Manuel Sadosky, el padre de la computación en Argentina

Creó la carrera Computador Científico. Hijo de un matrimonio de inmigrantes rusos llegados al país en 1905, nació en Buenos Aires el 13 de abril de 1914. Cursó los estudios primarios y secundarios en la Escuela Normal Mariano Acosta e ingresó en 1932 a la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Falleció el 18 de junio de 2005.

Río Grande.- Manuel Sadosky nació en Buenos Aires el 13 de abril de 1914. Fue un matemático argentino considerado el padre de la computación en nuestro país por sus indispensables trabajos en el área.

Estudios

Cursó los estudios primarios y secundarios en la Escuela Normal Mariano Acosta e ingresó en 1932 a la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, donde en 1940 se recibió de Doctor en Ciencias Físico-Matemáticas.

Carrera profesional de Sadosky

Fue docente en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de La Plata hasta que consiguió una beca para irse a vivir a Francia. Durante su paso por Europa, conoció lo que tiempo más tarde fueron las primeras computadoras.

Al regresar al país, siguió dedicándose a la docencia, hasta que se convirtió en Vicedecano. Ya en 1961, «logró que se pusiera en marcha Clementina, la primera computadora científica del país y la primera en una universidad en Sudamérica», explican. En paralelo, creó la carrera Computador Científico.

La primera computadora en la Argentina

Por iniciativa de Sadosky, en 1957 las autoridades de la Facultad de Ciencias Exactas, cuyo decano era Rolando García, crearon el Instituto de Cálculo, que pocos años más tarde (1960) fue dotado de una computadora a la que bautizaron Clementina. Se trataba del modelo Ferranti Mercury fabricado en Gran Bretaña, que costó 152.099 libras esterlinas, lo que significó la mayor inversión realizada en ciencia y tecnología hasta ese momento. El Dr. Bernardo Houssay fue quien autorizó la compra.

Con el retorno de la democracia, entre 1983 y 1989 fue designado Secretario de Ciencia y Técnica. En este cargo, promovió programas de investigación en informática avanzada

Legado

Fue impulsor de la creación de la Escuela Superior Latinoamericana de Informática y se convirtió en el padre de la computación en nuestro país.

Manuel Sadosky, una vida de película

La primera computadora argentina cumplió 62 años y la notable trayectoria de su creador recuerda el valor de la ciencia nacional.

Matemático y físico, Sadosky es reconocido como el padre de la computación nacional y méritos le sobran. Formado por la educación pública (primero, en la Escuela Normal Mariano Acosta y luego en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires) fue docente hasta que una beca lo llevó a Francia. Ahí descubrió los trabajos que derivarían en lo que hoy llamamos computadoras.

De regreso, se dedicó a desarrollar esos saberes en su país. Siempre en espacios públicos. En la década del 60, fundó el Instituto de Cálculo en la UBA y creó la carrera de Computador Científico, antecedente de la actual licenciatura en Ciencias de la Computación.

En esa década, además, logró traer al país la primera computadora: Clementina, que además fue la primera en una universidad sudamericana.

50 mil veces más grande

Clementina era enorme: 50.000 veces más grande que cualquiera de las computadoras que usamos hoy. En aquel verano de 1961, ocupaba la totalidad de una sala en el Pabellón I de Ciudad Universitaria y en un segundo lograba resolver la tarea que demandaba una hora y media a un matemático profesional.

No tenía ni monitor ni teclado: las instrucciones las recibía a través de una de cinta de papel perforado y los resultados se imprimían con una perforadora de cinta que calaba 30 caracteres por segundo. Cuentan que posteriormente, se creó para ella un lector de tarjetas perforadas, un método superador que, además, era de fabricación nacional.

Clementina trabajó al servicio de distintas reparticiones estatales verificando cálculos astronómicos, generando modelos matemáticos de cuencas fluviales , resolviendo problemas estadísticos y otras tareas complejas hasta 1971.

En esa década, su mantenimiento se volvió inviable por falta de piezas para repararla. La idea era reemplazarla por otra. Nunca sucedió.

Manuel Sadosky se exilió tras las amenazas de la Triple A. Solo pudo volver en 1983 y lo esperaba aquí el nombramiento como Secretario de Ciencia y Técnica ofrecido por el presidente Raul Alfonsín. Desde ese rol democratizó el Conicet e hizo no pocos aportes teóricos como científico. Murió el 18 de junio de 2005, a los 91 años, y merece una película.

Fuentes: Revista Billiken (Melina Sutera) y Diario Clarín (Débora Campos).