El vicepresidente de la CAME, Diego Navarro, se reunió la semana pasada con el ministro de Producción Dante Sica para plantear la profundización de la crisis y pedir respuestas del gobierno. Coincidió con el diagnóstico de consultoras nacionales sobre el riesgo de que muchas empresas opten por entrar en concurso, ante la falta de un horizonte y un nivel de endeudamiento que no se puede afrontar, con las tasas actuales. “Por atacar la rabia, se nos está muriendo el perro”, graficó, ante la falta de actividad por las medidas económicas que buscan frenar la inflación y la suba del dólar.
Río Grande.- El presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande y vicepresidente de CAME, Diego Navarro, fue consultado por FM La Isla sobre el informe de la consultora Orlando Ferreres, que advierte sobre la decisión de muchas empresas de entrar en concurso, ante la falta de actividad y de un horizonte, y el ahogo que implica tanto la deuda contraída como las presiones de AFIP.
Según la consultora, podría haber “miles de quiebras de acá a marzo”, como una medida desesperada de las empresas por congelar la situación, frenando el pago de intereses, indemnizaciones e impuestos.
Informó que el miércoles por la tarde se reunión la CAME con el ministro de Producción Dante Sica: “Le hicimos una presentación con muchos temas; es muy amplia y hay temas referidos a la situación real que tenemos con las pymes y qué cosas creemos que se pueden hacer. Muchas veces hemos hecho presentaciones y es trabajo del gobierno encontrar la solución al problema que tenemos”, reclamó.
“Hoy hay una realidad, y es que por atacar la rabia se nos está muriendo el perro. Estamos atacando la estabilidad del dólar y la inflación, pero realmente no hay actividad”, sostuvo.
Con respecto a los concursos, dijo que “se sabe que cuando una empresa entra en concurso se congela todo y se para el relojito de los intereses financieros. Muchas empresas ven el horizonte y prefieren plantarse ahora, porque ven el ritmo de endeudamiento con el costo financiero que tiene. Hay mucha gente que ha estado poniendo energía, sin tener respuesta. Tanto los grandes como los chicos la están pasando mal, y evidentemente la espalda de los grandes es otra, pero cuando empiezan a estar en rojo, con las tasas de las que estamos hablando, la situación es inviable”, sentenció.
“Todo el mundo está sufriendo en este momento y, para el que cayó en rojo con los bancos, es un desastre lo que está pasando. Se pierden ventas del 25%, del 40%, y la sensación térmica que se ve en muchos lugares del país, es que hay posiciones más adecuadas que otras para enfrentar la crisis, sobre todo en los grandes conglomerados. La crisis no tiene la misma dimensión en Buenos Aires o en el conurbano, que en el interior. Los lugares turísticos están mejor que otros, en las zonas de frontera con la diferencia del dólar seguramente dejó de ir la gente a comprar al otro lado y empezó a comprar localmente. No es tan lineal la gravedad de la situación, pero en todos lados se está sufriendo”, remarcó.
“El mayor inconveniente y el reclamo de todos hoy pasa por el tema financiero; y en todos lados también reclaman por la situación con AFIP. Hay cientos de miles de pymes que están en situación irregular con AFIP, con embargos y situaciones delicadas. CAME ha pedido tener una adecuación conforme al flujo de fondos y el manejo que tiene cada pyme, para que se dé la cantidad de cuotas. También se han pedido cambios en el anticipo de Ganancias que se da normalmente, porque la relación del 2018 no va a tener nada que ver con el 2017, porque se han caído todas las operaciones. En AFIP están cobrando resarcitorios, punitorios e intereses sobre las deudas, esto lo cobra el gobierno, y el responsable de haber llevado a las empresas a esta situación es el propio gobierno”, subrayó.
“Al ministro le hemos planteado la propuesta con el análisis y los motivos. Yo pude hablar de toda la problemática de Tierra del Fuego con el ministro, que conoce la provincia y las fábricas que están radicadas. Nos siguen hablando del costo fiscal de Tierra del Fuego y todos sabemos que esto tiene un nivel de competencia dentro del Mercosur y dentro de la región. Van a encontrar leyes del lado chileno sobre Tierra del Fuego, porque también están buscando que se generen inversiones en el lugar. No estamos en el ojo de la tormenta como cuando salió a hablar Lanata y otros periodistas del costo de Tierra del Fuego, como si fuésemos un lugar para que simplemente nos tiren limosna desde la nación; y la verdad era muy difícil encontrar medios que nos quisieran habilitar una salida para combatir esto. Hoy en día se ha calmado, pero no nos podemos quedar tranquilos. No nos alcanza con que se queden tranquilos, pero que no hagan nada hasta el 2023. Ya se tienen que tomar decisiones al respecto”, enfatizó.
