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Con más de dos mil millones anuales que se van de la provincia en la importación de alimentos del continente, el desarrollo local parte con un mercado cautivo. Desde la coordinación que depende de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, el ingeniero agrónomo Julio Mercado inició un camino hacia el autoabastecimiento, con el apoyo del programa nacional ProAgro, y espera que tenga continuidad. La producción de alimentos para el ganado es posible y comenzaría a revertir la fuga de divisas de la provincia. Los tres ejes del desarrollo son “innovación, infraestructura y capacitación”, sostuvo, de la mano de una política de estado que tardíamente comenzó a instalarse y espera que pueda profundizar la gobernadora electa Rosana Bertone.

06-07-2015 Río Grande.- El ingeniero agrónomo Julio Mercado, coordinador de desarrollo local de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Ambiente, se refirió a los avances desde que asumió el cargo, como profesional con vasta experiencia en el sector privado, y las expectativas de continuidad a las políticas que permiten caminar hacia el autoabastecimiento.
De cara al cambio de gobierno, espera que continúe la electa Rosana Bertone con estos primeros pasos que se dieron con ayuda de Nación, a través del programa Pro Agro, sobre la base de tres ejes para el desarrollo local: la innovación, la infraestructura y la capacitación.
En diálogo con el programa Dos Preguntan, de Radio Universidad, indicó que cuando asumió “había temas que no estaban en la agenda política y tuve la suerte de que esta gestión nos habilitó a dar una mirada más amplia al desarrollo de la ruralidad en la provincia. Soy técnico y tengo esa mirada, y hay cuestiones que cuando uno las plantea solamente desde lo técnico es muy difícil que lleguen a influir en la toma de decisiones políticas. Ahora, cuando se plantea como política de estado dispara otro tipo reacciones”, señaló, satisfecho con esta breve experiencia en la función pública que abre otro horizonte para la provincia.

Mataderos

Una de los primeros cambios visibles se dieron con el matadero municipal de Ushuaia, que llevaba cerrado más de dos años cuando asumió el cargo. “Había un equipo técnico muy chico al comienzo, que hoy tiene otra dimensión porque hubo un cambio en la estructura. Nos propusimos capitalizar las experiencias anteriores y darle continuidad a las que eran interesantes, y no cometer los mismos errores con las que no funcionaron”, dijo siendo parte de un área que abarca no sólo ganadería sino turismo, emprendimientos forestales, pesqueros, turberos.
“Falta mirar la innovación tecnológica, la infraestructura básica, y allí incluimos los mataderos pero también están los caminos, la conectividad, Internet, la energía y la capacitación”, sostuvo.
Reconoció que “estamos con un nivel de capacitación en ruralidad muy bajo, salvo excepciones muy valiosas de emprendedores privados” y, en el marco del Pro Agro, “estamos promoviendo el abastecimiento local de carnes rojas. Para eso había que aceitar toda la cadena, y cuando ingresamos el matadero de Ushuaia llevaba más de dos años parado, con una planta operativa y personal muy valioso que no era aprovechado”, describió.
“Le propusimos al intendente Sciurano articular con ellos para ponerlo en operatividad, gestionar los fondos, y accedió de entrada”, repasó de la gestión conjunta con gobierno, municipio y Nación.
“Llegó la plata a Tierra del Fuego y empezamos a trabajar con la ley provincial de manejo de fondos. Los fondos para el matadero de Ushuaia son casi tres millones y hay un aporte para el matadero de Río Grande, donde va a haber una inversión en la cámara de frío y oreado. El resto tiene que ver con maquinarias agrícolas”, señaló sobre un monto total que ronda los diez millones, aportados por el programa nacional donde solamente había que gestionar.
Aclaró que el matadero de Ushuaia tiene hasta ahora “una habilitación provisoria porque había necesidad de salir a faenar. El matadero cumplió con los mínimos requisitos y se habilitó para los corderos. Hoy tiene habilitación provisoria para faena de vacunos también, pero está en una escala baja operativa. Dentro de unos meses empezaremos con la obra definitiva para el tratamiento de efluentes líquidos y sólidos y, solucionado eso, el matadero estará operando en toda su capacidad”, aseguró.
Estimó que este matadero “tiene una capacidad de faena de 50 novillos y 300 corderos diarios”, hoy limitado porque se deben llevar los efluentes a Río Grande.

