El veterinario Adrián De Antueno alertó sobre un problema instalado en toda la provincia, en la zona rural y urbana, por la falta de cumplimiento de legislación vigente que prohíbe los perros sueltos. Advirtió que es probable que se repitan los ataques, porque en Ushuaia “todos los perros asilvestrados que están en la montaña y se alimentan de carroña, han bajado por la nieve y están en la ciudad”. Ofreció el asesoramiento gratuito del Colegio de Veterinarios y pidió al municipio y gobierno la convocatoria para elaborar un plan y erradicar los perros de la calle.
Río Grande.- El Dr. Adrián De Antueno, presidente del Colegio de Veterinarios de la provincia, dialogó con Radio Universidad 93.5 sobre el ataque de jaurías en la zona urbana, que hasta ahora no se cobró ninguna víctima pero podría hacerlo.
Se mostró preocupado “por un tema que no es nuevo, pero salió a la luz con lamentables consecuencias”, luego del ataque a una mujer que sufrió múltiples mordeduras.
En un repaso de las acciones desarrolladas, dijo que “siempre fue ingrato tratar de resolverlo desde el ámbito estatal, porque están en juego las mascotas, que son seres muy queridos por sus propietarios” y recordó que “por primera vez se empezó a trabajar en este tema en el año ‘77/’78, cuando el problema era la hidatidosis. Había hidatidosis humana, con presencia en animales bovinos, ovinos y porcinos, se transmitía al humano y hacía quistes que terminaban siendo mortales en muchos casos”.
De Antueno fue uno de los veterinarios convocados, como jefe de bromatología de Ushuaia por entonces, junto a los pocos profesionales de esta especialidad que había en la provincia, para pensar en las soluciones posibles. “Se propuso la ley de control canino, orientada a erradicar la zoonosis, las enfermedades de humanos y animales. Como había muchas muertes por quistes hidatídicos, la gente estaba de acuerdo con que se hiciera algo con los perros y no deambularan por las calles”, indicó.
Hubo un “trabajo integrado entre funcionarios de gobierno, intendentes, directores de hospitales y directores de escuelas, para que los niños recibieran información. La ley se aprobó en el ’78 y fue la primera en Argentina para solucionar el problema de hidatidosis. Lo primero que se planteó es que los propietarios de los canes tenían que tenerlos dentro de sus casas e identificarlos, y hacíamos campañas de identificación, desparasitación y vacunación gratuita”, informó.
“Con el tiempo esto hizo que se erradicara la hidatidosis en la zona rural, en la zona urbana y en los animales en un gran porcentaje. El paradigma era que los perros no podían estar sueltos en la calle y se los capturaba. Con eso se solucionaba el problema en la zona urbana”, afirmó.
Con el tiempo hubo un cambio de paradigma y “el desastre ya está hecho en la zona rural y ahora hay que eliminar la presencia de estos animales asilvestrados en la zona urbana. No puede haber perros sueltos porque traen contratiempos, más allá de las mordeduras y de diseminar parásitos en plazas, veredas, porque al defecar transmiten parasitosis y enfermedades. Ahora no hay rabia, pero un solo perro puede hacer un desastre y contagiar la rabia, que es una enfermedad mortal para los humanos”, recordó.
Insistió en volver a la captura del perro, porque en su momento se los eliminó de la calle. “Ahora el paradigma es que el perro se debe castrar y puede estar suelto. Esto ha llevado a que el perro se vaya a la zona rural porque en la ciudad no encuentra alimento, y el problema se ha generalizado en todo el territorio de la provincia”, alertó.
Aclaró que “con la castración se evita la reproducción exponencial, pero un can castrado en la calle sigue haciendo las mismas cosas que un perro no castrado. Muerde, defeca, disemina parásitos. Este problema hizo eclosión ahora por la mordedura a una persona que se salvó de milagro de que la mataran. Siete perros atacaron a una mujer y prácticamente la devoraron, pero tuvo la fortuna de que la salvaran dos transeúntes. Todos vieron las fotos y sería morboso relatarlo. A esto hemos llegado, y ya no sé si estamos a tiempo de cortar esto para que no ocurran otros hechos desgraciados”, dijo, anticipándose a que otros episodios similares puedan ocurrir en el corto plazo, sobre todo en esta época.