Comparó la política de Argentina con Brasil, que “ha tenido una permanente continuidad de políticas para la zona de Manaos, nunca fue para atrás ni tuvo los reveses que ha tenido Tierra del Fuego. A las fábricas hay que defenderlas y seguramente tendremos que negociar una adaptación, pero no puede haber una reconversión en dos años y tenemos que tener un proceso para hacerlo. Tenemos muchas oportunidades, pero debe haber una política adecuada para hacerlo, no con cambios permanentes en las reglas de juego”, cuestionó.
Cabe señalar que la consultora Orlando Ferreres anticipó pedidos de concurso sobre todo de las pymes, donde ya se registraron “miles de cierres”, dijo, e indicó que la Oficina de Estadística del Consejo de la Magistratura había contabilizado en la primera mitad del año 961 casos de concurso preventivo de acreedores. Para esta segunda mitad del año se espera que la cifra sea incluso mayor. La tensión se concentra en la cadena de pagos: aquellas empresas con documentos por cobrar, al pagar las tasas de interés que en un banco público como el banco Provincia son del 94% anual más comisiones (o 79,95% si es para el descuento de certificados de obra), terminan recibiendo ingresos con los que difícilmente cubren sus costos, lo que tensiona la relación con sus proveedores, los cuales a su vez enfrentan el mismo dilema.
“Hay muchas empresas que con estas tasas están entrando a la convocatoria de acreedores, y quizás hasta les conviene porque por ahí salen más fortalecidas”, dijo economista Fausto Spotorno, integrante de la consultora. Muchas empresas se juegan su supervivencia en los juzgados porque al entrar en un concurso preventivo, congelan hasta por dos años los intereses de los créditos contraídos y pueden conseguir una renegociación con los proveedores que les da aire a las empresas que están al borde de la asfixia. Además se frena el pago de indemnizaciones por despidos y hasta los reclamos de deudas impositivas de la AFIP.
Remarca que “la apelación a un remedio tan extremo habla de la gravedad de la crisis en curso” y los datos del país son contundentes. Por ejemplo, en Santa Fe la Secretaría de Producción tiene identificadas unas 250 pymes al borde de la quiebra, y ya en la primera mitad del año la justicia cordobesa estimaba que terminaría el año con un 50% más de concursos que en 2017. En Rosario está instalado el principal polo de producción de heladeras del país que demanda unos cinco mil puestos de trabajo. Sin embargo, la caída en las ventas y el ingreso de las importaciones comenzó a impactar fuertemente en la actividad.
En la UOM advirtieron que en dos de las firmas más importantes, Bambi y Briket, peligran unos 600 puestos de trabajo mientras que en la industria carrocera hay incertidumbre por el destino de otros 500. Si no se paran las importaciones y no se reactiva la economía doméstica, hay mil puestos de trabajo en riesgo en las próximas semanas, sostuvo el gremio.
“En general las empresas que han estado acumulando deuda están en serias dificultades para refinanciarse por las tasas”, expresó Spotorno y focalizó la profundización de la crisis en casi todas las ramas industriales, porque tienen el proceso de producción más largo y hay que financiarlo. Pero no es sólo la industria, sino que se complica el panorama para el agro, que viene hace muchos años financiándose con la propia cosecha.
Como caso emblemático, mencionó la empresa Molino Cañuelas que, con una deuda de cerca de 1.000 millones de dólares, está en oferta y sigue sin encontrar un comprador.
“La normalización financiera de Sandleris está destrozando en serio la economía real, y ya se está hablando de miles de quiebras de acá a marzo”, dijo.
La cadena de heladerías Persicco y Cereales 3 Arroyos están también en concurso preventivo y la semana pasada también cerró la planta de Acindar de la localidad santafesina de Navarro.
La caída del consumo local primero y el encarecimiento del costo de financiamiento después, hacen inviables a muchas empresas.
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