Alta demanda

En los niveles de producción actual, el techo todavía está muy lejos: Tierra del Fuego consume por habitante unos cien kilos anuales de carne, muy por encima de los 70 kilos que es la media del país.
Mercado mencionó “dos componentes importantes: la mayoría de la gente que migró a la provincia es del interior, acostumbrada al consumo de carnes rojas, y encuentra facilidades respecto del poder adquisitivo. Ahí se marca una diferencia para estar por encima del promedio nacional”, dijo.
Apuntó que “en lácteos la diferencia es mayor también. Tenemos la población más joven promedio, con un alto nivel adquisitivo, que genera esta demanda y puede mantener alto el consumo”.
La demanda es alta aun con precios exorbitantes, como los 180 pesos por kilo de asado que deben pagar los fueguinos.
Según Mercado el precio no baja porque la demanda se mantiene y está lejos de ser satisfecha por la producción local: “Nuestra producción ronda en los 15 mil terneros por año y más de la mitad se va al continente en pie. Esto genera una distorsión, porque se engordan esos animales, vuelven convertidos en media res, y nosotros tenemos que afrontar todos esos costos”.
Espera con mucho trabajo revertir la situación y “generar en la provincia los engordes eficientemente”, como punto de partida.
“Estamos trabajando en eso, para que el valor agregado y la mano de obra asociada al engorde, quede en la provincia. Lo que sucede hoy no tiene lógica y estamos viendo qué estrategia utilizar, que básicamente nos conduce a la producción de forraje”, sostuvo.

Librados a su suerte

Para el ingeniero, no se pueden sostener los modelos productivos actuales, donde se deja libre al ganado para que se alimente. “Hay que poner una cuota de innovación tecnológica relacionada con pastizales, con genética. Estamos trabajando con el mismo sistema con que se inició la ganadería en Patagonia sur y eso no se puede sostener. Hoy no tenemos gente en el campo, en el producto bruto interno lo que aporta es insignificante, no somos visibles en la toma de decisiones políticas y esto hay que resolverlo”, remarcó.
“Hay que poner una mirada de desarrollo territorial fuerte, con una gran inversión y generar las capacidades técnicas desde el estado, además de articular con las que ya están, como la UTN, el INTA, el CADIC, que pueden aportar muchísimo. Eso estamos generando desde el Pro Agro”, afirmó.
En este punto también se detuvo para hablar de la producción ovina, que se derrumbó en parte por la incidencia de los perros asilvestrados, pero también por la modalidad de alimentación a campo abierto. “En los últimos 15 ó 20 años se da este flagelo de los perros con lo que hay que terminar, y hay que tomar acciones para atacar el problema y no sólo defendernos, que es lo que hicimos hasta ahora. Hay que ir por el perro y exterminarlo”, sentenció.
Pero además expresó que el sector ovino ha sufrido una “pérdida de competitividad en la provincia. Eso, potenciado con el tema de los perros, generó la situación en que estamos. No significa que no se puedan producir ovinos, sino que hay que producirlos desde otro lugar”, como los corrales, galpones, sitios especiales de parición, que además mantendrían a resguardo las crías.
“El mejor mercado que tenemos es el mercado local, claramente. En carne bovina no abastecemos ni el 18% de la demanda. En los corderos, se han faenado alrededor de 60 mil en el año, y si nos ponemos todos de acuerdo, nos comemos los corderos todos en un día”, graficó para comprender la potencialidad que tiene el desarrollo ganadero, con mercado propio.
“El cordero es un producto de estación y tenemos que promover que esté presente todo el año, en distintas versiones y distintos cortes. Hay muchísimo para ahondar”, resaltó.
“El cordero tiene un consumo del 90% en el período estival y después se termina la demanda. Luego hay cordero del continente, porque hay una demanda absolutamente insatisfecha. El mayor consumidor es Ushuaia, que tiene una cámara gastronómica muy fuerte que demanda todo el año el cordero fueguino. No podemos seguir rifando nuestro capital”, enfatizó el ingeniero, frente a los millones anuales que van a comprar alimentos del continente, cuando podrían producirse en la isla, como hace Chile.

Política estatal

Mercado reconoció que “hay un cambio en la visión de los productores”, pero consideró que “como estado tenemos que hacer una fuerte inversión”.
De tomarse en serio este desarrollo como política, “calculamos una transición en modelos de no más de tres años, para establecer las pasturas que necesitamos y las genéticas para producción de corderos. Hoy no podemos controlar el perro sobre las majadas, porque se desparraman en cinco o diez mil hectáreas y se hace imposible de controlar. Por eso se plantea una parición controlada, cría en corrales, con metodologías diferentes”, reiteró respecto de cambios que tienen que venir de ambos lados, estado y productores.

