Marisa Olguín y María Elena Delgado narran lo difícil que es convivir día a día con la incertidumbre de no saber dónde están sus hijos, Bruno Gentiletti y Sofía Herrera respectivamente. Pero a pesar del paso del tiempo, ellas no se resignan y están convencidas de que nunca dejarán de buscarlos. María Elena sostiene que los primeros momentos son “apabullantes” para la familia porque “tenés que salir a buscar aunque no sepas cómo”. Mientras que Marisa destaca que el tiempo que se pierde en aplicar los protocolos de búsqueda hace que los chicos no aparezcan y se agigante el misterio sobre lo que pasó con ellos.
Río Grande.- “Ver crecer a tu hijo por proyección de fotos no es fácil”. Así vieron pasar de la niñez a la juventud a sus niños perdidos las madres de Sofía Herrera y Bruno Gentiletti. Ambas pasaron más años buscándolos por todos los rincones de la Argentina que compartiendo momentos con ellos. Pero ellas no se resignan y están convencidas de que nunca dejarán de buscarlos con la esperanza siempre latente de reencontrarse con ellos.
Pero ¿cómo se transforma la familia y convive con esta ausencia? ¿Qué dificultades deben afrontar? ¿Cómo sostienen al resto de sus hijos? Todas estas preguntas son respondidas por las madres de dos niños que sus desapariciones se convirtieron en casos emblemáticos en la Argentina. María Elena Delgado, mamá de Sofía Herrera y Marisa Olguín, madre de Bruno Gentiletti, hoy siguen buscando a sus hijos y colaboran y contienen a otras madres que deben atravesar este difícil camino, como es el caso de Yamila, quien esta semana se movilizó en San Luís tras cumplirse un año sin saber dónde está la pequeña Guadalupe Lucero.
Pasaron 25 años desde aquel 2 de marzo de 1997 en el que Bruno desapareció cuando tenía 8 años. Había ido con sus padres y sus cuatro hermanos a pasar el día a la playa rosarina de La Florida, pero en un momento se le perdió el rastro. Lo buscaron por todo el balneario, en el río, en los alrededores, pero nunca más volvieron a saber de él. “Tanto yo como sus hermanos lo recordamos a diario. Pero es muy difícil toda esta situación porque también pensamos que Bruno estuvo ocho años viviendo con nosotros y otros 25 años sin nosotros. El se lleva la parte más difícil y traumática porque, por lo menos, nosotros seguimos juntos, buscándolo pero juntos, y él no creció a nuestro lado. Está solo, sin su familia”, describe Marisa en diálogo con PERFIL.
En el sur del país está María Elena Delgado, con un dolor similar al de Marisa y siendo el sostén de una familia que hoy no tiene a Sofía. “Los primeros días desde la desaparición son terribles. Te apabulla, no sabés dónde estás parada y es tan difícil todo porque tenés que buscar, no te podés quedar en tu casa como si fuese otra cosa que pasó, como el fallecimiento de una persona”, rememora María Elena en diálogo con este diario.
El 28 de septiembre de 2008, en un camping de Tierra del Fuego, se perdió Sofía, de tan solo 3 años. Hasta ese lugar habían ido María Elena (que estaba embarazada), su marido y la pequeña junto con otra familia amiga. Hoy Sofía tiene 17 años y a lo largo del tiempo se realizaron cuatro proyecciones de su rostro, la última fue en 2020.
“Además de tener que salir a buscar y no saber cómo, también tenés que enfrentarte a todas las habladurías que salen del pueblo, de gente que no te conoce, que salen a destruirte, más que nada, a través de las redes sociales”, remarca María Elena y continúa: “Es terrible la crueldad de la gente, a veces. Encima de lo que tenés que vivir de no encontrar a tu hija, tenés que salir a dar un montón de explicaciones porque te acusan de haberla vendido, de cosas horribles. Después pasa el tiempo, y yo no quiero que pase, porque es un día más que no veo el crecimiento de mi hija”.
Y es justo ahí, en el paso del tiempo donde convive una doble sensación de seguir con la vida por los que están y por tener el objetivo siempre latente de encontrar a ese ser querido que se perdió cuando era un niño. Pero también la cabeza queda anclada en ese día, en ese momento en que todo cambió y nada volvió a ser igual, aunque estas familias hayan aprendido a “sobrellevar la vida”.
