construye planta de Ushuaia, y si su empresa no tiene la tecnología para hacer una obra de ese tenor. “Nosotros nos presentamos en esa obra y terminamos primeros”, respondió.
“Nos presentamos junto con PROALSA, pero después nos descartaron y le dieron la obra a Dos Arroyos, que era la tercera empresa. La obra era de 250 millones de pesos y ganamos la mejor oferta, pero todavía no me dieron una explicación sobre ese tema. Habrá que evaluar si Nación baja alguna línea para ver a quién se adjudican las obras y a quién no”, sostuvo.
Agregó que “Dos Arroyos está primero en las obras de Vialidad Nacional por casi siete mil millones en todo el país. A uno le hace pensar que puede haber alguna otra cosa, como ha pasado con Lázaro Báez. Ahora pasa con Dos Arroyos y mañana pasará con otra empresa”, lamentó.
“Yo tengo un buen contacto con la gobernadora, la apoyo y sé que está haciendo todo lo posible para que Tierra del Fuego esté mejor, me consta que trabaja mucho y como todos, tiene su virtud y sus errores. En este punto especialmente nadie me dio una explicación. Aceptamos de buen modo que la obra se adjudicara a Dos Arroyos y respetamos la decisión de gobierno, pero espero que en algún momento me den las explicaciones”, pidió.
Apuntó que la obra de la planta de Río Grande “ya se había licitado y la ganamos nosotros, en una UTE con PROALSA. Como hubo un problema con el terreno que habían destinado, que no era del gobierno de la provincia sino municipal y estaba destinado a espacio verde, por cosas de la política no se pusieron de acuerdo la gobernadora y el intendente, y la obra se declaró desierta. Ahora estaría en vías de conseguir otro terreno, en la zona de Punta Popper”, dijo, confiando en que no habrá sorpresas.
Plan canje de Camuzzi
Respecto de la factibilidad de gas para las viviendas que se construyen, Abel Cóccaro cuestionó no sólo los “trámites engorrosos” de Camuzzi, sino las condiciones que les ponen: “Hasta hace poco si queríamos hacer un edificio en el centro, para que den el gas le tenés que hacer una obra para ellos en algún lado. Hay que invertirle a Camuzzi, a cambio de que den gas para el edificio”, aseguró.
“Cuando hicimos el casino Status en Río Grande nos habían pedido una obra en Tolhuin. Hace diez años atrás eran como ocho millones de pesos. Con todas estas obras que ha hecho la provincia está todo compensado y lo lógico sería que, si mañana pedimos gas lo den, sin cobrar más que el consumo”, se esperanzó.
Marcó la diferencia de años anteriores, cuando Camuzzi no existía y la conexión era manejada por Gas del Estado: “Cuando hicimos el barrio Mutual, la empresa hacía la infraestructura, el tendido de cañería de gas, Gas del Estado conectaba el gas y lo subvencionaba hasta cubrir el monto de la obra, pero eso después desapareció”, dijo.
Precios al doble
Abel Cóccaro además dio cuenta de los inconvenientes que genera la demora en los pagos, que se da con más frecuencia de la esperada, tanto de parte de la provincia como de la Nación, y obliga a permanentes redeterminaciones de precios. “Esas demoras se producen por los atrasos en los pagos, la provincia tiene muchas falencias administrativas, porque presentamos los certificados y andan dando vuelta dos o tres meses, cuando los tendrían que pagar a los treinta días. Se acumulan dos o tres certificados y, en el caso del gobierno nacional, por lo que escuché están tratando de agilizarlo, porque todo esto genera demoras y afecta el trabajo”, planteó.
Concretamente señaló que ante estas demoras “tenemos que levantar todo si no están los fondos para la obra, o en vez de tener cien personas empleadas se ponen cincuenta para ir haciendo lo que se puede. Eso es atraso en la obra, que en vez de un año se va a dos, y produce mayores costos porque hay una inflación tremenda”, afirmó.
Sostuvo que “el aumento de los materiales es continuo, y todos los meses tenemos mayores costos. Una obra en un año se puede llegar a duplicar y quizás más”, manifestó.
Endeudamiento
Finalmente se le preguntó sobre las expectativas frente al endeudamiento de la provincia para obras, y Cóccaro fue crítico al expresar que “los fondos del endeudamiento ya tienen destino, y son dos o tres obras grandes que se van a llevar casi todos los fondos. Habrá que preguntarle a los legisladores por qué decidieron hacer tres obras grandes y no muchas viviendas, que le da trabajo a la gente y a un montón de sectores”.
“Acá se va a hacer una ruta costera en el Canal de Beagle, y posiblemente mirándolo con visión de futuro va a ser una ruta turística y esa zona se pavimentará. Pero habría que preguntar a los que decidieron gastar el dinero en esas obras por qué lo hacen. Lo mismo el tendido de fibra óptica, porque van a hacer el trabajo del tendido y después Telefónica va a cobrar internet como nos cobra a todos”, concluyó.
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