Avances importantes

Con tres ejes de trabajo, la “innovación, infraestructura y capacitación”, según determinó Mercado, “hemos tenido resultados y nos han atendido en función de lo que estamos proponiendo”, aseguró.
El apoyo nacional estuvo cuando se lo solicitó, sin importar el color político del gobierno. “Arrancamos prácticamente de cero con esta mirada y creo que esa tiene que ser la estrategia para conseguir las cosas. Esta es la gran diferencia entre una gestión que consigue cosas y otra que no consigue”, manifestó.
La meta de tres años no es lejana y la diferencia resultaría enorme: como ejemplo concreto, dijo que cuesta 150 pesos un fardo puesto en Tierra del Fuego –para alimentar el ganado-, que tiene entre 12 y 18 pesos de costo de producción. Hicimos una simulación para sacar nuestro costo del fardo de alfalfa y avena, y estaría entre 20 y 22 pesos por fardo hoy. Con esto se baja cinco o seis veces el costo para producir fibra y proteína”, destacó.
La falta de este alimento genera que se lleve al ganado a engordar al continente y la salida no está lejos. Restaría la producción de alimentos energéticos como “el maíz y la soja, que quizás hoy no lo podemos hacer; pero es un disparate que hoy tengamos que traer de afuera fibra y proteína”, sostuvo para alfalfa y avena, dado que hay semillas que se adaptan a la zona.
Mercado puso énfasis en que no se trata de captar clientes, porque los consumidores están y “hoy ya estamos gastando dos mil millones de pesos” en compras de alimentos al continente.
“No es que los vamos a empezar a gastar, ya los estamos gastando”, insistió.
“Si generamos acciones para dejar en la provincia gran parte de esta torta de dos mil millones de pesos por año, sería un ahorro masivo de divisas que impactaría directamente en la economía provincial. Es una ecuación muy simple”, afirmó.

Transición activa

De cara al cambio de gobierno, se lo consultó sobre los seis meses de transición y consideró que se puede adelantar mucho trabajo: “Esta gestión de la gobernadora Fabiana Ríos ha dispuesto que el ministro Sergio Araque sea la persona que va a facilitar la transición, y me parece un acto de la madurez que esperamos. Aspiramos a que las políticas de estado persistan en el tiempo y que dejemos la lógica de que hay un cambio de gestión y hay que arrancar de cero nuevamente”, dijo.
Espera “facilitar la transición” y que “la gobernadora electa Rosana Bertone tenga a disposición toda la información necesaria para que sepa, previo a la asunción, qué cuestiones debe continuar y qué cuestiones hay que cambiar o reorientar”.
Si esto se realiza en todas las áreas, evaluó que “será de una madurez importante, porque he escuchado en muchos medios el cuestionamiento de la transición de seis meses. Pero si lo tomamos desde esta lógica de la madurez, donde el gobierno que deja la gestión facilita la información, creo que se necesita ese tiempo para que el otro vaya armando sus equipos y vea qué cosas hay que continuar y qué reorientar”.
“Me parece que una transición lógica, transparente y donde se le facilite a la nueva gestión conocer el estado de situación, es muy valiosa y espero que tenga consecuencias positivas”, deseó.

Personal motivado

De su parte, deja un área con gente capacitada y con ganas de trabajar. “Me tocó motivar a la gente que estaba e incorporar técnicos, darle una razón de estar. Eso me parece valiosísimo porque me tocó rearmar el área con gente que estaba deprimida, con pocas ganas de trabajar. El Pro Agro y la articulación con Nación ha sido un logro importante en función de la potencialidad más que nada, porque hoy sigue estando en la gatera, pero hay una proyección con ciertas bases consolidadas”, dijo.
“En la Secretaría se incorporaron alrededor de doce profesionales técnicos más algunos del área legales, de modo que se sumaron alrededor de quince desde que yo estoy. En infraestructura seguimos teniendo deficiencias, pero hemos resuelto el tema del gas y el agua en la oficina, estamos reponiendo vehículos que son de 2005 y poniéndolos en funcionamiento de nuevo en la calle”, apuntó sobre un área donde la oficina no tenía los servicios básicos y llegaron a atender en un galponcito del fondo calefaccionado con un anafe.
“Nuestra Secretaría tiene una intervención muy grande en el territorio, y necesitamos de logística. Tenemos que estar en el terreno, en los bosques, el agua, el campo. Muchas veces como esta lógica no se entiende, uno la tiene que remar mucho más para pedir una camioneta, un cuatriciclo, una lancha. A veces los pedidos son atendidos y otras veces no”, concluyó sobre su experiencia en esta gestión en retirada y el desafío que emprendió, con balance positivo.