Recientemente el Concejo Deliberante de Río Grande declaró de Interés Municipal libro ‘El último vuelo de Londrina’ de la locutora y escritora María Betty Herrera Verdón Molina, obra que también está en la Legislatura fueguina pronta a ser tratada para su declaración de Interés Provincial. La locutora visitó la redacción del Diario Provincia 23 y los estudios de Radio Universidad 93.5 donde brindó una entrevista.
Río Grande.- La locutora María Betty Herrera Verdón Molina, más conocida como Betty Herrera visitó la redacción del Diario Provincia 23 y los estudios de Radio Universidad 93.5 donde brindó una entrevista en el marco de la Declaración de Interés Municipal uno de sus libros titulado ‘El último vuelo de Londrina’.
“Es cuento plumífero fueguino”, sintetizó la autora, y agregó: “en realidad se ahonda bastante en lo que es la valentía y en los medios que siempre tenemos muy adentro; de hecho, en la contratapa del libro está la sinopsis de la publicación y el personaje se trata de Londrina; es decir, una alondra y una golondrina juntas”.
Prosiguió relatando: “Londrina tiene una amiga de toda la vida, como una lady matrona que la crío y educó y que es una gaviota. Su gran amor es el viento. Ella tiene muchos amigos como el huemul y un tachuris (Tachuris rubrigastra en su taxonomía), que es un pájaro de siete colores muy hermoso; descansa mucho ella de sus aventuras en Lago Escondido, Bahía Lapataia, incluso hay una descripción de lo que es la geografía fueguina. Es un libro muy lindo, muy llevadero; es una historia de amor de un ave que siente que necesita un poco más de libertad -lo que nos pasa a los seres humanos a veces- y emprende un largo viaje desde la Patagonia hacia Tierra del Fuego con su gran amor que es el viento y que la busca por todos lados, por la cordillera y por todos lados y él se convierte en águila. También hay una serie de vicisitudes que pasa, un poco alentadoras en el sentido en que hay mucha moraleja, por ahí, que nos va dejando Londrina y hay un último vuelo que es el desenlace del cuento que se lleva a cabo en la playa de Punta Popper en una noche de muchísima con un océano que está como transformado y encolerizado porque ella va a emprender su vuelo final”.
Agregó que “hay una mística y una fantasía total ya que las aves hablan, las nubes toman formas; hay un arcoiris que se transforma en peldaños de cristal para que ella suba. Cae sobre las aguas bravías, el mar está con una tremenda tormenta esa noche y las olas se transforman en manos para levantarla a Londrina porque ella está desfalleciendo, agonizando”.
“El gran amor es su destino –continuó-, que la está esperando, convertido en un águila dorada y que en realidad es el viento”.
Betty Herrera confió que “hace muchos años tenía en mente a Londrina y cuando llegué a Tierra del Fuego me dije: este es el lugar para ella”.
Un gitano andaluz
Este es el segundo libro que escribe la entrevistada, el primero se titula ‘Fite – Tu … Un gitano andaluz’ de Editorial Autores Argentinos “que viene viajando a la provincia y que quedó varado en Río Gallegos. Es una edición de prueba que me envían para que le de el visto bueno”.
La obra trata “de un mozuelo, un labriego de 23 años en 1923, que apremiado por la dictadura de (Miguel) Primo de Rivera en España, quien se quedó con sus campos y sus olivares, se vino a la Argentina”, contó.
El personaje del libro biográfico, que es una novela romántica, es abuelo de Betty Herrera.
“Cuenta también los 18 días que pasó en las bodegas, el subsuelo del barco en que viajó a la Argentina, hacinado con 200 personas, con su nena de un año y su esposa de 22. Llegó a la Argentina y luego el libro relata todo el esfuerzo que hizo durante tantísimos años, con una nieta que amó mucho y que era yo, que lo visitaba constantemente cuando iba a Buenos Aires. Y ahí, él me contaba las historias, era quintero. En su patria era labrador pero aquí no podía hacer otra cosa que labrar campos ajenos. Ya mayor se compra su chacrita y es la historia de él que lloró siempre por volver a su amada Andalucía y nunca lo pudo hacer”, contó Betty.
Observó que “somos una generación que viene de la lectura. Yo amo la tecnología, me encanta porque es una herramienta maravillosa pero hay un vacío, necesitamos también de la cultura de la escritura. Tanto en la escuela primaria como secundaria. Hoy le pregunto a un chico de 15 años quién era Victoria Ocampo, Jorge Luís Borges, Horacio Quiroga, Ray Bradbury o Jack London y no me saben decir. El leer fomenta el espíritu, alimenta el crecimiento intelectual, aprendemos a escribir, a relacionarnos a hablar bien, cosa que se está perdiendo”, lamentó.
“Un país sin cultura es un país que no tiene identidad. La cultura de nuestra música autóctona, de nuestra música ciudadana, tan rica y diversa; las bellas artes, las ciencias, nos hace grandes como país”, definió.
Mujer de radio
Betty Herrera relató su pasión por la radiofonía, rubro que le dedicó gran parte de su vida. Actualmente es parte de Radio FM Austral 106.7 MHZ de la Margen Sur junto al periodista Agustín Arcenegui, emisora que está remozada y ampliada. “Uno le va poniendo cosas, le ponemos parte del alma, parte del sentimiento; así como uno se pone una ropita y se arregla, la radio también necesita aggiornarse e integrarse”.
