El director provincial de Obras Sanitarias Guillermo Worman, impulsor de la demanda contra la provincia y municipio de Ushuaia por la contaminación cloacal, habló con Radio Universidad durante el programa «Buscando el Equilibrio» y aseguró que su desafío personal es cumplir con el saneamiento. Planteó una desinversión de 15 años y una situación colapsada en la capital fueguina, que de apoco espera revertir. Contra los anuncios de Bertone en su momento, no habría traspaso definido al Municipio y se analiza, o bien un sistema mixto, o mantener la DPOSS en el ámbito provincial.
17-02-16 Río Grande.- El director de la DPOSS y ex titular de Participación Ciudadana, que promovió la acción judicial por la contaminación en la capital fueguina, fijó como objetivo personal cumplir la sentencia que condenó al gobierno, el área ahora a su cargo y al Municipio de Ushuaia, a remediar el impacto ambiental en la ciudad.
En diálogo con Radio Universidad 93.5, contó cómo llegó a ocupar el lugar que fue blanco de sus críticas en la gestión anterior. “Yo asumí como el resto del gabinete, a mediados de diciembre del año pasado, al frente de la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios y no sólo trabajamos con la potabilización de agua sino en la administración de un sistema cloacal. Lo hemos asociado con la remediación del frente costero de la ciudad de Ushuaia”, dijo.
“La situación sigue siendo complicada desde hace más de 15 años, con una producción de agua insuficiente con respecto a la demanda que tiene la ciudad. En los últimos años hemos tenido cortes sobre todo en épocas críticas por la falta de inversión en infraestructura pública”, manifestó.
“La ciudad se ha extendido de manera exponencial, y genera una situación deficitaria que termina produciendo plantas al tope y en algunos momentos del año la necesidad de cortes en algunos sectores por falta de abastecimiento”, describió de una situación por todos conocida.
Actualmente “tenemos dos plantas en funcionamiento. Una tiene una reserva de diez mil metros cúbicos y genera 305 litros por segundo. Es la que está bajo los hoteles y la primera planta que tuvo la ciudad. La segunda está abajo del Valle de Andorra y genera 125 litros por segundo, pero no tiene cisterna. La única cisterna de Ushuaia está en la planta grande, es de gran porte pero fue ideada hace más de 30 años”, describió de la poca infraestructura en la ciudad.
Está en marcha una tercera planta “al fondo del Río Pipo, con una cisterna de 2.500 m3 para producir 100 metros cúbicos. Hoy estamos con un déficit de 30 litros por segundo en la ciudad. Con la puesta en marcha de esta planta vamos a estar 70 litros arriba y por lo menos tendríamos garantizados 5 años de capacidad de generación de agua constante”, estimó.
Advirtió que todavía resta “un año para su finalización” por lo que seguirán en 2016 los mismos problemas de siempre.
Comparativamente, Ushuaia produce menos de la mitad de Río Grande, dado que la zona norte, de administración municipal, alcanza los 24 mil metros cúbicos por día.
En la capital hay “dos épocas complicadas. Una es en pleno invierno porque nuestra principal toma de agua es el arroyo Buena Esperanza, que baja del glaciar Martial, y en invierno ingresa menos agua. El otro momento crítico es el deshielo, porque el agua viene muy turbia y tardamos más tiempo en potabilizar. En una situación normal estamos en 10 mil metros cúbicos para 80 mil habitantes y estamos al límite”, reconoció el funcionario, con una población casi equivalente a la de Río Grande y 14 mil metros cúbicos menos de producción.
“Cuando las condiciones climáticas agudizan, estamos por debajo de estos 10 mil metros cúbicos y hay cortes que van del centro hasta el parque nacional”, apuntó.
En lo inmediato, Ushuaia necesita lograr el 30% que le falta y “la planta que estamos construyendo nos aportaría agua suficiente para tener superávit para la demanda de la ciudad y tener más reserva”, reiteró Worman.
“Esa obra tiene un año más de ejecución aproximadamente. Es una crisis que tiene un nivel de complejidad, pero en el mediano plazo uno puede avizorar que va a revertirse”, confió.