“En Ushuaia, todos los perros asilvestrados que están en la montaña y se alimentan de carroña o de lo que pueden, han bajado por la nieve y están en la ciudad. Cualquiera que camine por la ciudad va a ver jaurías, no de perros chiquitos, sino de perros que atemorizan. Por no haber hecho las cosas a tiempo, ahora las autoridades tienen que salir a ver cómo solucionan un problema que es casi insoluble por la gravedad que tiene. Se ha creado una emergencia socioambiental para que el municipio haga lo que no hizo desde hace varias gestiones”, planteó.
Asesoramiento gratuito
De Antueno puso a disposición el asesoramiento de los profesionales del consejo. “Hoy somos cerca de 80 veterinarios en la provincia. Nosotros hablamos del problema, hacemos asambleas y recomendamos a las autoridades lo que se debe hacer para que estas cosas no ocurran. Pero deben tener presupuesto para las castraciones, para tener más profesionales, para la nafta de las camionetas que deben sacar los perros sueltos, para los agentes sanitarios, para mantener los perros en los caniles, donde hay que darles de comer, lavarlos. La tarea es ardua y lo más fácil es que los perros estén sueltos en la calle y los municipios no se encarguen de eso”, dijo.
“Nosotros no cobramos, nos ofrecemos gratuitamente a colaborar con nuestra experiencia y trabajar con el Estado municipal y provincial en lo que consideren necesario, en cualquier área que haga a la salud pública. Hemos presentado proyectos de convenio y hasta ahora no tuvimos suerte para llevar adelante el plan. El resultado es que los perros se comen a los caballos, como ha ocurrido en Ushuaia, y muerden a la gente. Todavía no mataron a nadie y espero que esto no nos ocurra”, expresó.
Aseguró que “esta la ley vigente” que prohíbe los perros sueltos. “Los municipios tienen las mejores ordenanzas del país, pero si no se cumplen no sirven para nada. El perro en jauría es un peligro total. Los animales se reproducen y, si están en la vía pública, son un peligro permanente para la salud”, remarcó.
Insistió en que no hay tiempo que perder porque “el problema ya está, no es que lo vamos a tener dentro de unos años. Es muy serio y hay que combatirlo rápidamente. La responsabilidad es del Estado y se han abocado a colaborar científicos del CADIC y distintos profesionales. Si no se hace lo que los entendidos en el tema dicen que hay que hacer, el problema va a ser insoluble. Los castores ya han hecho un desastre ecológico indescriptible y lo de los perros va a ser absolutamente peor”, pronosticó, dado que ya están en juego las vidas humanas.
“Hay que capturar todos los perros sueltos, tanto en la zona urbana como rural. Luego el Estado los tendrá a su cuidado y, de acuerdo a la legislación vigente, verá lo que hace. Lo primero es sacar los animales de la calle y ponerlos a resguardo en algún lado. Son miles de perros y tampoco es fácil llevarlo a cabo, porque los presupuestos no son infinitos y hay que darles de comer todos los días”, observó.
Parte podría solventarse con el cobro de multas a los propietarios que los dejan sueltos, que también está legislado. “Las multas a los dueños ya están reguladas, pero no se cumplen porque los perros están en la calle. En todos los lugares del mundo se recorre con móviles y se captura al animal suelto. La legislación dice que hay que ubicar al dueño, y para eso está el chipeado. Todo esto hay que hacerlo”.
Respecto de los “miles de perros sueltos que no tienen dueño, se debe hacer cargo el municipio, el animal tiene que estar bien cuidado y deberán definir las políticas de qué hacer con esos perros sin dueño, que no son adoptados”, planteó.
“Los perros que no tienen dueño, no pueden estar en la calle, y eso es responsabilidad de los municipios. Venimos atrasados 40 años y todas las áreas del estado deben ponerse de acuerdo a partir de ahora. Los profesionales indicarán lo que se debe hacer, se presupuestarán esas tareas y hay que darles presupuesto a los encargados de ejecutar las leyes y las ordenanzas”, reclamó.
“Si los perros de la zona urbana estuvieran dentro de la casa, no habría problema, pero están sueltos y está prohibido que estén sueltos. Por lo tanto el Estado debe resolver este problema sanitario de gravedad, eliminando de la vía pública todos los perros sueltos”, concluyó el profesional.
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