“Tenemos que estar unidos por sobre todas las cosas”, dijo el Presidente tras tomarle juramento a Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social), Ayelén Mazzina (Mujeres) y Raquel “Kelly” Olmos (Trabajo). En el Parque Colón, detrás de la Casa Rosada, al lado del helipuerto, lo escuchaban la mayoría de los demás ministros junto al jefe de Gabinete, Juan Manzur, algunos gobernadores (el puntano Alberto Rodríguez Saá y el formoseño Gildo Insfrán), funcionarios de segundo orden, los principales dirigentes sindicales sin distinción de sectores, representantes de las principales organizaciones sociales y unos cuantos militantes que ovacionaron a las ministras que asumieron. Sólo faltaban Sergio Massa (de viaje por Estados Unidos), el canciller Santiago Cafiero, un incondicional del primer mandatario, que estaba a esa hora en una actividad en San Juan y Jorge Ferraresi (Hábitat), en una entrega de viviendas en Entre Ríos.
Buenos Aires.- A las 12.45, cuando el fuerte viento se hacía sentir y el sol estaba a pleno, Alberto Fernández se acercó a sus tres flamantes ministras y se unió en un abrazo con ellas en medio del escenario. Todavía se notaba un clima festivo en esa platea con más de 800 invitados, en la que apenas faltaron algunas figuras del Frente de Todos. Después hizo otra vez un llamado a la unidad: “Tenemos que estar unidos por sobre todas las cosas. Es una tarea colectiva, todos hacen falta, Argentina lo necesita”.
Ya había pasado la jura de las tres mujeres que darán más paridad de género al Gabinete, el Presidente había agradecido la tarea que desempeñaron los tres ministros salientes (Elizabeth Gómez Alcorta -sugestivamente la única ausente-, Juan Zabaleta y Claudio Moroni) y había explicado por qué llegaba esa renovación ministerial. En su corto discurso recalcó que se viene una nueva etapa, una más, para encarar su último año de gestión “con toda la fuerza que hace falta”. “Aunque intenten dividirnos, la separación no tiene sentido. Las diferencias deberemos saldarlas en unidad y respetándonos”, sostuvo.
En el Parque Colón, detrás de la Casa Rosada, al lado del helipuerto, lo escuchaban la mayoría de los demás ministros junto al jefe de Gabinete, Juan Manzur, algunos gobernadores (el puntano Alberto Rodríguez Saá y el formoseño Gildo Insfrán), funcionarios de segundo orden, los principales dirigentes sindicales sin distinción de sectores, representantes de las principales organizaciones sociales y unos cuantos militantes que ovacionaron a las ministras que asumieron. Sólo faltaban Sergio Massa (de viaje por Estados Unidos), el canciller Santiago Cafiero, un incondicional del primer mandatario, que estaba a esa hora en una actividad en San Juan y Jorge Ferraresi (Hábitat), en una entrega de viviendas en Entre Ríos.
En esa improvisada platea rodeada de dos vallados se mezclaban, además, empresarios de medios como Jorge Fontevecchia (Perfil), José Luis Manzano (Grupo América) y Raúl Olmos (Crónica), con dirigentes como el camporista Andrés Larroque, el ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa; el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli; el legislador de la Ciudad de Buenos Aires Claudio Ferreño; el diputado kirchnerista Hugo Yasky; la directora del Banco Nación y ex ministra de Economía, Silvina Batakis y el dirigente de la agrupación MILES, Luis D’Elía.
La primera en jurar había sido Victoria Tolosa Paz. Su esposo, el publicista Enrique “Pepe” Albistur, la aplaudía desde las primeras filas de sillas blancas de plástico. Estaban más atrás gran parte de sus hijos de la familia ensamblada (11 en total) con 16 nietos y un grupo de unas 30 militantes platenses que corearon su nombre y al final del acto hasta se encargaron de entonar la marcha peronista. Juan Zabaleta, el ministro saliente, charló un largo rato con Matías Lammens, su par de Turismo y Deportes, y se emocionó cuando le agradecieron su labor en Desarrollo Social.
Sobre un costado de las vallas, el grupo mayoritariamente integrado por mujeres que concurrió para apoyar a la nueva titular de la cartera de Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina, colgó una bandera con el escudo justicialista que decía “Agrupación San Luis, para esto existimos”. Muy cerca del escenario estaba el mandatario provincial, Alberto Rodríguez Saá, que recibió el saludo del Presidente. La militancia LGBT también mostró una de sus pancartas y cuando Mazzina, vestida con llamativas zapatillas tuneadas con los colores que abarcan a todos los colectivos comprendidos en todas las diversidades sexuales, se salió levemente del protocolo para decir “por los derechos conquistados y por los que faltan conquistar, sí juro”, se ganó el pico máximo del aplausómetro. “Aso, aso, se viene el Mazzinazo”, fue el cántico que atronó para bendecir el arribo de la ministra que con 33 años será la más joven del Gabinete.
Elizabeth Gómez Alcorta prefirió no asistir después de renunciar en desacuerdo con el desalojo de comunidades mapuches en Villa Mascardi. Quienes la conocen afirman que adoptó esa postura “para no opacar a la Aye” (como le dicen los puntanos a Mazzina).
Para el último turno quedó el juramento de Raquel “Kelly” Olmos, que reemplazará en Trabajo a Claudio Moroni, a quien Alberto Fernández reconoció con entusiasmo y al que le deseó una pronta recuperación de la enfermedad que se aceleró su despedida del cargo. Se la presentó por sus nombres y el apellido de soltera, Raquel Cecilia Kizmer, aunque para sus actividades políticas ella prefiera utilizar el de casada, que es Olmos. También hubo un grupo a la izquierda del palco principal que la alentó con énfasis. Alguien de su entorno afirmó que entre sus primeras medidas estarán la defensa de los empleos y de los salarios en las paritarias.
Antes del acto, Carlos Acuña, uno de los integrantes del triunvirato que conduce a la CGT, había expresado su desazón porque Alberto Fernández no los había consultado en la elección de Olmos. “Y si, nos sentimos un poco ignorados”, dijo antes de ingresar. Luego se sentó junto a Hugo y Pablo Moyano, Héctor y Rodolfo Daer, José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Omar Plaini (senador provincial y del gremio de Canillitas) y Hugo “Cachorro” Godoy, de la CTA Autónoma. Desde allí escuchó el nuevo llamado a la unidad.
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