El precio más caro
Con 13 pesos en Río Grande para el metro cúbico, Ushuaia se destaca por la deficiencia y el alto costo. “Es mucho más caro y estamos cuatro o cinco veces arriba. Una vivienda chica en Ushuaia, con el último incremento tarifario, se va a 264 pesos y hablo de un monoambiente o una casa de 50 ó 60 m2. El valor de Ushuaia es uno de los más altos de la Argentina y casi estamos a valores europeos, básicamente porque la DPOSS no está subsidiada y ni el gobierno ni el municipio le inyecta fondos. Se sustenta con la estructura tarifaria propia”, explicó.
En lo que se refiere a infraestructura hotelera, el costo está “20 veces arriba” de otros centros turísticos del país.
“Hemos aplicado un incremento del 25% desde agosto de 2014, pero para los hoteles va a ser más bajo porque nuestra estrategia es amesetar la tarifa hotelera, que está muy por arriba de la media nacional”, señaló el funcionario.
“La Cámara de Comercio y turismo participó de la audiencia que tuvimos, tuvieron una presentación muy fundada y la situación es irrebatible: el agua es mucho más cara y nuestro desafío es planchar esta estructura tarifaria hasta que nos equilibremos al costo de Calafate, Bariloche o Puerto Madryn”, dijo, por citar otras ciudades turísticas patagónicas.
Reconoció que “es un despropósito que estemos cobrando diez veces más caro que en otros lugares el agua, porque vuelve poco competitivo al establecimiento turístico”.
Traspaso en duda
Pese al anuncio de Rosana Bertone sobre el acuerdo alcanzado con el intendente Walter Vuoto para el traspaso de la DPOSS a la órbita municipal, se podría dar marcha atrás. “Yo estoy en permanente contacto con la gobernadora Bertone, el intendente Walter Vuoto y el intendente Claudio Queno. La DPOSS es un organismo público que tiene que trabajar para los usuarios y no para un gobierno, tiene que articular con todos los niveles del estado y tiene que brindar soluciones a la provincia y el municipio”, dijo.
“Hubo un acuerdo político con el gobierno de la provincia y los municipios, y debieran resolver si es un organismo mixto, si se municipaliza o queda en el ámbito provincia”, planteó como alternativas.
“Es una institución que se debe a los usuarios que, con el pago de su tarifa, solventan el costo del salario del personal y las inversiones que se realizan. Y es un tema accesorio si es provincial o municipal”, consideró Worman.
“Ya no tenemos la discusión de si es provincial o municipal. La DPOSS se ocupa de la potabilización del agua y de las cloacas. Además asumió la responsabilidad de intervenir en la remediación de la cuenca hídrica de Ushuaia y en breve de la ciudad de Tolhuin. Han quedado muy claras las responsabilidades y estamos articulando con el gabinete provincial y el gabinete de Ushuaia y Tolhuin”, afirmó.
En caso de falta de fuentes de agua, de continuar la expansión de la ciudad, Worman advirtió que “tenemos cerca de Ushuaia el lago Roca y Tolhuin tiene una ventaja muy importante porque las aguas del lago Fagnano son óptimas y prácticamente no hay que tratarlas”.
Además, llamó a “cuidar nuestra cuenca porque tiene una relación directa con la calidad del agua que consumimos. El costo de potabilización va a ser más barato. Hoy por descuido, por urbanizaciones no planificadas, terminamos impactando los núcleos de agua donde están las tomas de las plantas”, dijo.
Pidió “proteger y cuidar nuestros ríos, que es proteger la calidad del agua que tomamos. Allí debiéramos cambiar nuestra conducta colectiva”.
Casi sin medidores
Se le preguntó cuántos medidores de agua hay instalados en Ushuaia, para contribuir a cuidar el recurso, teniendo en cuenta los 1.300 que tiene Río Grande, entre comercios, fábricas y residencias particulares. “Nosotros no llegamos a 200 medidores –lamentó-. Hay un problema muy grande porque cobramos por metro cuadrado y termina generando situaciones muy inequitativas. Una mueblería de 600 m2 puede tener un baño y una canilla, y se le venía cobrando no importa lo que consuma. Hemos puesto un techo y vamos a ir hacia un modelo con vinculación por medidores.
