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Fiscalización sanitaria con nuevos controles

Si bien no hay datos estadísticos para hacer comparaciones, la “sensación” del Dr. Oscar Ruiz, director del área de fiscalización sanitaria, es que se está dando una disminución del ausentismo en el sector público, a partir del aumento de controles. En cantidad de certificados médicos presentados, hay un 11% menos en el primer semestre, comparado con el 2015. Al 31 de agosto, suman 72 millones los haberes abonados a docentes que no fueron a trabajar y justificaron alguna enfermedad. Hay sanciones a médicos de Río Grande, se abrieron dos causas judiciales por certificados truchos y se desconoce el paradero de un cardiólogo que los otorgaba. “Fue un cambio brusco y temblaron los cimientos”, admitió Ruiz, tras el cambio de política.

“Empezamos a trabajar en este proyecto en el mes de octubre del año pasado, porque ya se había definido que podía ocupar este cargo”, explicó, y remarcó que “el cambio pasa por una actitud en general de mayor control y por tener el apoyo de las autoridades superiores para todo esto”, manifestó el Dr. Oscar Ruiz, director de Fiscalización Sanitaria, respecto de los primeros resultados que se están observando en materia de ausentismo, tras la implementación de nuevos controles.

Río Grande.- El Dr. Oscar Ruiz, director de Fiscalización Sanitaria, expuso por FM La Isla los primeros resultados que se están observando en materia de ausentismo, tras la implementación de nuevos controles.
“Empezamos a trabajar en este proyecto en el mes de octubre del año pasado, porque ya se había definido que podía ocupar este cargo”, explicó, y remarcó que “el cambio pasa por una actitud en general de mayor control y por tener el apoyo de las autoridades superiores para todo esto”.
“El objetivo principal es preservar los quebrantos de la salud del personal del estado provincial, y luego hay contingencias en las que se está trabajando de forma muy profunda”, indicó en referencia a la serie de irregularidades que fueron encontrando.
El ministro de Educación Diego Romero había dado a conocer que existen más de cien carpetas psiquiátricas presentadas por empleados que deben volver a la provincia, porque cobraban sin estar en Tierra del Fuego cuando el tratamiento lo pueden hacer aquí. Y luego agregó que están a la cabeza del ranking de ausentismo las licencias psiquiátricas, que son por largo tratamiento e implican años, en muchos casos.
Ruiz sostuvo que “con eso se está trabajando con un amplio criterio profesional. Una esquizofrenia en salud mental, lo más probable es que no tenga solución y no regrese nunca más al puesto laboral. Ahí están las protecciones dadas por ley a los empleados estatales, que prevén dos años cobrando el 100%, un año cobrando el 50% y un cuarto año en que siguen siendo empleados pero sin percibir sueldo, hasta que luego termina el vínculo laboral. A esa altura, lo más probable es que la familia haya tramitado una jubilación por invalidez”, barajó.
“De acuerdo a las especialidades, tenemos profesionales que son los que más certificados otorgan. Entre los primeros puestos del ranking están los traumatólogos, por una razón sencilla: una fractura de pierna como mínimo son seis meses; una fractura de muñeca es muy frecuente y son por lo menos 45 días de inmovilización más la rehabilitación”, citó como ejemplos de las licencias por largo tratamiento más frecuentes, y que tienen una justificación.
Consultado sobre las dudas que se han planteado en salud mental, por carpetas psiquiátricas y tratamientos fuera de la provincia, en muchos casos basadas en “estrés laboral”, que se enmarca como enfermedad profesional supuestamente, sostuvo que “con las enfermedades profesionales no hay ninguna duda, porque desde el año ’96, con la puesta en vigencia de la ley 24.577, la ley de riesgos de trabajo, las enfermedades profesionales están determinadas por ley para cada actividad. Hay una comisión consultiva permanente haciendo evaluaciones e incorporación de nuevas enfermedades profesionales que puedan surgir y no están en el listado. Todo lo que no esté en ese listado, no es enfermedad profesional”, sentenció.
Agregó que en su tarea diaria no se limita a recibir el certificado sino que hay comunicación con quien lo expide: “Siempre es posterior a haber cumplido las formalidades, todas las comunicaciones son por escrito, pidiendo la información requerida y al amparo de las leyes. Por la ley de protección al paciente hay mucha confusión con la información médica y quiénes pueden pedir o no una historia clínica. Varios artículos del decreto reglamentario nos habilitan a quienes ejercemos control y auditoría”, afirmó.
“Después de 32 años de trabajar en Tierra del Fuego conozco a la mayoría de los médicos y terminamos hablando por teléfono sobre lo que están haciendo. La formalidad se mantiene, para sentar el precedente en caso de cualquier contingencia jurídica que pueda aparecer”, dijo.

