Las empresas socias de la Asociación de Fábricas Argentinas de Terminales Electrónicas (AFARTE) que tienen plantas en Tierra del Fuego, se suscribieron al programa de Asistencia al Trabajo y la Producción para complementar los sueldos de los 7.000 trabajadores.
Río Grande.- «Las empresas socias de Afarte aplicaron al programa de ATP, nosotros tenemos tres compañías por encima de los 800 empleados y todas se registraron en el programa», indicó a Télam el titular de AFARTE, Federico Hellemeyer.
Aclaró que «todas cumplían con el requisito de la merma en la facturación»; tanto en el primer como en el segundo mes considerando que las fábricas en Tierra del Fuego cesaron su funcionamiento antes que en el resto del país, según Télam.
Agregó que la asistencia concedida «consistió hasta donde tengo información, en la percepción del salario complementario y no mucho más, porque lo que tiene que ver con las cargas sociales se consiguieron prórrogas pero no reducción».
La industria electrónica fueguina cuenta con 7.000 empleos directos y unos 3.500 indirectos.
Más allá de las ventajas del ATP, ya hay empresas que están pidiendo darse de baja del programa, por las exigencias y las condiciones que impone el Estado.
Acuerdo por salarios
En abril, las empresas fueguinas, que tienen las licencias para producir televisores, celulares, equipos de aire acondicionado y pequeños electro, mantuvieron una larga negociación con la UOM para definir la pauta salarial que permita sobrellevar la crisis.
AFARTE, la entidad que nuclea a las empresas del sector acordó con los representantes gremiales que los trabajadores cobren el sueldo completo de marzo y el 70% de abril.
En concreto, se definió que el pago para el período que va del 17 al 31 de marzo sea sin aportes patronales ni contribuciones.
En tanto que para abril, las partes acordaron el pago del 70% del salario de bolsillo también sin aportes ni contribuciones, aunque sí el aporte correspondiente a las obras sociales.
En paralelo, se definió que los empleados que, al levantarse la cuarentena, tengan que permanecer en sus casas porque el ritmo de actividad no es suficiente, cobrarán el 100% del salario de bolsillo pero no se les realizarán aportes ni contribuciones.
De esta manera, Tierra del Fuego se suma a un amplio listado de sectores que avanzaron con bajas salariales para adecuarse a los tiempos que corren, como fue el caso de automotrices, concesionarios y siderúrgicas.
«Cada uno tuvo que poner algo. En el caso de nosotros era imposible pensar en un modelo de empresa como el que veníamos sosteniendo sin tener ningún ingreso», plantea Federico Hellemeyer, presidente de AFARTE.
Proyecciones que volaron por los aires
«Es una crisis que afecta transversalmente a todo el mundo. Pero cuando nos enfocamos en la Argentina, el escenario es mucho más difícil. Nosotros en particular venimos de un 2019 en el que terminamos muy golpeados, con los peores niveles de producción de la última década», planteó a iProfesional Federico Hellemeyer, presidente de AFARTE, entidad que nuclea a las firmas que operan en el polo austral.
En el caso de celulares, el 2019 finalizó con apenas 7,2 millones de unidades producidas, el peor registro desde 2010, cuando la entonces presidenta Cristina Kirchner relanzó el régimen de Tierra del Fuego.
El registro del año pasado, por cierto, estuvo muy lejos de las «épocas doradas», como lo fueron 2012 y 2013, cuando de las plantas salieron más de 13 millones de equipos.
En el caso de los televisores, 2019 fue directamente desastroso para las finanzas de las empresas: apenas se produjeron 1,8 millones de equipos, cuando el promedio desde 2011 había sido de 3 millones.
Todo esto llevó a que la isla concluyera el año pasado con una capacidad ociosa superior al 57%.
Sin embargo, mientras cerraban un año para el olvido, las empresas nucleadas en AFARTE se esperanzaban con un tibio repunte para este 2020.
«En diciembre, antes de que existiera para nosotros la palabra ‘coronavirus’, proyectábamos un año con una tendencia creciente, si bien muy moderada. Esperábamos un crecimiento promedio del 5%, tal vez sin tantos fundamentos sólidos, pero que estaban un poco en línea con la política de fomento a la industria nacional que empezaba a verse y la prórroga del plan Ahora 12», detalla Hellemeyer.
Así es como imaginaban llegar a diciembre con una fabricación de celulares cercana a los 8 millones de equipos, unos 800.000 por encima del registro de 2019; mientras que en televisores esperaban trepar hasta las 2 millones de unidades, 200.000 aparatos más.
Sin embargo, con las plantas paradas hace más de un mes –en esa provincia la cuarentena se inició una semana antes-, no hay lugar para ninguna proyección:
«Volaron por los aires los planes de producción», plantea de manera cruda el presidente de AFARTE.
«Todas esas estimaciones, que de por sí eran frágiles, terminaron desplomándose», recalca Hellemeyer.
El directivo agrega que durante el verano se sumó otro problema y es que hubo faltantes de partes y piezas desde países asiáticos, a medida que se profundizó el drama del coronavirus.
En concreto, faltaron algunos insumos destinados a la fabricación de celulares, un rubro en el que la logística trabaja con plazos muy justos y en el que el tiempo entre el aprovisionamiento de partes y piezas y la producción del equipo es mucho más corto que en el de televisores o equipos de aire acondicionado.
«Tuvimos proveedores de China que tuvieron que cerrar y esto nos dejó sin algunos componentes y ahí fue cuando comenzaron algunas suspensiones, incluso cuando no había aislamiento obligatorio. Luego, el 16 de marzo se decretó en Tierra del Fuego la cuarentena y, entonces, hace un mes que tenemos las plantas totalmente cerradas», señala.
«Todo este escenario destruyó cualquier proyección. Básicamente porque lo que no se está produciendo ahora no lo vamos a producir después, es una demanda potencial que se pierde», relata.
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