Hoy tenemos casi 18 mil usuarios conectados a la red y el 0,1% tiene medidor. Al resto se le cobra por el metraje declarado. Es un serio déficit de la ciudad de Ushuaia”, reconoció.
El resto de las viviendas, ni siquiera tiene red. “Hay familias en barrios irregulares que tienen mangueras comunitarias, que terminan alimentando cisternas comunes o individuales. En condiciones regulares hay 18 mil usuarios aproximadamente”, dijo, habiendo unas 22 mil unidades habitacionales en la capital.
Además observó que “tenemos un consumo muy superior a la media nacional, gastamos de forma desproporcionada. La media argentina ronda los 200 a 400 litros por persona y nosotros estamos arriba de los 600. Bahía Blanca consume 300 litros por persona y nosotros estamos al doble, cuando no es una ciudad calurosa y no necesitamos hidratarnos en forma permanente. Era un servicio muy económico en su momento y generó una conducta desaprensiva. Luego hay una gran responsabilidad pública, porque tenemos una red en muy mal estado”, asumió.
Dio a conocer la contratación de dos empresas “para reparar 80 pérdidas en la vía pública. Hacemos un esfuerzo muy importante para potabilizar agua y se termina derrochando en la vía pública por falta de mantenimiento de la red estatal. Tenemos que hacer un esfuerzo importante en los últimos meses y guardar para distribuir en los barrios de la ciudad el nivel de producción de agua que estamos generando”, fijó como meta.
Levantar la ciudad
Se le preguntó si todavía quedan cloacas de madera y la respuesta fue afirmativa. “En el casco viejo de la ciudad, salvo en tres o cuatro cuadras que se han reconstruido, hay mezcla de ductos donde vienen conexiones cloacales y hay cloacas de madera. Hay conexiones donde está todo prácticamente podrido y hay que reconstruirlo. Esto implica levantar la ciudad y en algún momento hay que hacerlo. Empezar a trabajar por zonas, porque todas las redes van bajo tierra”, expresó.
“En los últimos años hemos invertido en infraestructura que tiene un efecto visual y tenemos que empezar a invertir más bajo tierra que sobre tierra, aunque tenga un efecto electoral y político a largo plazo”, dijo.
Presupuesto para personal
Finalmente se lo consultó sobre el presupuesto del área, que se va en personal y funcionamiento de la DPOSS: “La DPOSS con su recaudación propia no tiene déficit, puede pagar sus deudas corrientes y no tiene deudas con el IPAUSS. Puede pagar insumos, salarios y su operatoria. No tiene recursos para obras de infraestructura, por lo tanto necesitamos recurrir al fideicomiso, al Fondo Fiduciario o créditos que pueda determinar el BID u otros organismos internacionales”, señaló.
Aspira a generar más recursos cuando puedan brindar servicios, teniendo en cuenta que la tarifa de agua que le cobran al puerto es “de 40 pesos el metro cúbico”, destinada a abastecer a los buques. “Hay infinidad de oportunidades de servicios para volver más rentable la actividad y formar parte de un fondo que permita llevar a más barrios con el servicio de red. Una familia sin servicio de red debe gastar 600 pesos por mes o más en agua envasada y además tiene que racionalizar el agua”, dijo, descontando la disposición de los vecinos a contar con la red.
La meta personal
De denunciante, Worman pasó a denunciado al ponerse al frente de un organismo sobre el que pesa una sentencia judicial, y espera hacerse cargo: “Yo tengo el desafío personal y la responsabilidad de estar a la altura de las circunstancias de lo que fui diciendo en los últimos años. Particularmente mi compromiso es con el frente marítimo de Ushuaia, me tocó estar del otro lado del mostrador y promover la condena del gobierno, a la DPOSS que ahora me toca presidir y la del municipio de Ushuaia, para que pongan en marcha urgentes medidas de remediación. Tengo en claro que lo primero que tengo que hacer es cumplir la sentencia que dictó el juez (Fernández) en la causa de cloacas y es algo donde no tengo excusas. Es una enorme responsabilidad que tengo que llevar adelante”, concluyó.
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