La titular de la Asociación Reencontrándonos destacó el interés del bloque radical por resolver la carencia de dispositivos específicos para atender pacientes con problemas de salud mental, luego del incendio intencional del hospital regional de Ushuaia por parte de un interno que requería de otro tipo de atención. Observó que en la ley de salud mental las instituciones como Reencontrándonos están equiparadas a los psiquiátricos de encierro, cuando no lo son, y son parte del dictado de leyes “desde un escritorio” y sin convocar a los actores. Esperan hacer su aporte con más de veinte años de experiencia trabajando en recuperación de adicciones.
Río Grande.- La titular de la Asociación Reencontrándonos, Stella Lavenia, dialogó con Radio Provincia luego de mantener conversaciones con legisladores del bloque radical, que presentaron un pedido de informes al Ejecutivo sobre los dispositivos de la provincia. Allí hacen referencia a la “compleja situación que tuvo como consecuencia el incendio del hospital de la ciudad” y sostienen que “esto no puede volver a ocurrir”, dado que el paciente que ocasionó el incendio estaba internado por orden judicial en un lugar donde no podía recibir la atención específica.
Los legisladores se reunieron con especialistas de diferentes servicios de atención de salud mental de la ciudad de Ushuaia para conocer las inquietudes y necesidades, entre ellos Reencontrándonos, y advirtieron que la provincia carece de “una estrategia de medio camino entre los servicios de internación total y de consultorios externos”.
“Por la falta de recursos y dispositivos adecuados en la provincia desde nuestro humilde lugar podemos dar cuenta de nuestro trabajo”, dijo Lavenia.
“Con la ley de salud mental que se aprobó hace once años lo que ocurre es casi ningún lugar del país tiene lo que dice la ley y creo que hay cuatro lugares donde funcionan como funcionamos nosotros acá, con el órgano de revisión, con el trabajo conjunto. Esto se da en muy pocos lugares”, señaló.
“Para nosotros fue un gran aporte que el autor de la ley de salud mental sea de la provincia y nos ha explicado cómo poder aplicarla, pero nos faltan muchos dispositivos de la ley que deberíamos tener por ser una isla, y hoy tenemos que derivar. Habrá que hacer un estudio real de lo que necesitamos y de los pacientes que tenemos. Dentro de la ley está previsto lo que hicieron con Chano (Charpentier), que fue recurrir a las fuerzas policiales, pero también habla de la capacitación de las fuerzas y esto hay que transitarlo”, expresó.
Observó que “en Ushuaia tenemos una situación distinta con Río Grande, porque acá podemos aplicar la internación involuntaria cuando hay riesgo de vida y, si el paciente se tiene que derivar, tiene que ser a un lugar adecuado y hay que hacer una evaluación minuciosa. En esto tienen que ver las obras sociales, porque muchas veces se deriva a las personas a lugares teniendo en cuenta el costo y no que sea el adecuado. Es un gran error que nos ha costado muy caro en la provincia, porque el paciente vuelve con la misma situación o peor que cuando se derivó, por eso hay que hacer un trabajo serio. Si se deriva a un paciente tiene que ser a un lugar adecuado que dé respuesta a lo que necesita el paciente, y no porque una institución es más barata. En esto hay que trabajar con las obras sociales y darle batalla a esto”, subrayó.
Lo que se necesita puntualmente “son casas de medio camino que no hay en la provincia y la justicia es una de las partes más importantes. Nosotros hemos podido dialogar sobre todo con los jueces de Ushuaia, con los que tenemos más conexión. Hemos tenido algunas situaciones con jueces de Río Grande y nos hemos encontrado con un desconocimiento de lo que nosotros abordamos”, manifestó.
“Con esto que pasó con la situación que tuvimos en el hospital hemos transitado por ese camino, porque también nos han derivado personas que no teníamos posibilidad de contener, y para nosotros era imposible trabajar. Ha costado mucho que la justicia entienda que no somos un alojamiento y que esa persona no necesita simplemente un alojamiento. Hemos transitado por ese camino y por eso podemos transmitir las dificultades que hemos tenido. Hay dispositivos faltantes y el Estado tendrá que ver si son o no necesarios en la provincia, además si se pueden instalar con los profesionales adecuados, que son especializados y no es tan fácil conseguirlos en la provincia. Hay un montón de cosas que hay que evaluar con un montón de gente”, planteó.
Leyes de escritorio
Cuestionó “las leyes se hacen desde un escritorio”, como el caso de la ley de salud mental, que “incluye a las adicciones en un artículo y nos comparan a las comunidades terapéuticas con los psiquiátricos de encierro. Ahí faltó convocar a los que trabajamos en adicciones con otro tipo de tratamiento, ya sea residenciales o ambulatorios. Esto faltó y se armó una disposición para empezar a diferenciar una cosa de la otra, porque nosotros no somos una institución de encierro aunque estamos incluidos así en la ley. Hay que desmenuzar esa ley y hacer un trabajo muy fino, porque desde un escritorio muchas veces no se palpa la realidad”.
“Nosotros somos una isla, tenemos dispositivos contados, tenemos dificultad para conseguir especialistas, y tenemos mucho trabajo por delante. Es importante que nos convocaran los legisladores, y tenemos una conexión importante con todos ellos, en especial con el bloque radical. Es interesante poner palabra luego de nuestra experiencia de veinte años, antes de la ley de salud mental. Ahora intentamos cumplirla con lo que tenemos, cuando no hay dispositivos adecuados como la casa de medio camino y el Estado debe decidir si esto es necesario, cómo se va a hacer y qué especialistas se necesitan. En una oportunidad teníamos conveniada con OSEF una casa de medio camino, no a nivel psiquiátrico sino para consumos problemáticos, y no se le dio la importancia que tenía al convenio. Muchos años lo utilizamos con pacientes de Río Grande que hacían su desprendimiento de la atención residencial a la ambulatoria en una casa que tenía su encuadre y sus cuidados. Hay mucho para escribir sobre eso y uno podría aportar las dificultades que tuvimos en su momento con esa casa. También tuvimos una experiencia con una institución de Buenos Aires para trabajar con derivaciones antes de la ley, y cerramos esa casa cuando salió la ley. Hay mucha experiencia de trabajo para poder ayudar con todo lo que hemos transitado en más de veinte años de trabajo”, concluyó.
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