Menos ausentes

Acerca de si cree que con estas medidas de control se bajó el ausentismo, respondió que puede “hablar de sensaciones porque no hay estadísticas, dado que nunca se hizo este trabajo. La sensación es que disminuyó el ausentismo, pero no es una certeza”.
“Efectivamente los docentes tienen el mayor número de certificados, y en cantidad de certificados hubo una disminución del 11% en el primer semestre. Eran cuantiosos: el año pasado se presentaron 33.088 certificados”, indicó, agregando que “el 57% de los certificados son de los docentes. Ese dato impacta, pero debe ser analizado y se va a poder hablar con seriedad a fin de año, cuando haya con qué compararlos en base a la estadística reciente. Con el 57% de los certificados presentados, el personal docente en la ciudad de Río Grande es más del 50% de los empleados estatales”, apuntó el director.
Presupuestariamente, el impacto de las licencias por enfermedad es significativo y demanda un refuerzo de controles para que se constate que son reales: “Lo concreto es que a fines de agosto la cantidad de jornales caídos en docencia nos da un número aproximado a 72 millones de pesos que se han pagado sin que trabaje la gente, y en el caso particular de la docencia, hay que sumar las suplencias”, remarcó.

Confidencialidad

El Dr. Ruiz garantizó la confidencialidad de los pacientes en esta revisión que se realiza. “Hemos tomado otro tipo de precauciones. Con todo el personal de la Dirección General de Reglamentación Sanitaria se ha firmado un acta compromiso, respecto de la confidencialidad en el tratamiento de este tipo de información”, dijo.
“Hace pocos días hubo, no sabemos si un hackeo o qué, pero se estaba incorporando información en el SIGA de varios agentes. Inmediatamente se cambió la clave de ingreso, porque se cargaban datos erróneos que no constaban en el expediente, pero todo está preparado para mantener el respeto y la confidencialidad de los agentes”, subrayó.

Extendiendo la mirada

Se le preguntó cómo operan desde la dirección con las provincias que reciben fueguinos con largo tratamiento y es el paso siguiente a dar: “Todavía no empezamos a trabajar eso hasta aceitar lo local, pero tenemos previstos los mecanismos con profesionales de otras provincias y organismos de fiscalización sanitaria, como somos nosotros”, dijo.
Aclaró que están habilitados para intervenir en caso de que detecten certificados apócrifos de profesionales de otra provincia, en el marco de “la ley 17.531 del ejercicio profesional, que es una ley nacional, en base a la cual hay sanciones también”.

Dos causas en la justicia

Dio a conocer que “en la ciudad de Río Grande ya hemos aplicado varias sanciones a profesionales”, por otorgar certificados médicos sin sustento.
Y agregó que “entre todos los controles que se han empezado a hacer, hemos encontrado una irregularidad severa en un caso ya demostrado de un título apócrifo. Por supuesto está todo en investigación de la justicia”.
Se le preguntó si es cierto el rumor de que este profesional se fugó y sería un cardiólogo: “No se lo ve más en la provincia –respondió Ruiz-. No intentamos ser querellantes, solamente denunciantes, y por lo tanto no tenemos acceso al expediente y no podemos saber nada. Trabajaba como cardiólogo y aparte cumplía otro tipo de funciones”, señaló.
Explicó que prefiere “no mencionar especialidades” porque hay casos donde hay un solo profesional “e implicaría prácticamente dar nombre y apellido”.
Pero ratificó que “hay dos casos judicializados con respecto a esto. Es el nuevo estilo de control que ha empezado”.
Finalmente Ruiz expresó su “enorme agradecimiento” al personal que lo acompaña porque “fue un cambio brusco, temblaron los cimientos, pero han apoyado y están trabajando de forma encomiable”.