“Siempre dije que después de lo que nos pasó se sobrevive y una trata de vivir momentos lindos para sobrellevar la vida. Tengo cuatro hijos más y ahora que son adultos me ayudan con la búsqueda. Muchas veces nos encontramos haciendo cosas que a Bruno le gustaba hacer”, describe Marisa mientras recuerda que uno de sus hijos se compró un telescopio e “inmediatamente todos pensamos en Bruno” porque le encantaba mirar el cielo y las estrellas con un largavista.
Por su parte, María Elena cuenta que ella se encarga de recibir todos los datos que la gente le envía por redes sociales o mail y se las hace llegar a la Justicia. Pero también intenta que su otra hija, que hoy tiene 13 años, “siga una vida normal”, estudie y juegue porque ella creció con la búsqueda de su hermana.
Mientras que Marisa, que vio la última actualización de la imagen de Bruno en mayo pasado, a 25 años de su desaparición, cuenta que al inicio del caso “tenés que procesar todo lo que está sucediendo”. “En ese momento tenía mayor esperanza. Pensaba: ‘Lo encuentro mañana’, ‘alguien lo resguardó’, porque nunca pensás cosas feas. Ahora, con el paso del tiempo, uno tiene que acostumbrarse, nunca resignarse, pero ver crecer a tu hijo por proyecciones de fotos, no es fácil”, se sincera.
Además, el Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció una recompensa de un millón y medio de pesos para quien pueda aportar datos certeros que permitan dar con el paradero del joven, que hoy tendría 33 años. “Mis hijos aportaron sus fotos a esta edad, para tener una correlación del paso de tiempo y así aportar para los posibles rasgos actuales de Bruno. Pero en realidad no sé cómo está él hoy. Es muy difícil pensar qué vida llevó”, sostiene Marisa.
La esperanza y la desilusión. En los últimos días, María Elena recibió la información de que hay una nena con rasgos similares a Sofía en el norte del país y la Justicia está trabajando en corroborar ese dato. “Estamos a la espera de que nos digan si es o no. Ojalá que se trate de mi hija, pero ahora espero con más calma porque no me quiero hacer daño y pegarme contra una pared como me pasaba los primeros años, que poníamos toda la ilusión y después venían y te decían que no era. No sabés el golpe duro que significa, y así nos pasó un montón de veces ya. Por eso ahora espero y no me desespero”, comenta María Elena.
Por su parte, Marisa describió esta situación como “una frustración constante ante cada dato que no es”. Por eso destaca: “Los primeros momentos para buscar a una criatura son fundamentales. En Argentina se trabajó para que todos los protocolos se activen rápido y no pase el tiempo. El misterio de dónde están nuestros hijos hoy es justamente ese: el tiempo que transcurrió y se perdió en su búsqueda”.
“Ninguno de nosotros esperaba que nos pasara –resume la mamá de Bruno– y nos pasó. Por eso empezamos a hacer cosas para aprender a ayudar a otros papás, ya sea reunirnos o estar en contacto porque es una contención muy importante, para nosotros porque hablamos el mismo idioma”.
San Luís: un año sin Guadalupe
¿Dónde está Guadalupe? Decían los carteles que se vieron en la multitudinaria marcha que se realizó el martes último al cumplirse un año de la desaparición de Guadalupe Lucero, en San Luis. Sus papás pidieron por su aparición con vida. Mientras que la Justicia ordenó una reconstrucción de los últimos movimientos de la nena, que tenía 5 años cuando se perdió.
Guadalupe fue vista por última vez en la tarde del 14 de junio de 2021 mientras jugaba con sus primos en la vereda de su casa en el barrio 544 Viviendas de la capital provincial, en San Luís. Luego no se la volvió a ver más.
La causa pasó al fuero federal en diciembre de 2021. Ahora los fiscales a cargo del expediente (el titular de la Fiscalía Federal de San Luis, Cristian Rachid, el fiscal federal Leonel Gómez Barbella y los titulares de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), Alejandra Mángano y Marcelo Colombo) informaron que solicitaron realizar una reconstrucción del momento de la desaparición de Guadalupe. Según se indicó se llevará a cabo “en las próximas semanas”.
Por su parte, Eric, el papá de la nena, compartió un sentido mensaje en sus redes sociales: “Hoy hace un año, hija, que no te tengo. Hace un año que no te abrazo, hace un año que no puedo verte jugar. Todos los días sufro tu ausencia, mi amor. Hoy hace un año que estoy muerto en vida, hija. Hoy hace un año que pregunto: ‘¿Dónde estás, Guadalupe?’ Le pido a Dios que te cuide, estés donde estés. Papá nunca va a perder las esperanzas, mi reina”.
Fuente: Perfil.
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