Rabassa alertó sobre las consecuencias para la provincia respecto al calentamiento global de acuerdo a mediciones que se realizan desde hace décadas asegurando que la temperatura media anual va subiendo de a medio grado centígrado, por el calentamiento global. El derretimiento de los glaciares es una de las consecuencias y el 90% de la toma de agua de Ushuaia es de la cuenca del Martial, por lo que recomienda comenzar a buscar otras fuentes. Además alertó acerca de la falta de cultura sísmica de los ciudadanos de la provincia, teniendo en cuenta que Tierra del Fuego es una zona altamente sísmica.
17-12-15 Río Grande.- El Dr. Rabassa dio cuenta del aumento de la temperatura media anual que va provocando el retroceso del glaciar Martial en Ushuaia, y afectará la provisión de agua de la capital fueguina, como así también respecto de la falta de cultura sísmica que tienen los ciudadanos de la provincia.
En diálogo con FM Aire Libre, Rabassa definió que el “cambio climático es el calentamiento global, resultado de un incremento sensible de la temperatura media anual del orden de un grado y medio para los últimos cien años, lo cual es significativo y de ahí todos los esfuerzos internacionales que se están haciendo para mitigar y frenar el proceso, por lo menos en la componente que tiene que ver con la integridad humana, es decir con la emisión de los llamados gases de invernaderos, como con la conferencia que acaba de finalizar en Paris, Francia, donde representantes de todos los países del mundo han sumado esfuerzos para tratar de encontrar caminos para la disminución de las emisiones, en paulatino reemplazo de los combustibles fósiles por otras formas no contaminante de energía”.
Razón por la cual mantuvo que “en este escenario Tierra del Fuego no está fuera de ello, y la mejor prueba de cómo está afectando el calentamiento global a Tierra del Fuego está en el proceso de desaparición rápida de los glaciares de montaña que hay en nuestros Andes fueguinos, donde la totalidad de los glaciares de montaña están en condiciones de retroceso muy rápido y probablemente de desaparición total en las próximas décadas”.
De esta manera expresó que “tenemos una prueba evidente de que el calentamiento global afecta a nuestra región, a pesar de que nosotros no tenemos nada que ver con las causas que lo motivan, y esto eventualmente se podrá ir demostrando a través de la investigación que el calentamiento va a tener también el impacto sobre los ecosistemas y el ascenso del nivel de mar, así que es algo que las autoridades municipales y provinciales deberían prestar atención, teniendo en cuenta que esta es una temática que hace a la Tierra del Fuego que queda para las generaciones subsiguiente, y en este sentido es muy importante prever cuales pueden ser las consecuencias”.
Ante las posibilidades de que la provincia sufra un terremoto, resaltó que la posibilidad de un “sismo importante se puede dar en cualquier momento, sabemos que sucederá en algún momento, pero no cuando, dado que son procesos que tienen que ver con la corteza terrestre, pero también las autoridades deben tomar conciencia de los riesgos que existen, y pensar de que manera podemos mitigar sus efectos sobre la comunidad”.
“Si tuviéramos la desgracia de tener un sismo comparable con la magnitud del sismo del año diciembre 1949, con un epicentro cercano a la costa oriental del lago Fagnano, el efecto destructivo sería muy grande, y sufriríamos todos, tanto los habitantes de la Tierra del Fuego de hoy, o los que existan cuando ese sismo se produzca”, afirmó.
En cuanto a la capa de ozono, el profesional refirió que “ha mantenido una situación de estabilidad, el problema no se ha agravado, pero allí ha habido un acuerdo internacional tendiente a la eliminación de los sistemas productivos de los cloros fluocarbonados, que eran las sustancias gaseosas producidas por el hombre, entonces estos gases al llegar a la estratosfera reaccionan químicamente con el ozono y lo destruyen, pero afortunadamente los fluocarbonados ya no se producen más, el proceso se ha estabilizado, y lo que esperamos es que se vaya recuperando lentamente en condiciones naturales sin intervención de la presencia humana”.
Puntualizó que la “comunidad fueguina no tiene cultura sísmica, siendo que es una zona de riesgo sísmico alto, como si la tienen los hermanos chilenos, donde prácticamente es común que tiemble, o nuestros hermanos de Mendoza o San Juan, por lo tanto debemos de trabajar en construir esta cultura sísmica porque desde el conocimiento en el momento de la emergencia se podrán evitar daños muchos mayores y sobre todo vidas humanas”.
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