Aventurero visitó los estudios de Radio Universidad

Se trata de John Jairo Porras Mondragón quien apenas llegó a la ciudad de Río Grande visitó los estudios de Radio Universidad. El joven de 34 años salió de Bogotá en febrero del pasado año y cumplió su sueño de unir la capital colombiana con Ushuaia.

Río Grande.- En el programa ‘La música, el sentimiento del alma’ que se emite por Radio Universidad (93.5 MHZ), su conductor Carlos Pereira Rodríguez le dio la bienvenida al joven aventurero John Jairo Porras Mondragón apenas llegó a Río Grande.

El sueño de este joven era llegar un día a Ushuaia y lo cumplió, no sin antes pasar por Tolhuin para encontrarse con Emilio Sáez, otro gran cicloturista.

“Vengo desde Bogotá, Colombia y las razones por las que vengo son muchas, conocer los Andes, conocer Latinoamérica; tenía deseos de conocer estos lugares desde hace muchos años, especialmente la Patagonia porque tiene paisajes muy bonitos y para mí ha sido muy especial y representativa de mi vida, desde niño”, confió.

El cicloturista desgranó una anécdota en este sentido. “Cuando me portaba mal, mi mamá siempre me mandaba lejos y lejos para ella era la Patagonia y yo les decía a mis tías que madre me quería mandar a ese lugar y después leyendo y cuando uno comienza a datearse (informarse) qué era la Patagonia y es así que supe de la ciudad de Ushuaia y quise llegar hasta ese punto que es el fin del mundo, donde acaba la carretera y es el punto más austral del planeta, no existe un lugar en el mundo tan al sur, esas son las principales razones por la cual decidí a hacer este viaje”.

Contó que salió de Colombia el 19 de febrero de 2017, “tengo un poco más de trece meses viajando y mi deseo era llegar ahora a Ushuaia y de allí me vuelvo en un avión a Colombia porque allí dejé a mi familia, a mi mamá y a mi novia; les dije que me voy de aventura por un año y me vuelvo, sino tuviera estos fuertes vínculos, seguro que continúo viajando porque es muy interesante y enriquecedor viajar y viajar, es muy adictivo. Cumplí 34 años el 1 de julio en la ruta el año pasado en Cuenca. Nunca había salido de Colombia y fue una de las razones por las que empecé este viaje; una de las motivaciones era conocer otros países y otras culturas; además soy Geógrafo de profesión en Colombia y había recorrido mucho mi país, especialmente los parques naturales, playas y diferentes escenarios por mi profesión. Con la universidad había ido a diferentes puntos de mi país, pero como nunca había salido de Colombia, tenía todas las hojas de mi pasaporte en blanco y quería tener los sellos y qué mejor que Latinoamérica y la Patagonia y Ushuaia es parte de Latinoamérica por eso tenía este sueño”, dijo John Jairo Porras Mondragón.

Kilómetro a kilómetro

Relató que “no quería venirme de mochila porque lo consideraba yo muy fácil y quería vivir una aventura y con ese espíritu aventurero y mi pasión por la bicicleta me dije me largo a la aventura con bicicleta y todo”.
El primer día de viaje hizo 147 kilómetros y llegó a una ciudad que se llama Girardot el 19 de febrero de 2017. “Lo hice rápido porque la mayoría del trayecto era en bajada y un poco en plano. Esa fue la distancia más larga recorrida en un día, pero he tenido días de 120 kilómetros en el Norte argentino y al llegar a Río Grande hice unos cien kilómetros desde la zona fronteriza con Chile en San Sebastián y los dos días que menos kilómetros hice fueron en Perú ambos. Un día fueron 30 kilómetros, pero de los tres mil a los cuatro mil metros de altura por un camino de tierra. Terrible. Eso fue en San Marcos, en lo que se conoce como el Callejón de los Conchucos cerca de un santuario que se llama Chavín de Huántar. Yo iba hacia una mina de cobre muy grande en Perú que se llama Antamina que está ubicada en el distrito de San Marcos, en la Región Ancash”.

Agregó que “el otro día que menos kilómetros hice fue solo de cinco porque estaba enfermo y lo hice caminando. Tomé algunas infusiones y pude curarme del estómago”.

En cada ciudad, un buen samaritano

Consultado dónde paraba cuando concluía alguna jornada de viaje, contó que “fueron diferentes puntos de pernoctaje donde he descansado; he parado en iglesias, en sedes de defensa civil, en cuarteles de bomberos –los cuerpos de bomberos de todos los países me han colaborado muchísimo-, campings. Acá en la Argentina los campings municipales son muy buenos, tienen duchas y muchos servicios como para hacer barbacoa –asados como se le dice acá-, parrillas y te ofrecen muchas comodidades”, ponderó el aventurero.

“También he parado en estancias donde he encontrado gente muy buena que me han colaborado. Una vez hacía tres o cuatro días que no me daba una ducha y no tenía comodidades, esto fue cerca de Salta capital. Una chica me saludó, le sonreí, la saludé y le pregunto por cyber para Internet y ella me dice que en ese pueblo no había pero que no importaba porque ella me regalaba señal desde su celular y me ofreció almuerzo, me ofreció una ducha y pude lavar mi ropa y la pasé muy bien con esta hospitalidad argentina”.

En este sentido valoró que “la amabilidad argentina me ha sorprendo mucho y me ha hecho sentir como en Colombia donde la gente es muy amable también, esto no solo lo digo yo, sino que me lo han dicho otros cicloturistas. En Perú anduve con cicloturistas mexicanos y me dijeron que en Colombia los han tratado muy bien y uno de ellos cuando llegó a la Argentina me escribió y me dijo que ‘me siento como en Colombia’ y yo he sentido esa solidaridad en la Argentina, la gente me paraba en la calle, me pregunta, me hace una entrevista, me sientan a la mesa, me dan asado, me dan comida y hasta me han regalado dinero para continuar mi travesía”.

Sobre las cosas negativas, “solo cuando hacía mucho calor o tenía viento en contra”, cerró John Jairo Porras Mondragón.