Betty nació en el barrio de La Paternal. “Somos porteñas mis hermanas y mi familia paterna. Mi mamá es descendiente de andaluces y mi papá es hijo de un español y de una judía alemana. Mi abuelo se ponía el turbante y hablaba muy cerrado el andaluz que es muy árabe. Me casé a los 16 años, dejé la escuela secundaria en quinto año y después que nació mi primer chico Iván, retorné al colegio y lo terminé. Después nació la nena, Ludmila, luego de que nació Ezequiel, retomé los estudios ya en la Facultad de Medicina. Cuando cursaba quinto año, conocí a Julio Lagos de casualidad ya que yo hacía conducciones en distintas facultades, tanto en Odontología como en Filosofía y Letras y andaba siempre en los eventos”, recordó.
“Julio Lagos me escuchó hablar y se me acercó y me propuso si quería arreglar el alma y el corazón de las personas. Dejé la facultad ya que mi amor era la radio, desde chiquita cuando mi abuela paterna que me crío me ponía en una mesita y me hacía escuchar a don Alejandro Romay a la mañana en Radio Libertad y me volvía loca. A la tarde escuchaba a Víctor Sueiro y a Fernando Bravo. También, mis tíos solteros me llevaban a Radio El Mundo, entonces ya tenía esta pasión por la radio”.
Ante la propuesta de Lagos, Betty le dijo que no estaba preparada. “Me dijo que estudie y me prepare y me consiguió una radio muy lejos de la capital; tenía que tomar un colectivo hasta el tren eléctrico, de ahí otro micro por la Ruta 200 hasta Marcos Paz y ahí empecé, el 16 de marzo de 1985, día de mi cumpleaños, y no paré de hacer radio nunca más”.
En 1990 ingresó a Multicanal y en otras radios bonaerenses, tanto en La Plata como en Chivilcoy. “Eran programas atemporales, les grababa para todo el mes y nunca paré. Luego me separé y la radio me permitió pagar la universidad a mis hijos, pagar mi departamento, trabajando de lunes a lunes en radio durante 19 años sin vacaciones y tenía hasta tres radios por día. Por ejemplo, en Moreno hice Radio Latina desde el 90 hasta el año 2003, de noche, de 12 a 6 de la mañana. Salía de ahí e iba a casa a lavar la ropa y otros quehaceres, llevaba a los chicos a la escuela”.
Contó que es mamá de cuatro chicos, Iván, Ludmila, Ezequiel y María del Pilar. “El más grande se hizo radio operador a los 14 años, lo mandé a estudiar operación técnica a ATC y después fue director de cámaras mío por muchos años y anduvo por muchos canales de Buenos Aires; el segundo hijo hizo lo mismo pero después se hizo músico de conservatorio, también es serigrafista. Después tengo a la más chica que es visitadora médica, me abandonó abogacía. Todos mis hijos ya son grandes y siempre tuve eso de escribir, pero nunca tenía tiempo por las radios, por eso escribía en los trenes mientras viajaba”.
“María del Pilar se crío en las radios, le dábamos la mamadera con los operadores y dormía en las radios, como FM Cultura en Núñez; los micros escolares me traían a mis dos últimos hijos a las radios”.
Un lugar en el mundo
“Cuando María del Pilar cumplió 20 años, decidió vivir sola, tener su departamento con la ayuda de su papá, me dije: voy a buscar un lugar en el mundo para vivir. Ya todos mis hijos eran grandes y nos reunimos todos en Aeroparque, elegí mi lugar en el mundo: Tierra del Fuego. El tío de mis hijos vive en Ushuaia y tenía un puesto muy importante en una fábrica. Pero yo no quería trabajar en una fábrica ni nada. En todo pueblo siempre hay una radio y siempre hay un micrófono. Con que me alcance para vivir, yo ya era feliz. Todos me decían, tenés casa y todo eso, por qué te vas tan lejos, y elegí Río Grande, mis propiedades las repartí todas”.
Compartió que “apenas bajé del avión, me enamoré de Río Grande. Arribé el 21 de febrero de 2006. Bajé del avión a las 11 de la mañana y a las 2 de la tarde estaba sentada en el municipio donde me presenté como locutora. Me atendió un señor de bigotes muy atento; llamó a FM del Pueblo, a la señora Mónica Almada y les dijo ya tienen locutora. Cuando me levanté para despedirme me di cuenta que era el propio intendente Jorge Martín, ya que estaba su foto en la pared”.
“De ahí no paré más, al poco tiempo conocí a Agustín y trabajamos en varias radios y en marzo del 2011 inauguramos la Radio FM Austral 106.7 MHZ, donde nos habíamos ido a vivir en el 2008, frente a la nueva Escuela 4. Estábamos en una radio con un habitáculo de 2 x 2, era chiquito el espacio como también chiquito el control, muy pequeño. La antena era lo más grande que teníamos, salía por las noches a mirarla y me decía qué maravilla, el sueño realizado”.
Agregó que “después de muchos sacrificios, nos fuimos a construir las nuevas instalaciones en Punta Popper. Recuerdo que le dije al arquitecto que nos diseñó la casa, que ésta no importaba, sino que se centre en la radio, que tenga esto, que tenga aquello, que el baño, que la luz y en el 2016 la terminó Agustín con algunas personas que saben mucho de obras y ahí estamos con la radio, frente al mar”.
Reflexionó que “la radio tiene esa magia increíble y maravillosa de poder comunicarse con la gente, de dejar traslucir a través del mic los sentimientos, la radio es para informar, la radio es para entretener, la radio es para abrazar a quien está solo; para soltar ideas, pensamientos, para dejar que la gente se exprese, para difundir la música y todas las expresiones humanas del alma”.
Finalmente dijo que “va a venir la mejor TV, los mejores equipamientos futurísticos, pero la radio no se va a perder jamás porque es la escencia del ser humano. Su secreto es la magia de no vernos en la radio porque para cada persona uno es distinto. Cada oyente ve en su mente al locutor, al periodista, al relator, de la manera que necesita visualizar una persona”.
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