Los flamantes profesionales son María Guadalupe Martin y Abbate Daga, Tomás Daniel Preisegger y Alejandro Eduardo Luraghi quienes rindieron sus respectivos exámenes finales ante el Tribunal evaluador compuesto por los ingenieros Hugo Bonifacini, Aníbal Vallejo y Demian Ferreyra. Los nuevos ingenieros industriales y sus familias destacaron la importancia de la universidad pública y gratuita que permite la movilidad social y el conocimiento.
Río Grande.- Este martes a la noche, los alumnos María Guadalupe Martín y Abbate Daga y Tomás Daniel Preisegger rindieron el examen final ante los profesores ingenieros Demian Ferreyra, Aníbal Vallejos y Hugo Bonifacini y de este modo se graduaron como ingenieros industriales.
Tras el acto académico, familiares y amigos de los flamantes profesionales los abrazaron y felicitaron. Uno de los graduados recibió el cariño de su profesora de primer grado.
“Es un paso para arrancar la vida de otra manera”
María Guadalupe Martín y Abbate Daga confió que “nos ha llevado unos años acomodarnos para poder cerrar esta etapa y la verdad que se siente muy lindo terminar y es un paso para arrancar la vida de otra manera tras un esfuerzo de muchos años y entonces poder cerrarlo es un sentimiento muy hermoso para todos”.
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La joven, oriunda de Córdoba pero radicada desde hace muchos años en Río Grande, convocó a aquellos que quieran seguir una carrera profesional. “Tenemos una universidad pública y gratuita, te abre las puertas para que puedas cambiar tu realidad y que seas un profesional”.
Compartió que “trabajé desde chica, toda la carrera fui trabajando y es un antes y un después estar con un título. La Universidad está siempre dispuesta para que vos puedas aprender”, concluyó.
“Todo el cuerpo docente fue increíble”
En tanto Tomás Preisegger coincidió con los demás graduados en coronar sus estudios. “Estoy muy feliz de haber podido terminar una etapa larga que no hubiese sido posible sin el apoyo de la familia y de mi novia Guadalupe; somos un grupo que desde hace 3 ó 4 años venimos estudiando juntos, preparando toda la carrera, así que estoy muy contento de haber podido terminar la carrera”.
Tomás, nacido en Río Grande, destacó que “todo el cuerpo docente fue increíble, esto siempre lo dije, lo valoré mucho, son personas que llegan mucho al corazón de cada uno. En mi caso destaco al ingeniero Aníbal Vallejo, nos apoyó mucho, nos alentó; fue un tutor para nosotros en la carrera y en la parte humana, me saco el sombrero para él y para todo el grupo de profesores que tuvimos en la cursada, la verdad que fue increíble y recomiendo que los chicos se inscriban en la Facultad y sigan estudiando porque la verdad es un ámbito hermoso para seguir y crecer”.
“Actualmente armé una empresa de servicios con mi familia, con mi hermano y estoy haciendo algunas cosas, ahora que ya puedo llegar a firmar. Por ahora nos quedamos acá, aunque tenemos cosas pensadas para otros lados, pero hay que dejar que el tiempo pase un poco”.
María Guadalupe Martín y Abbate Daga y Tomás Daniel Preisegger quienes presentaron un proyecto de automatización para mejorar la producción agrícola en invernaderos. El proyecto también logró un 10 por parte del Tribunal Evaluador. Actualmente la pareja trabaja en diferentes áreas, pero esperan utilizar su título para expandirse a nuevas áreas.
En diálogo con Prensa Universitaria, Guadalupe y Tomás confiaron estar en pareja hace dos años. “Hicimos toda la carrera juntos, fuimos amigos y compañeros de estudio de toda la carrera y bueno, ahora somos pareja”.
Según Tomás, “la cursada la terminamos en el tiempo que la carrera demanda y preparar la tesis final nos llevó dos años más”. El flamante profesional agregó que en estos años, “pudimos articular entre la vida laboral y el estudio y eso es muy bueno. Ahora veremos cómo nos adaptamos a la nueva vida de profesionales”.
Al hablar del proyecto final explicaron que “se basó en lograr versatilidad en la producción bajo cubierta en invernaderos durante todo el año acá en la provincia. Así que lograr implementar tecnología, automatizaciones con el objetivo de ampliar la matriz productiva de alimentos de la provincia, siempre apuntado a la rama alimenticia pero con la incorporación de la tecnología”.
Confiaron que el proyecto “fue parte de la vinculación que tuvimos con el Ministerio de Ciencia y Tecnología en el que buscaban tener un invernadero que permitiera cultivar lechuga durante todo el año. Nosotros hicimos una automatización que te permite tener un diseño flexible para producir cualquier tipo de producto, de cultivo en cualquier época del año”
Finalmente tanto Guadalupe como Tomás hablaron de la nueva etapa como profesionales y entendieron que “va a ser raro porque creemos que tendremos libres los fines de semana”. Además, “tendremos tiempo para cocinar, hacer diversas actividades que no podíamos hacer por estar enfocados en los estudios. Hoy, realmente nos sentimos muy bien y estamos muy felices”.
La importancia de la universidad pública y gratuita
Por su parte, Alejandro Luraghi dijo: “la verdad estoy muy contento, fue una carrera larga. Pero gracias al equipo que conformamos con Guadalupe y Tomás, pudimos -en estos seis años que nos costó la carrera- llevarlo adelante y esta graduación es la frutilla que corona estos seis años”.
Comentó que “Tomás y Guadalupe son pareja y para esta graduación vino familia de Buenos Aires, Córdoba; tenemos jefes y amigos, la verdad que mucha gente nos viene apoyando detrás para poder llegar a este resultado, que de otra manera hubiese sido imposible”.
Luraghi resaltó el aporte de la universidad pública “que en todo momento nos ha dado el apoyo y el conocimiento, quedando de nuestra parte el esfuerzo constante y el no rendirse. Eso es fundamental para poder llegar al objetivo”.
El joven, oriundo de San Isidro, provincia de Buenos Aires, dijo que “la idea es quedarme aquí y ejercer mi profesión en la Isla. Si bien Río Grande no es mi ciudad natal, la elegimos junto a mi familia para quedarnos acá. Qué regalo que nos está dando nuestra provincia”, dijo el fueguino por adopción.
Prensa Universitaria mantuvo una entrevista con Alejandro Luraghi quien es uno de los tres egresados. Oriundo de Buenos Aires, es casado y tiene dos hijos. Según señaló, para poder recibirse presentó un proyecto final que consistió en la generación de un invernadero multiproducto, con sistema hidropónico y tecnología para abastecer la demanda insatisfecha de fruta fresca. El proyecto fue aprobado y es rentable en tres años.
Alejandro Luraghi contó que para la cursada de esta carrera “formamos un equipo de trabajo, de estudio y compañeros. Entre los tres que nos recibimos y prácticamente fuimos juntos durante todos los años. La cursada nos demandó cinco años y el proyecto final nos tomó dos años más.
Consistió en el desarrollo de un invernadero multiproducto para implantarse en la provincia de Tierra del Fuego con sistema hidropónico y la implementación de tecnología. “A lo que ya existe, le incorporamos el estudio del sistema hidropónico que actualmente en la provincia no se realiza para producción”.
Explicó que “el sistema de hidroponía que se emplea en la provincia no alcanza a abastecer la demanda de la comunidad ya que la producciones que hay en forma local son muy bajas y no termina cubriendo la necesidad del mercado entonces justamente la necesidad ahora exactamente, entonces terminamos dependiendo de abastecimiento desde el continente. Nuestro proyecto viene a cubrir esa problemática que vivimos en Tierra del Fuego”. La presentación logró un 10 por parte del tribunal evaluador.
Finalmente Alejandro confió estar muy agradecido por haber estado acompañado por su familia. “Uno no se recibe solo y mi familia jugó un papel fundamental en toda esta carrera y sin ellos no hubiese podido llegar a donde estoy hoy”.
El apoyo de las familias
Daniel Preisegger, padre de Tomás, contó que “estamos muy contentos, es un momento muy especial, estábamos esperando desde hace ya tiempo todo esto, como para poder culminar una etapa de labor y estudios y muy orgullosos como papás de poder llegar a esta instancia y que pueda realizarse como persona y como profesional”.
En tanto la mamá de Tomás, Sara Oliva, reflexionó que “esta es una enseñanza que la vida nos da para todos, estoy orgullosa de que se reciban en Río Grande, acá en la UTN, que sea una enseñanza y un ejemplo para aquellos jóvenes que creen que no se puede y sí se puede. La UTN es una sede de la Universidad Tecnológica Nacional en Tierra del Fuego y tenemos la suerte de tenerla acá”.
“Estamos orgullosos de ellos, tanto de nuestro hijo Tomás como de mi nuera Guadalupe, y del amigo de ambos, Alejandro Luraghi, es histórico”, definió.
Florencia Boggio, esposa de Alejandro Luraghi, dijo por su parte que “son unos cuantos años que estaba estudiando para recibirse y hoy logró recibirse, por lo que estamos todos muy emocionados”.
Tomás y Florencia tienen dos hijos, una nena de 4 años y un bebé de 9 meses. “Tomás vino acá y se cambió de carrera y lo acompañamos en este esfuerzo”.
Pablo Martín, padre de Guadalupe, destacó que “el mérito es de ellos que se han esforzado por alcanzar sus metas y para mí es doblemente meritorio porque ellos trabajan lo que es una responsabilidad y aparte se dedican al estudio y la verdad que es un orgullo verlos hoy terminar sus carreras”.
También el hermano menor de Guadalupe comenzó la misma carrera y la hermana mayor ya se recibió y ejerce la medicina. “Todos mis hijos aspiraron a seguir una carrera universitaria, esto es lo que permite la universidad pública y gratuita que asiste permanentemente: que una familia de trabajadores pueda llegar y completar una carrera profesional”.
La primera maestra
En el evento académico estuvo presenta la docente Marisa Brondo, quien fue la primera maestra de primer grado de Tomás Daniel Preisegger. “Es un gusto para mi que Sara (Oliva, la mamá de Tomás) me haya invitado a compartir este momento con Tomás; me acuerdo de él porque era un alumno muy dulce y cuando estábamos en primer grado, sus padres siguieron colaborando con la escuela aún cuando sus hijos ya habían egresado”, recordó la maestra.
Destacó en esta graduación que “hubo mucho acompañamiento de los padres, mucho esfuerzo por parte de los chicos y que la sociedad valore esta merituación de una persona que se recibe, porque no es lo mismo tener un trabajo y vivir de eso sin haberse preparado, de que el se preparó”.
Finalmente animó a “hay que apostar por la educación pública y acompañar a los docentes en su lucha diaria”.
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